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Pathfinder: Kingmaker – Definitive Edition (PS4) – Reseña

Basado en el exitoso juego de mesa, Pathfinder: Kingmaker permitirá que los jugadores construyan y administren su propio reino.

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A la hora de hablar de juegos de rol clásicos, Calabozos y Dragones es el referente infaltable. Si bien no fue el primero de su tipo, este juego de mesa —diseñado por Gary Gygax y Dave Arneson en 1974— no tardó en convertirse en una parte emblemática de la cultura ‘geek’ tras su concepción. Más allá de la importancia que aún conserva dentro y fuera de los circulos de rol, Calabozos y Dragones se ha actualizado con el pasar de los años. No menos importante, ha inspirado la creación de otros juegos de rol. Tal ha sido el caso de Warhammer (1983), Vampiro: La mascarada (1991) y Pathfinder (2008), uno de los herederos más recientes del legado.

Diseñado por Jason Bulmahn y distribuido por Paizo Publishing, Pathfinder comenzó como una derivación/extensión del SRD (documento de referencia del sistema) basado en la revisión de la tercera edición de Calabozos y Dragones. Entre 2011 y 2014, Pathfinder fue el juego de rol más vendido. Incluso logró superar las ventas de Calabozos y Dragones. No fue hasta la quinta revisión que el juego de mesa de Wizards of the Coast volvió a reclamar el primer lugar. Sin embargo, Pathfinder se ha mantenido consistentemente en segundo lugar en materia de ventas.

No fue hasta 2018 que el juego de mesa de Paizo Publishing recibió su primer videojuego: Pathfinder: Kingmaker. Desarrollado por Owlcat Games y financiado a través de Kickstarter, este juego de rol —cuya jugabilidad bebe bastante de franquicias como Baldur’s Gate— fue bien recibido por la crítica especializada por su historia —escrita por Chris Avellone— y la profundidad de sus mecánicas. Sin embargo, en un principio solo estaba disponible para PC. Los usuarios de PlayStation 4 y Xbox One tuvieron que esperar hasta el 18 de agosto de 2020.

El lanzamiento de Pathfinder: Kingmaker – Definitive Edition no solo supuso la llegada del juego de rol a las consolas de sobremesa, ya que esta edición también contiene sus seis DLC. Estos incluyen dos expansiones: Varnhold’s Lot y Beneath the Stolen Lands. No por nada es la «edición definitiva». Aunque las fortalezas del juego original se mantienen en esta versión, desafortunadamente no corrigió varias falencias reconocidas por múltiples medios y jugadores en el lanzamiento original.

Pero antes de señalar las fortalezas y debilidades de Pathfinder: Kingmaker – Definitive Edition, vale la pena explicar la premisa de este título.

Tras elegir entre cinco avatares predeterminados —o crear uno nuevo a partir de 15 clases y 7 razas, cada una de las cuales tiene ventajas y habilidades únicas; la selección de alineación moral; y la infaltable distribución de puntos de habilidad—, los jugadores comienzan su aventura en la mansión de la gobernante de Restov: Jamandi Aldori. Junto con otros aventureros, el protagonista ha sido llamado para participar en una peligrosa cruzada: derrotar al Señor de los Ciervos y reclamar el control de las Tierras Robadas. Por supuesto, este riesgo viene con una recompensa. El aventurero que triunfe recibirá el título de barón y control de las Tierras Robadas.

Pathfinder Kingmaker

La primera porción de Pathfinder: Kingmaker gira alrededor de esta misión. Dependiendo de las decisiones tomadas en el prólogo, el protagonista será acompañado por tres personajes que compondrán la ‘party’ inicial. Sin embargo, dependiendo de sus elecciones y las misiones secundarias que complete, podrá amasar más aliados que lo ayudarán en su batalla contra el Señor de los Ciervos. Posteriormente, también serán vitales a la hora de gobernar las Tierras Robadas.

No obstante, esta primera porción de la aventura puede resultar poco amigable para aquellos que no tengan experiencia con Pathfinder o los juegos de rol en general. Esto no solo se debe a que el título no explica correctamente algunos de los sistemas básicos de Pathfinder, sino que la misión para derrotar al Señor de los Ciervos es de tiempo limitado. Cuando eso se combina con la falta de claridad alrededor de ciertas mecánicas, muchos jugadores sin experiencia —que muy probablemente no estarán acostumbrados a crear varios archivos de guardado como garantía— terminarán perdiendo la partida por invertir mucho tiempo desplazándose por el mapa haciendo misiones secundarias u otras actividades. Por este motivo, recomendamos jugar con una guía. No hay de qué preocuparse: el verdadero encanto de Pathfinder: Kingmaker yace en la construcción de ‘builds’ y todas las decisiones que pueden tomarse.

Incluso desde el comienzo de la aventura, el mundo de Golarion está abierto para explorar. Por supuesto, no es recomendable dejarse llevar por la curiosidad. Esto no se debe exclusivamente por el mencionado tiempo límite, sino por los peligros que alberga Golarion. No importa si juegan en el modo en tiempo real —que puede resultar un tanto automatizado, incluso si goza de complejidad— o el modo por turnos, lo más recomendable es que los jugadores novatos primero se familiaricen con los diferentes tipos de habilidades, sus respectivos efectos y el sistema de Daño Reducido. ¿En qué consiste este último? Resulta que ciertos enemigos son resistentes o vulnerables a tipos de daño específicos. Por este motivo, todos los miembros de la ‘party’ deben especializarse en el manejo de varias armas y/o hechizos. También cabe recordar que estos últimos tienen un número de usos limitados por día.

Durante la primera porción del juego, el administrar la salud de la ‘party’ es importante. Aunque pueden utilizarse objetos de curación, la forma más práctica de sanar heridas y otras dolencias es descansando en una posada o montando un campamento. No obstante, esto último implica un mayor o menor consumo de tiempo y recursos dependiendo de la gravedad de las heridas. Adicionalmente, ya que descansar en campamentos contiene un elemento de aleatoriedad, el guardar constantemente es recomendable en el caso de que las cosas no salgan bien.

Cabe señalar que la jugabilidad de Pathfinder: Kingmaker gira alrededor de la primera versión del juego de mesa. Al fin y al cabo, la segunda no fue lanzada hasta agosto de 2019. A pesar de ello, la libertad que ofrece el título de Owlcat Games sigue siendo una de sus fortalezas. Si bien esto se ve reflejado en la mencionada construcción de ‘builds’ —cada clase ofrece hasta tres especializaciones, las cuales pueden mezclarse— y las diferentes opciones de diálogo, no hay apartado que represente mejor esta libertad que el sistema de administración del reino. Este se desbloquea después de derrotar Señor de los Ciervos y reclamar el control de las Tierras Robadas.

Aunque el aventurarse a lo largo de Golarion sigue siendo importante en el juego tardío de Pathfinder: Kingmaker, la administración del reino ocupará una buena parte de la experiencia. Esta porción del juego gira alrededor de tomar decisiones y lidiar con las posibles consecuencias. Estas van desde escoger a quién dar las riendas para solucionar asuntos específicos —cabe recordar que todos los NPC tienen su propia filosofía y constantes roces pueden hacer que se pongan en contra del protagonista o abandonen el reino— hasta la conquista de territorios vecinos y la construcción de aldeas. Dependiendo de la administración de estas últimas, los jugadores tendrán un rato más sencillo expandiendo su poder o deberán encargarse de otro problema.

Pathfinder: Kingmaker - Definitive Edition
8/10 Nota
Lo que nos gustó
- Muchas opciones a la hora de personalizar los personajes.
- La exploración y el manejo del reino, actividades que ramifican la trama de forma interesante.
- La campaña principal y las expansiones de Pathfinder: Kingmaker en un mismo paquete.
Lo que no nos gustó
- Algunos sistemas y conceptos básicos no son explicados.
- El juego sigue sin estar bien optimizado y tiene 'bugs' que pueden obligar a reiniciar la partida, por lo menos en PS4.
- No está en español.
En resumen
Aunque poco amigable para aquellos que no estén familiarizados con el juego de mesa original o los juegos de rol en general, Pathfinder: Kingmaker es un título que hace justicia al legado de Calabozos y Dragones al sumergir a los jugadores en un mundo fantástico donde ellos serán los protagonistas absolutos. La total libertad a la hora de explorar, luchar y gobernar hacen que esta aventura goce de una rejugabilidad casi ilimitada. Como si la campaña principal no fuera suficiente, Definitive Edition amplía la experiencia con dos jugosas expansiones que se asegurarán de mantener a los jugadores en el mundo de Golarion.

Reseña hecha con una copia digital de Pathfinder: Kingmaker – Definitive Edition para PlayStation 4 brindada por Deep Silver.

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