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Pokémon Sword/Shield – Reseña

El viaje a la región Galar se justifica con la introducción del espacio abierto conocido como ‘Área Silvestre’, un antes y después.

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Pokémon en su línea principal RPG es mucho más que completar la enciclopedia Pokédex Nacional. Si, irónicamente ese ha sido el enfoque principal desde que la serie de juegos se inauguró hace 23 años en Game Boy, pero en aquel entonces solo hablábamos de 151 Pokémon. Los juegos y la fuerza de marca demostraron con el paso del tiempo ser mucho más que una moda pasajera, hasta el punto de convertirse en la propiedad del entretenimiento más rentable de la historia, la que genera más ingresos en su mayoría por mercancía.

Pero los juegos que le dieron nacimiento al fenómeno Pokémon siguen teniendo un espacio muy importante dentro de toda la franquicia, siendo estos los que dan inicio a una nueva generación, una inhóspita región y más criaturas a la colección. Eso último en parte ha significado un problema, pues una naciente generación no podría concebirse como tal si no hay nuevas especies Pokémon (o formas alternas para antiguas especies), pero incluir más criaturas al ya amplio número del Pokédex significa un reto de balance a la debutante región por introducir.

La explicación de Game Freak y los productores de Pokémon Sword/Shield a la falta de una completa Pokédex Nacional tiene su propia razón de ser, pero lo cierto es que ofrecer en este par de juegos el total de 890 Pokémon que existen en la actualidad junto con los nuevos miembros no sería algo fácil de contemplar. Es una cantidad abrumadora, aún cuando la recién lanzada octava generación para Switch ostente la no despreciable suma de 400 criaturas en su Pokédex de Galar, 94 de ellas exclusivas de la región. Asumido este asunto de vital importancia para un sector de jugadores, entramos en materia a los campos nórdicos de inspiración inglesa en Sword/Shield, donde definitivamente se respiran nuevos aires.

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Arceus salve a la región

Previo al lanzamiento de un RPG de Pokémon se suelen escuchar y leer toda clase de reacciones hacia la propuesta presentada, pero si algo queda muy claro es que la evolución gráfica en Switch se ve. En su momento 3DS hizo lo que pudo pero no fue tan sobresaliente para haber sido el que marcó el inevitable salto de 2D a 3D, más en Sword/Shield logramos apreciar la consolidación de un experimento final en la séptima generación que se diera un año atrás con Let’s Go, Pikachu! / Eevee!, aunque fuese como remake con mejoras únicas inspiradas en el título móvil Pokémon GO.

La región de Galar opta por aprender de la más reciente versión de Kanto en lugar de desechar los beneficios. Como por ejemplo el hecho de poder ver a los Pokémon vagando entre los pastos, el agua y los aires; o intercambiar con mucha facilidad los miembros del equipo con cualquiera de las Cajas de PC, que ahora vienen siendo como “discos duros extraíbles”, tal vez la mejora en calidad de vida que más se le agradezca a Game Freak. Pero así como Sword/Shield hereda estas bondades de Let’s Go, resulta extraño que otras funciones como poder rebautizar a los Pokémon en cualquier momento, o cruzar cuerpos de agua y volar a lomos de cualquiera de nuestros aliados de bolsillo, no sea posible en Galar.

Para el rebautizo se debe recurrir a un empleado en cualquier Centro Pokémon que también ayuda a recordar movimientos, mientras que una bicicleta con energía de Rotom nos permite no solo desplazarnos a buena velocidad, sino cruzar los diferentes entornos acuáticos como pequeños lagos (con una mejora hacia la mitad de la historia). De esta manera se les quita trabajo de campo a los Pokémon y una de las novedades más aplaudidas en Let’s Go. Por supuesto, este aspecto claramente está ligado a que hablamos de 400 posibles Pokémon y no solo 153 –sumando Meltan y Melmetal–.

La Copa de Campeones y “poké-Messi”

La historia de Pokémon Sword/Shield no es una que realmente destaque, pese a que no sean pocos los que aseveran que a la saga no se le exige mucho en dicho aspecto. Para refutar eso, bien podríamos decir que difícilmente se alcanzará el argumento bien logrado de Pokémon Black/White e incluso sus secuelas numéricas. O, si se es permitido mencionar dada su naturaleza como spin-off, lo logrado por Pokémon Conquest bajo la premisa de Nobunaga´s Ambition. El caso con Sword/Shield es que al presentar una Galar basada en el Reino Unido, opta por enfatizarse en el deporte rey creado por los ingleses y especialmente amado en Latinoamérica, el fútbol.

La Liga Pokémon de Galar afortunadamente trae de vuelta los gimnasios tras su ausencia en Sun/Moon, exponiendo una estética de estadios monumentales y el uso obligatorio de uniformes en las batallas contra los líderes. Incluso el trasfondo regional sugiere que existen 18 gimnasios, uno por cada tipo, de los cuales solo ocho hacen parte de la primera división y son los que cuentan con estadio, mientras el resto son de la ausente segunda división. Entre las diferencias de Sword/Shield se cuentan dos gimnasios cuyo líder y tipo cambia según la versión (dos de ellos madre e hijo). Y claro, el Campeón se llama Lionel en una factible referencia al futbolista argentino.

Previo a cada encuentro con un líder es necesario superar una prueba de poca dificultad pero justa variedad. Una vez en la batalla podemos acceder a la habilidad Dinamax, que dura tres turnos y puede ser usada por cualquier Pokémon, para generar proyecciones gigantescas de si mismos causadas por la energía de piedras estelares.

Esto sumado a la música de combate, hace que las peleas contra los líderes se sientan como un verdadero espectáculo, como debe ser y es la intención, pese a que la dificultad sigue pecando por su nulidad, manteniendo la tradición. Tan solo soñemos con un mundo Pokémon donde los líderes de gimnasio demuestran por qué lo son y entonces si hablaríamos de evolución en este aspecto. Por lo pronto, en lo visual las formas Dinamax –para todos– y Gigamax –especiales para ciertas especies– cumplen lo prometido.

Pokémon, por encima de todo, es exploración

Si existe un elemento de Sword/Shield que se merece toda la apreciación es el ‘Área Silvestre’. Como al pisar por primera vez la pradera de Hyrule en Ocarina of Time, pasar de Johto a Kanto en Gold/Silver, o pisar Ciudad Castelia y ver sus rascacielos; el ‘Área Silvestre’ representa un importante avance para los RPG de Pokémon, que únicamente cubre una amplia zona de Galar, pero que apunta a ser un elemento firmemente establecido y expandido en futuros títulos. Es normal que una enorme porción de la estadía en esta región se vaya recorriendo con total libertad estos terrenos, pues en una suerte de ironía es el único espacio donde los jugadores cuentan a su vez con libre movimiento de cámara, diferentes climas dinámicos en cada sector que lo componen, y ciclo de día/noche en tiempo real.

Además de muchos, muchos Pokémon salvajes para combatir y capturar (con sus climas y horarios favoritos de aparición), tantos y algunos con tan agresivo temperamento, que comprendes cómo aquello del Pokédex Nacional no es tan determinante. Las rutas y ciudades mantienen la linealidad que caracteriza a la serie, y aunque su belleza rebosa tanto en lo rural como en las construcciones de pueblos, murallas, puentes y castillos, tener un clima y horario estático que solo avanza según ciertos puntos de la historia es lamentable. Esto se siente de golpe al acceder al vuelo gratuito del taxi Corviknight o viaje rápido, entre cualquiera de las rutas o ciudades y el ‘Área Silvestre’, donde ésta última siempre está sincronizada con el reloj de la consola y las otras usualmente viven en un limbo permanente de día (situación arreglada en el post-juego).

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En Galar la exploración es delegada al ‘Área Silvestre’ y es una plausible decisión, dada la posibilidad de encontrarse con Pokémon de alto nivel en las primeras horas de juego, para los que los jugadores no están listos y que sin determinada cantidad de medallas de gimnasio, el juego no les permite capturar. Son limitaciones comprensibles que no solo invitan a subir de nivel –facilitado por la experiencia compartida– sino a avanzar en la historia. El otro incentivo del ‘Área Silvestre’ son los nodos energéticos que atraen a Pokémon Dinamax, para ser combatidos por cuatro entrenadores y posteriormente capturados.

De no contar con suscripción a Nintendo Switch Online u otros usuarios locales, el juego enlista a tres NPC como compañeros de batalla en las incursiones Dinamax, siguiendo la misma línea de las peleas de gimnasio pero con un solo rival Dinamax salvaje. Conectado a internet y bajo la suscripción, es posible ver a otros jugadores del planeta o de la lista de amigos merodeando el ‘Área Salvaje’ o hub, en un pseudo-MMO, listos para combatir o intercambiar Pokémon pero ralentizando un tanto la experiencia, que en offline es notoriamente fluida.

Poder acampar con los Pokémon y compartir más tiempo con ellos, jugando o cocinando curri, son adiciones ciertamente entretenidas. De vez en cuando amerita relajarse por ahí y Galar se presta para ello, tal como el ‘Área Silvestre’ anima a perderse en sus llanuras sin prestarle mucha atención a la simple trama.

Pase de Expansión:

Pokémon Sword/Shield: La Isla de la Armadura – Impresiones

Pokémon Sword/Shield: Las Nieves de la Corona – Impresiones

Pokémon Sword/Shield
8.9/10 Nota
Lo que nos gustó
-Cajas Pokémon portátiles, vuelo de taxi Corviknight, bicicleta todoterreno.
-El 'Área Silvestre' como eje de Galar, al cual regresar una y otra vez.
-Cambios de clima en el 'Área Silvestre'.
-Grandioso sistema de personalización de protagonistas.
-Campamentos Pokémon, mejores que Amie/Refresh.
-Buenos diseños en varios de los nuevos Pokémon.
Lo que no nos gustó
-Argumento algo incipiente, con un rival irritante.
-Falta de sincronía metereológica entre rutas/ciudades y el 'Área Silvestre'.
-Bajos niveles en la primera división de líderes de gimnasio.
En resumen
Pokémon Sword/Shield es un punto de arranque para la octava generación que si bien no desecha la fórmula clásica, la altera lo suficiente para demostrar hacia dónde se dirige la franquicia. La personalización de entrenadores es generosa, la dispersión de Pokémon en Galar es abundante, y reducir los –aún presentes– encuentros aleatorios a favor de criaturas sobre el mundo de juego, vuelve a ser gratificante. Ambientes de inherente toque europeo hacen de éste un RPG apacible a la vista, especialmente el ‘Área Silvestre’ y su diario dinamismo climático, cargado de fauna y vida, propuesta que sin duda marca un estándar para lo que vendrá. Pueden dormir tranquilos como Snorlax quienes esperen el remake de Sinnoh, quizás con la otra mitad del Pokédex.

Reseña hecha con copias digitales de Pokémon Sword y Pokémon Shield para Nintendo Switch brindadas por Nintendo of America.

*Jugado en español (solo castellano disponible) por motivos de reseña, sin embargo, como región nos corresponde titular Sword/Shield en lugar de Espada/Escudo.

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