Aunque mejor conocida por Dynasty Warriors, la franquicia Musou está compuesta por una gran variedad de sagas. Mientras que algunas están basadas en propiedades intelectuales de otras compañías, tales como One Piece y The Legend of Zelda, otras son originales de Omega Force. Una de estas es Samurai Warriors, que tuvo su debut en 2004 con el título homónimo para PS2 y Xbox. A diferencia de Dynasty Warriors, saga basada en la novela El Romance de los Tres Reinos (siglo XIV), Samurai Warriors se ambienta en el periodo Sengoku de Japón.
Las primeras cuatro entregas de Samurai Warriors no son episódicas y pueden jugarse independientemente, aspecto que aplica a la mayoría de la serie Musou. Sin embargo, todas comparten la misma caracterización de personajes. Al igual que Dynasty Warriors, los jugadores pueden ver el conflicto desde la perspectiva de varias facciones. Sin embargo, los primeros juegos de la saga vagamente giran alrededor de uno de los guerreros más legendarios del periodo Sengoku: Sanada Yukimura.
No obstante, Samurai Warriors 5 supone un cambio en dicha ambientación.
A pesar de que no presentó jugabilidad, la revelación de Samurai Warriors 5 en el Nintendo Direct de febrero (2021) dio a conocer dos detalles importantes sobre la secuela. El primero y más evidente fue su nuevo estilo artístico, que toma elementos del estilo Sumi-e. El segundo fue el hecho de que la historia se enfocaría exclusivamente en Oda Nobunaga —que sería caracterizado como un antihéroe dispuesto a sacrificar lo que sea necesario para unificar el país y no como un villano— y Akechi Mitsuhide, que históricamente es conocido por ser el asesino del primer gran unificador de Japón. Posteriores tráileres revelaron que la historia se desarrollaría a lo largo de varios años y relataría cómo la amistad de Mitsuhide y Nobunaga se deterioraría hasta su inevitable enfrentamiento en el templo Honnō-ji.
Por fortuna, ambos cambios suponen grandes aciertos. La última entrega de Samurai Warriors no solo resulta la más vistosa hasta la fecha, sino que su historia cuenta con un par de elementos que habían estado ausentes en previas entregas de la saga. Se trata de cohesión y enfoque. Cabe señalar que este es un problema que también ha aquejado a Dynasty Warriors desde su debut. Si bien no es una maravilla, Nobunaga y Mitsuhide gozan de un claro arco argumental. Al principio encuentran un interés en común, que los lleva a entablar un vínculo. Sin embargo, ambos terminan en lugares opuestos a medida siguen sus ambiciones. Esta entrega pone al frente las tragedias que permearon la vida de estos personajes históricos. Más importante, las emplea mucho mejor que anteriores títulos al ofrecer las perspectivas paralelas de ambos.
A pesar de que su presentación visual es una de sus grandes fortalezas, Samurai Warriors 5 tiene un puñado de falencias técnicas. Por lo menos en la versión de PS4, el juego temporalmente puede ralentizarse al realizar técnicas Musou y en medio de los diálogos entre personajes. Ahora, cabe señalar que en ningún momento el título se torna injugable. Futuros parches pueden arreglar este problema. Por el momento, las consolas de novena generación ofrecen la experiencia de juego más estable.
Ya que se ha hablado de la presentación y la historia, ¿qué mejor momento para hablar de las mecánicas de juego? Como es típico en la franquicia Musou, la jugabilidad gira alrededor de combates multitudinarios en los que los jugadores deben completar objetivos específicos. Empleando combinaciones de ataques débiles y fuertes —además de habilidades activas, tales como los ataques Musou—, los jugadores pueden acumular combos de hasta cinco dígitos mientras avanzan por el campo de batalla. Aunque elementos de pasadas entregas se mantienen iguales, lo anterior no quiere decir que Samurai Warriors 5 no goce de varias novedades.
Si bien Samurai Warriors 5 supone el debut de una rueda de habilidades activas personalizable en la saga, cabe señalar que esta mecánica no es nueva dentro de la franquicia Musou. Técnicamente ha estado presente desde Fist of the North Star: Ken’s Rage (2010). No obstante, posteriores entregas de la franquicia han pulido y ampliado esta mecánica. La última entrega de Samurai Warriors no es la excepción.
A medida avancen en la campaña, los jugadores obtendrán nuevos personajes controlables. En total hay 27. Tras ser desbloqueados, cada uno tiene un arma predeterminada de su preferencia. Como tal, eso no es nuevo. No obstante, he aquí la principal novedad de Samurai Warriors 5 en materia de jugabilidad: todos los personajes pueden equiparse con cualquier arma de las más de 12 disponibles. Si bien Dynasty Warriors 7 (2011) fue el primero en introducir un sistema de armas compartidas, este es limitado en comparación con lo que permite Samurai Warriors 5.
Cada arma no solo tiene propiedades únicas, sino que concede acceso a un listado de habilidades exclusivas. No obstante, estas deben desbloquearse primero aumentando el nivel de maestría de un personaje con susodicha arma. Esto puede lograrse utilizándola en combates o invirtiendo recursos. Adicionalmente, cada personaje tiene por lo menos un ataque, habilidad y combo único con un arma específica. ¡Eso no es todo! Si bien no es una característica nueva, los jugadores pueden intercambiar control entre dos personajes de su preferencia en cualquier momento del combate. Si ambos tienen su barra Musou llena, pueden hacer un ataque combinado que puede resultar tan dañino como la nueva técnica definitiva del elenco: Musou Frenzy.
En papel, el sistema de armas suena como algo bueno. Al fin y al cabo, amplía el apartado de personalización. No obstante, termina siendo contraproducente. Ya que cada tipo de arma se controla fundamentalmente igual en manos de cualquier personaje —los ataques, habilidades y combos únicos no hacen gran diferencia, sinceramente—, los jugadores son incentivados a mantener el arma de preferencia de cada uno o equipar a todo el elenco con su arma favorita. El único incentivo para probar todas las armas en todos los personajes es mejorarlas al máximo para completar el juego al 100%. Cabe señalar que este proceso requiere mucho ‘grindeo’.
Otro elemento al que Omega Force pudo haber sacado más provecho es la invocación de unidades en el Modo Ciudadela. En este, la jugabilidad gira alrededor de la defensa de una o más bases. Para ello, el jugador puede llevar a la batalla tres tipos de unidades diferentes e invocarlas en cualquier momento. La ejecución de esta mecánica de esta mecánica deja mucho que desear, ya que las mencionadas unidades y sus respectivas propiedades a duras penas hacen diferencia en el campo de batalla. Sin embargo, esta idea puede ampliarse e implementarse a la jugabilidad general de futuras entregas de la franquicia Musou. ¿Por qué no romper el molde de la serie adoptando verdaderos elementos de estrategia? Considéralo, Koei Tecmo…
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Reseña hecha con una copia digital de Samurai Warriors 5 para PlayStation 4 y 5 brindada por Koei Tecmo.
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