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Sekiro: Shadows Die Twice – Reseña

Sekiro: Shadows Die Twice hace justicia a su legado. Sin embargo, ¿qué hay más allá de la pila de cadáveres y sollozos de los jugadores?

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A pesar de la infame reputación de los juegos de FromSoftware, establecida desde hace una década con el lanzamiento de Demon’s Souls, nada pudo haber preparado a los jugadores para Sekiro: Shadows Die Twice. Quizás el único consuelo es que esta no es la primera vez que los jugadores, confiados por su experiencia en un previo título de la saga Souls, se chocan contra la pared que es la inclemente dificultad.

Si bien Sekiro: Shadows Die Twice es sin lugar a dudas un título difícil que pondrá a prueba la perseverancia de los jugadores, hay que reiterar que es una experiencia muy diferente a aquellas que le preceden. Sekiro no es un RPG, sino un juego de acción con elementos de los anteriores proyectos de FromSoftware.

Esto resulta extremadamente obvio después de que el propio Hidetaka Miyazaki, director del juego y presidente de la desarrolladora, diera a conocer que el título originalmente estaba planeado como una continuación de la serie Tenchu.

Como se mencionó, Sekiro: Shadows Die Twice posee múltiples diferencias con respecto a anteriores juegos de FromSoftware. Sin embargo, la más importante es el sistema de combate. También es el motivo detrás de su dificultad.

El mapeado de botones es similar al de anteriores juegos de la desarrolladora japonesa, lo que permite que los jugadores de Dark Souls y Bloodborne se familiaricen más rápidamente con las mecánicas de juego. No obstante, estos veteranos pronto aprenden que Sekiro no puede jugarse como pasadas entregas. Esto se debe a que el último juego de FromSoftware provee a sus jugadores con las herramientas necesarias para hacer frente a toda clase de amenazas.

Lo anterior no significa que los pasados títulos no pudieran superarse sin sufrir muertes o recibir rasguños. Sin embargo, al analizar las mecánicas de estos juegos, resulta evidente que los jugadores estaban equipados con una lista de herramientas muy limitada. De ahí proviene el encanto y la dificultad de la saga Souls: situaciones en las que hay que ser consciente del entorno, las opciones a la mano y emplearlas de forma metódica. Esto a su vez conlleva a la búsqueda de soluciones creativas —vistas en la creación de builds— y la explotación de bugs. De esta forma, los títulos de FromSoftware son reconocidos en cierta medida como juegos de estrategia.

¿Acaso Sekiro: Shadows Die Twice está privado de ese aspecto estratégico? En lo absoluto, pero no es el enfoque de los combates. Las peleas de Sekiro giran explícitamente alrededor de la identificación del ritmo de cada enemigo para contraatacar y así encontrar una apertura en la defensa del oponente. Esto se logra por medio de varias modificaciones y novedades en materia de jugabilidad.

El cambio más importante es la eliminación de la barra de estamina, un elemento tan importante en pasados juegos. Esto se traduce en la capacidad de atacar, esquivar y correr indefinidamente. Por supuesto, esto no significa que el protagonista sea invencible. Cada vez que el enemigo bloquee ataques o los jugadores reciban ataques del oponente mientras se cubren, la postura del protagonista irá desfalleciendo. Una vez su resistencia llegue al límite, su postura se quebrantará y los jugadores quedarán a merced del oponente. Y dado que la mayoría de enemigos puede deshacerse del 50% de la barra de vida con un golpe, esto es lo último que querrán.

Sekiro Shadows Die Twice

Suena un poco injusto, ¿no es así? Afortunadamente, este sistema también aplica a los oponentes. Más importante, los jugadores cuentan con la posibilidad de desviar ataques para debilitar en buena medida la postura del enemigo hasta que queden a merced de un ataque mortal. Esto se logra bloqueando justo antes de que un ataque impacte… y la única forma de saber esto es aprendiendo los patrones de ataque de los oponentes. Por desgracia, esto implicará morir decenas de veces hasta identificar el ritmo del enemigo. Esto aplica principalmente a jefes y minijefes del juego.

Mientras que muchos enemigos comunes cederán eventualmente al machacar el botón de ataque, los jefes y minijefes sí requerirán de un cuidadoso proceso de ensayo y error. Desgraciadamente, estos requerirán de más de un golpe mortal. En otras palabras, contarán con múltiples fases en las que tendrán accesos a nuevos ataques que modificarán las dinámicas de los combates. Pero derrotarlos valdrá la pena, ya que ofrecerán mejoras al ataque, postura y vida para el protagonista.

¿Dónde yace el aspecto estratégico en Sekiro? Al ser un juego de ninjas, resulta lógico que el juego ofrezca varias opciones a la hora de acabar enemigos de forma sigilosa. Es aquí y en el diseño de niveles donde se ve la herencia de Tenchu. Dado que el protagonista tiene la habilidad de saltar, colgarse de salientes y llegar a lugares elevados por medio del arpeo de la prótesis shinobi, hay un mayor énfasis en el desplazamiento vertical. Al sumarse esto a la capacidad de agacharse para pasar desapercibidos y pegarse a las paredes, los jugadores tienen todas las herramientas para acabar de forma silente con sus enemigos.

Al escabullirse detrás de enemigos desprevenidos o caer encima de ellos, los jugadores podrán hacer una ejecución. Si bien esto resulta perfecto para acabar con un enemigo o comenzar un asalto a un pequeño grupo, un gran número de oponentes puede abrumar al protagonista. Es por eso que Sekiro incentiva la táctica de atacar y huir hasta que el enemigo deje de estar alerta. Esto permite acabar de forma lenta, pero eficiente a todos los oponentes. Ahora, esto no puede aplicarse a minijefes.

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Cabe señalar que lo mencionado hasta el momento comprende las habilidades básicas del protagonista. No obstante, a medida que avancen en la historia y exploren el mundo de Sekiro, los jugadores podrán conseguir nuevas habilidades. Estas comprenderán técnicas, tanto activas como pasivas; artes de combate, ataques con propiedades especiales; ninjutsu, que solo podrá hacerse tras realizar una ejecución silente; y herramientas para la prótesis shinobi. Estas incluso podrán mejorarse por medio de dinero y materiales, lo cual actúa como incentivo para explorar.

Hablando de exploración, es hora de hablar del mundo y la historia de Sekiro: Shadows Die Twice. Este pone a los jugadores en la piel de un shinobi que intenta rescatar a su amo del samurái Gennichiro Ashina. Sus esfuerzos no solo terminan siendo en vano, sino que pierde un brazo en el proceso. Tras ser rescatado por un maestro tallador, que le da la mencionada prótesis shinobi, el ninja debe abrirse paso hasta las cima del castillo Ashina para intentar rescatar una vez más a su amo.

Esto tan solo es el preludio de la gran aventura que es Sekiro. Aunque ciertamente tiene un hilo narrativo más definido que anteriores juegos de FromSoftware, no es uno que guíe de forma absoluta las acciones de los jugadores. De hecho, una vez despierten en el templo desolado donde reside el maestro tallador, tienen completa libertad a la hora de explorar. Dar un giro en el «lugar equivocado» puede llevar a los jugadores a escenarios que nada tienen que ver con la misión principal y donde podrán encontrar desde objetos especiales hasta NPC que abren la puerta a nuevas subtramas. Esto incluye una sección del juego en la cual el protagonista viaja al pasado para descubrir más sobre su pasado y que cuenta con sus propios jefes.

¿Qué mejor forma de concluir esta reseña que con la mecánica que da su subtítulo al juego? Por supuesto, nos referimos a la mecánica de resurrección. Como todos ya deberían saber, la muerte es algo común en Sekiro. Algunas veces, una segunda oportunidad puede hacer la diferencia. Resulta una fortuna que los jugadores puedan revivir inmediatamente tras ser matados. Si eliminan suficientes oponentes tras su resurrección, incluso pueden obtener una nueva oportunidad de revivir.

No obstante, este poder viene con un costo.

Si tras la resurrección se vuelve a morir, la enfermedad conocida como dracogripe comenzará a extenderse por el mundo de Sekiro. Por un lado, esto provocará que los NPC se contagien y se desactiven algunas de sus funciones. Por otro lado, reduce la posibilidad de recibir ayuda invisible. ¿Por qué es esto importante? Resulta que al morir, los jugadores pierden parte de la experiencia y dinero obtenidos en los combates. Sin embargo, la ayuda invisible ocasionalmente evita esto.

Sekiro: Shadows Die Twice
9/10 Nota
Lo que nos gustó
- Un sistema de combate que brinda al jugador una amplia variedad de herramientas ofensivas, defensivas y evasivas. Sin embargo, requiere maestría.
- Un mundo lleno de secretos, abierto desde el comienzo.
Lo que no nos gustó
- La cámara puede jugar unas malas pasadas. En muchas ocasiones, será causa de muertes innecesarias.
En resumen
Sekiro: Shadows Die Twice es una actualización exitosa de la fórmula de la serie Tenchu, ornamentada con varios aspectos propios de la franquicia Souls. Aunque su dificultad puede probar ser un obstáculo para algunos jugadores, su sistema de combate resulta muy gratificante una vez dominado. Más allá de las espectaculares y frenéticas batallas, el mundo de Sekiro es uno que invita a ser explorado a pesar de las amenazas que habitan en él.

Reseña hecha con copia física de Sekiro: Shadows Die Twice para PS4 brindada por Activision.

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