Actualmente vivimos en un incómodo momento para la industria del entretenimiento. Viejos asesinos seriales reales han pasado a convertirse en «estrellas» de películas y series, ganándose a un público cada vez más ‘hambriento’ de conocer cómo ocurrieron terribles asesinatos reales y las motivaciones mentales detrás. No son productos nuevos, pero ciertamente las plataformas de ‘streaming’ han encontrado en ellos su nicho de audiencia. Mencionamos esto porque el nombre de Serial Cleaners hace una clara referencia a estos sujetos, aunque su objetivo sea otro.
La inspiración de este juego desarrollado por Draw Distance y distribuido por 505 Games, son las historias de la mafia. Ubicado en la Nueva York de la década de los noventa, Serial Cleaners (sucesor de Serial Cleaner) es un juego de sigilo con vista isométrica en el que tomas el papel de uno entre cuatro «limpiadores». Tu meta únicamente es limpiar las escenas del crimen organizado y evadir tanto como puedas a la ley.
Los variopintos personajes de este grupo son Bob, Lati, Vip3r y Psycho. Cada uno tiene sus propias habilidades únicas. Mientras Bob es el experimentado líder de avanzada edad, Lati puede saltar obstáculos y Vip3r es una joven ‘hacker’ muy del estereotipo noventero. Psycho, por su parte, es la impredecible fuerza bruta que con motosierra en mano produce más caos que limpieza. Ellos son los limpiadores seriales y trabajan como mercenarios para el mejor postor.
Sigilo inverso
Cuando hablamos del género de sigilo inmediatamente nuestras mentes se posan en Metal Gear Solid, Hitman y Splinter Cell, por mencionar los grandes. Agentes o espías encubiertos que deben infiltrarse en territorio enemigo y cumplir la misión preferiblemente sin ser vistos. En el caso de Serial Cleaners debemos aplicar algo de sigilo, pero en ningún momento podemos acabar con la vida de alguien más.
La violencia implícita se sobreentiende como la razón por la que estamos ahí. Es un juego que nos posiciona en escenas del crimen con cuerpos esparcidos, charcos de sangre y evidencia por doquier. Usualmente algún asunto de la mafia que ha salido mal, o desagradables circunstancias como víctimas en el momento y lugar equivocados. Es allí donde entran los limpiadores.
Series como Breaking Bad o Better Call Saul nos han acercado en parte a este espectro y podemos ver aires de sincronía. El propio Bob de Serial Cleaners puede compararse con el personaje de Mike Ehrmantraut, por la forma en que organiza a su equipo y se hace cargo de las cosas. Él mismo los recluta después de ingresar a este mundo –tras un trabajo honesto como conserje– y cada historia podemos jugarla a modo de aprendizaje sobre los personajes y sus estilos de juego.
Como es de esperarse, las escenas del crimen están custodiadas por la policía y allí es donde debemos aplicar nuestro isométrico sigilo. Hay lugares específicos para esconderse (al estilo de Hitman), pero también podemos usar ductos de ventilación (a lo Metal Gear) o aprovechar la oscuridad al apagar las luces (tipo Splinter Cell). Somos libres de escoger las rutas para recoger la evidencia, recolectar los cuerpos y aspirar la sangre. Porque además tienen potentes aspiradoras que limpian la sangre.
Agentes de limpieza
Limpiar toda la sangre de un escenario no es del todo obligatorio. Hay un marcador que dicta cuánta cantidad es necesaria y en cierta forma es una labor fútil. Digamos que aplicado en contexto realista, los investigadores forenses descubrirían la ausencia de otros cuerpos por elementos tan minúsculos como un cabello. Pero esto es un juego, tampoco podemos ser tan críticos en este aspecto disonante.
Limpiar una parte de la sangre en las escenas del crimen solo es un objetivo secundario para extender levemente las misiones. El ciclo se repite con la cantidad de cuerpos por recuperar y evidencias incriminatorias por reclamar. Para los cuerpos basta con envolverlos en plástico y llevarlos hasta el auto parqueado a las afueras del lugar. Esta es usualmente la parte más difícil, pues requiere no ser visto por la policía o algún transeúnte.
Personajes como Bob o Psycho pueden cargar los cuerpos, pero Lati y Vip3r deben arrastrarlos y es un proceso más demorado. Adicionalmente, Psycho puede encontrar y utilizar una motosierra, ya se imaginarán para qué. Hay una parte en un escenario nevado que recuerda a la película Fargo, ya que en una trituradora de madera debidamente censurada, Psycho se puede deshacer de algunos cuerpos de forma más rápida.
Locademia de policías
Un juego de sigilo es tan bueno como los enemigos lo permitan. Si bien los escenarios y rutinas de Serial Cleaners son variados y fáciles de aprender, la inteligencia artificial de los policías deja mucho que desear. Como en cualquier otro juego donde los oficiales de la ley actúan como antagonistas, un nivel de tres emblemas nos señalan qué tan alertas están a nuestra presencia, en cuyo caso debemos escondernos hasta que pase la tensión.
Si en algún momento notan nuestra presencia, escuchan el ruido de la aspiradora o entramos en su rango de visión, comenzarán la persecución y usualmente son más rápidos que los limpiadores seriales. De atraparnos, el juego entonces carga desde el último punto de guardado y podemos guardar en el mismo auto a donde llevamos los cuerpos. Con esta excepción, su amenaza es poca a la hora de la limpieza.
Los policías son susceptibles a las luces apagadas –manualmente y por cuenta de Vip3r– o puertas abiertas, a donde se dirigirán automáticamente a prenderlas y cerrarlas, respectivamente. Sin embargo, no les inmuta ver que un cuerpo se haya movido de lugar, aparezca envuelto en plástico de la nada o, si acaso, que desaparezca del todo. Rompe cierta inmersión que las autoridades no hagan el trabajo que se supone deben hacer. Quizás sea muy realista.
De vernos cargando/arrastrando un cuerpo o robando evidencia, la huida es inminente, mas con alejarnos lo suficiente y escondernos basta. Algunas veces los transeúntes pueden delatarnos si ven que actuamos de forma sospechosa. A estos podemos tumbar mientras corremos y a los policías aturdir por unos segundos si los golpeamos con un objeto arrojable. Cada oficial patrulla y repite su propia rutina, así que como en otros juegos de sigilo, al estudiarla es más fácil engañarlos.
Como la limpieza del hogar, jamás termina
El «sentido de limpieza» actúa de forma similar a la intuición en Hitman y ayuda a distinguir la sangre, ubicación de cuerpos, enemigos y elementos importantes. Entre eso y su estilo ‘graffitti’ de vista isométrica, una historia compuesta por recuentos de ‘flashbacks’ y una jugabilidad no menos entretenida, Serial Cleaners es un juego que acierta en dosis cortas portátiles, como es posible gracias a Nintendo Switch y Steam Deck.
Para ser un título ambientado en una violenta realidad como la que nos rodea, que nuestras únicas herramientas sean la discreción y el sigilo es un aspecto positivo. Al fin y al cabo no siempre podemos ser súper agentes o espías, pero siempre tendremos desorden por limpiar.
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Reseña hecha con una copia digital de Serial Cleaners para Nintendo Switch brindada por 505 Games.