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Shadow Warrior 2 – La reseña

¿Qué pasaría si DOOM, Ninja Gaiden y Borderlands tuvieran un hijo? Lo Wang es la respuesta.

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Desde la primera vez que Lo Wang complementa tus rápidos y frenéticos ataques con una de sus frases groseras no puedes evitar reír entre dientes. El mundo entero parece ser un vendaval de monstruos, demonios, espectros y mafia japonesa, y lo mejor que Wang puede decir es: “No eres lo más feo que he matado hoy”. No son las intervenciones más inteligentes, ni los chistes más sofisticados, pero francamente, son justo lo que el 2016 necesitaba en materia de shooters.

Shadow Warrior 2 parece tomar un par de lecciones de DOOM (2016) y otras de Duke Nukem 3D, agregando una estética japonesa y cyber-punk refrescante a un universo hiper-violento. El resultado es un juego rápido, salvaje y cómico en unos escenarios interesantes y variados, con un poco de generación por procedimientos para matar la repetición. Si tienes un computador lo suficientemente poderoso, el espectáculo visual es impresionante, aunque en ocasiones la generación por procedimientos genera un par de espacios curiosamente libres de enemigos.

Los comentarios y chistes de Lo Wang son igual de burdos que los que Duke Nukem: cada misión es una nueva oportunidad para chistes obscenos (demasiados juegos de palabras con Wang) y comentarios estúpidos. Pero donde muchas de las bromas de Duke Nukem causaban algo de vergüenza y parecían forzadas, las frases estúpidas de Lo Wang, junto con la respuesta y comentarios de los personajes secundarios en Shadow Warrior 2, generan un montón de situaciones graciosas inesperadas.

Donde la historia podía ser uno de los puntos flacos de Shadow Warrior 2 (como en DOOM, por ejemplo), este no es el caso. La premisa es sencilla: una misión ordinaria sale mal (muy mal) y el espíritu de Kimiko (una científica hija de un capo de la mafia japonesa) queda atrapado temporalmente en el cuerpo de Lo Wang, que ahora debe hacer todo lo posible para recuperar el cuerpo de la joven, luchar contra un traficante de drogas misterioso y el líder de un culto místico. No nos estamos enfrentando a una historia como The Last of Us, pero el desarrollo va a buen ritmo y tiene una buena tanda de sorpresas interesantes, animadas siempre por la interacción irreverente y graciosa entre Lo Wang y Kimiko, que no están muy contentos de compartir el mismo cuerpo.

La jugabilidad de Shadow Warrior 2 se siente muy cercana a la del último DOOM. El combate es veloz e implacable, con los movimientos rápidos y el doble salto de Lo Wang haciendo de cada batalla una estrepitosa tormenta de sangre. El juego ofrece un amplio arsenal de armas (más de 70), y aunque varias son mejoras de sus versiones base, los modelos parecen haber sido hechos con fino detalle y cuidado. También tienes acceso a varias “habilidades espirituales” que puedes ir mejorando mientras avanzas de nivel con puntos de habilidad. Esto genera grandes posibilidades de combate que mantienen cada escenario interesante, renovando las arremetidas contra tus enemigos. Las mejoras permiten concentrarse en combate cuerpo a cuerpo o a distancia. Sin embargo, la mezcla de ambos es bienvenida y emparejar el combate con los poderes espirituales adecuados es clave para sacarle el mayor provecho a Lo Wang y al juego.

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Esto es particularmente cierto para quienes se enfoquen en el combate con sable y deseen ver un espectáculo visual más visceral. El juego permite que Lo Wang ejecute cortes precisos con sus sables y despedace los enemigos en la dirección que muevas el ratón o el análogo (si la opción está habilitada). Un buen corte puede fácilmente deshacerse de los brazos, piernas, apéndices y extremidades de cualquier enemigo. La opción se puede deshabilitar y Lo Wang hará cortes “ordinarios”, que de todas formas laceran a los monstruos de forma realista. Es como jugar Metal Gear Rising: Revengeance con mejores gráficos y en primera persona (y mejor historia).

Las mejoras de las armas (u otras armas) se consiguen como botín después de matar enemigos, y como en Diablo o Borderlands, hay un sistema de colores que denota la rareza de los objetos. Cada arma tiene tres espacios para mejoras que es bueno utilizar para potenciar nuestra forma de combate (como revólveres dobles todo el tiempo), y aprovecharse de las debilidades de los enemigos élite, que dejan el mejor botín. Estos enemigos élite funcionan como sub-jefes, con nombre propio, fortalezas y debilidades.

Lo jefes principales no son difíciles (en dificultad normal), pero son un reto lo suficientemente distinto al combate ordinario. Varios son más grandes que los enemigos normales y realizan ataques multidireccionales devastadores, que obligan a mantenerse en movimiento, buscando una apertura para desatar un frenesí de espadazos (o vaciar varios cartuchos en pocos segundos). Aunque varios de los ataques pueden acabar con la mitad de la vida de Wang, todos los jefes tienen la buena costumbre de convocar enemigos pequeños que dejan atrás paquetes de vida.

La estética del juego oscila entre plácidos ambientes japoneses tradicionales y el «hiper-futurismo» de una tecno-metrópolis, generando muchos espacios interesantes. Todos los escenarios parecen estar entre estas dos apuestas, con una buena medida de disrupciones interdimensionales para mezclar todo un poco. Una hora estás destrozando cyborgs y robots de seguridad flotantes en un laboratorio tecnológico, y a la siguiente estás desmembrando monstruos en castillos y casas japonesas de la era Edo.

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Shadow Warrior 2 se aleja un poco de la linealidad de su predecesor (el remake del 2013) y crea ambientes más abiertos con algo de exploración. Algunos niveles inclusive tienen una medida de generación por procedimientos que se deshace de la monotonía, en caso tal de que decidas volver a visitarlos si no conseguiste alguna galleta de la fortuna u otro coleccionable curioso. Sin embargo, la estructura de muchas de las misiones es similar, y varias veces se reduce en: “ir al punto A; puerta bloquea el paso y necesitas llave; devolverse un poco al punto B y conseguir llave; ir al punto A”. Por fortuna las excusas narrativas para llevar a cabo nuestras misiones distraen de esta repetición. Las misiones secundarias son en su mayoría cómicas (ir tras la pista de un video pornográfico) y permiten conocer mejor a los respectivos personajes secundarios.

Para terminar, Shadow Warrior 2 te deja hacer todo lo anterior en el modo multijugador en línea, animando aún más la experiencia y el caos en la pantalla. Cada jugador puede desarrollar su personaje como desee y es bueno que haya distintas especialidades. Esto hace más interesante volver a recorrer niveles viejos, pero si no hay con quién compartir una partida, no te estás perdiendo de mucho.

Shadow Warrior 2 es una excelente mezcla de varias buenas ideas que hemos visto en otros juegos. El combate es variado, los escenarios estéticamente interesantes y el botín adictivo de conseguir. Todo esto bañado con las bromas, comentarios sucios y graciosos de Lo Wang, da como resultado un first person shooter rápido, violento y extremadamente divertido.

Reseña realizada con una copia digital de Shadow Warrior 2 en su versión de PC brindada por Devolver Digital.

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