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Marvel’s Spider-Man: Silver Lining – Reseña

El último capítulo de La Ciudad que Nunca Duerme ya está disponible. ¿Podrá cerrar adecuadamente la historia de Marvel’s Spider-Man?

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Han pasado tres meses desde el debut de Marvel’s Spider-Man. Como mencionamos en nuestra reseña, el último juego protagonizado por el lanzarredes no destaca por sus novedades en materia de jugabilidad. No obstante, se ha convertido en uno de los títulos más celebrados de 2018 por la ejecución de sus mecánicas de juego y su historia. No es una experiencia perfecta, pero sí una muy memorable.

Lastimosamente, no se ha podido decir lo mismo de La Ciudad que Nunca Duerme.

Para aquellos que no sepan, este consiste en un paquete de capítulos descargables que introducirían nuevos contenidos —entre los que destacan nuevas misiones y trajes para el protagonista— y expandirían la trama de Marvel’s Spider-Man. Y si bien Insomniac Games ha entregado lo prometido, estos DLC han sido un tanto decepcionantes. Esto tan solo es exaltado por la excelente historia del juego base y la forma en la hábilmente evitaba sentirse repetitivo.

Ahora, tras El atraco y Guerra de territorios, ha llegado el último episodio de La Ciudad que Nunca Duerme. ¿Podrá cerrar esta fase de la última aventura de Spider-Man con broche de oro? ¡Averígualo con nosotros en esta reseña!

Como anteriores episodios de La Ciudad que Nunca Duerme, Silver Lining continúa inmediatamente después de los eventos de Guerra de Territorios. Los enfrentamientos entre los Maggia no han hecho más que escalar, sumiendo a Nueva York en una nueva crisis. Como si eso no fuera suficiente, el regreso de Silver Sable tras enterarse de que Hammerhead se está apropiando de su equipamiento no ha hecho más que empeorar las cosas gracias a sus métodos extremos.

Irónicamente, la llegada de la mercenaria de la nación de Symkaria —no se esfuercen en buscarla en un mapa: es 100% ficticia— supondrá la única oportunidad que tendrá el trepamuros para detener a Hammerhead. No solo eso eso, sino que permite el regreso de un valioso elemento que estuvo ausente durante la gran mayoría de Guerra de territorios: las divertidas interacciones entre Spidey y sus secundarios.

Marvel’s Spider-Man: Silver Lining

Aunque el juego base mostró el primer encuentro entre el héroe arácnido y Silver Sable, Silver Lining se encarga de desarrollar su relación como aliados forzosos. Esta funciona en buena medida por el tiempo que se le dedica —la mercenaria es una presencia constante— y la contraposición de las personalidades de ambos personajes.

Mientras que Spider-Man mantiene su actitud bromista, pero siempre insistiendo en que la colaboración entre los dos es la única forma de detener a Hammerhead, Silver Sable tiene poca paciencia ante los chistes del trepamuros. Sin embrago, eso no evita que exprese cierto agrado hacia el lanzarredes.

Ah, por cierto, Black Cat regresa. No obstante, su aparición se limita a unos segundos y únicamente sirve como un deus ex machina por medio del cual Spidey consigue los medios para derrotar a Hammerhead. En otras palabras, su presencia y relación con Spidey son 100% prescindibles en Silver Lining y tan solo sirven para hacer que lo ocurrido en El atraco sea completamente irrelevante.

Marvel’s Spider-Man: Silver Lining

¿Qué hay en materia de nuevos contenidos? Además de un nuevo trío de trajes alternos, los cuales siguen sin tener nuevas habilidades, Silver Lining trae una bolsa mixta de novedades. Comencemos con lo positivo y concluyamos con lo negativo.

Silver Lining contiene la única subtrama verdaderamente intrigante de La Ciudad que Nunca Duerme. Este pone a Spidey a seguir el rastro de varios asesinatos hasta llegar a una impactante revelación. Por desgracia, esto supone una espada de doble filo. Si bien supone una misión excelentemente construida, es una que no debería estar en un DLC debido a lo que implica en el mundo creado por Insomniac Games.

Dejando de lado un puñado de nuevos crímenes comunes, este nuevo capítulo también supone el debut de los Escondites de Olympus y la tercera edición de desafíos de Screwball. Si bien suponen una buena distracción, no añaden novedad alguna. Las únicas «excepciones» son unos desafíos de Screwball que implican el desactivar bombas y el «enfrentamiento final» contra esta.

En lo que respecta a enemigos, Silver Lining introduce un nuevo enemigo volador. Su diseño alerta nuevamente sobre el reciclado de assets, sobre todo porque su comportamiento es bastante similar al de los enemigos de Sable International en el juego base. La única habilidad que los distingue de estos enemigos es su capacidad de embestir contra el suelo. Sin embargo, esta recuerda a la habilidad de los oponentes introducidos en Guerra de territorios.

Marvel’s Spider-Man: Silver Lining

No obstante, estas falencias palidecen a lado de lo que es la principal debilidad de Silver Lining: su abrupto y anticlimático final.

Por un lado, la conclusión de este episodio supone un espectáculo visual a la altura de lo visto en el juego base. La pelea final contra Hammerhead, aunque no cuenta con la complejidad de la vista en Guerras de territorio, resulta bastante entretenida. Por otro lado, carece de una debida construcción que otorgue peso al enfrentamiento contra el hombre que puso a Nueva York de rodillas. Aunque esto se debe parcialmente al mencionado deus ex machina, la corta duración del DLC es otra de las causas.

Incluso cuando Silver Lining cuenta de principio a fin con las divertidas interacciones entre Spider-Man y Silver Sable, muy poco sucede en materia de historia. Todo acontece tan rápido que la derrota de Hammerhead resulta demasiado súbita y, aún más preocupante, es descartada rápidamente. Cabe recordar que no hace mucho la Gran Manzana había colapsado ante los ataques del mafioso.

El final de La Ciudad que Nunca Duerme no cuenta con el impacto del espectacular final del juego base. A causa de ello, termina siendo una aventura poco memorable.

Marvel’s Spider-Man: Silver Lining
6.5/10 Nota
Lo que nos gustó
- El retorno de las divertidas interacciones entre el lanzarredes y los secundarios.
- Subtrama que continúa lo presentado en el segundo DLC.
- Secciones cinematográficas a la altura del juego original.
Lo que no nos gustó
- Historia acaba súbitamente.
- El regreso de Black Cat es manejado de forma mediocre.
- Un evento importante que no debería estar reservado para los que compraron el DLC debido a sus implicaciones en la secuela.
En resumen
Marvel’s Spider-Man: Silver Lining alberga tanto las fortalezas como las debilidades de los anteriores episodios de La Ciudad que Nunca Duerme. Si bien las divertidas interacciones entre el trepamuros y los secundarios retornan, las novedades en materia de jugabilidad palidecen con respecto a lo introducido en Guerras de territorio. Curiosamente, esto no evita que cuente con algunas misiones y escenas memorables.

Reseña hecha con copia digital de Marvel’s Spider-Man para PlayStation 4 y pase de temporada brindados por Sony Interactive Entertainment.

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