No hay nadie más haciendo lo que Hazelight Studios está haciendo. Mientras que la industria sigue obsesionada con los títulos multijugador competitivos, este estudio sueco se ha enfocado en explorar qué locuras puede hacer en un juego cooperativo para dos jugadores. El curioso A Way Out de 2018 fue una especie de experimento al respecto y el excelente It Takes Two —ganador el premio a juego del año en The Game Awards 2021— reveló el fantástico potencial de sus ideas. Yo no creía que el director Josef Fares y su equipo podían superar mecánicamente lo que lograron con la aventura de ese matrimonio en peligro, pero con su nuevo juego Split Fiction están determinados a demostrar que pueden ir aún más allá.
Split Fiction está protagonizado por Mio y Zoe, dos escritoras que —buscando un contrato de publicación para sus historias— son llamadas por una empresa con una revolucionaria tecnología con la capacidad de convertir sus obras en un mundo virtual. Pero las cosas no empiezan bien y nuestras aspirantes literarias se quedan atrapadas dentro de sus propias creaciones.
Si jugaron It Takes Two saben exactamente qué esperar de este juego. Recorremos diferentes escenarios —usualmente en pantalla dividida— superando retos de plataformas, resolviendo, puzles y derrotando enemigos en pareja. Cada nivel le da a Mio y a Zoe herramientas diferentes que debemos combinar para seguir adelante. No hay forma de avanzar de forma solitaria. El trabajo en equipo y la comunicación no solo son imprescindibles, son la esencia del juego.
Algo más que hereda de su predecesor es un ritmo frenético en el que lo que estamos haciendo puede cambiar cada cinco minutos. Incluso puede cambiar por completo el género de lo que estamos jugando. En un momentos estamos cambiando la gravedad para saltar entre los autos de una autopista futurista y al siguiente estamos explorando una granja convertidos en cerdos con superpoderes. Luego vamos volando a toda velocidad en una moto voladora, cazamos gatos fantasma usando habilidades mágicas, resolvemos acertijos convertidos en una esfera de nanobots y utilizamos el aliento de ácido de un dragón para eliminar a los enemigos. Es imposible saber que viene a continuación en este juego gracias a su gran despliegue de originalidad.

Es verdad que no todas las actividades que encontramos están al mismo nivel, pero incluso los minijuegos más “aburridos” ofrecen algo interesante. Si no les gusta lo que están haciendo en un momento dado, no va a pasar mucho tiempo antes de cambiar a algo completamente diferente. Hay algunas mecánicas realmente sorprendentes con potencial para soportar un juego entero y es un poco decepcionante ver que son abandonadas tan rápido, pero siempre hay una nueva sorpresa jugable a la vuelta de la esquina que nos hace olvidar esa pena. La parte final del juego es especialmente buena en esto, ofreciendo ideas muy locas en la que combina dos mundos-
El ritmo al que se nos ofrecen nuevas mecánicas, ideas y escenarios es prácticamente perfecto. Split Fiction es uno de esos raros juegos que puedo jugar por muchas horas seguidas sin sentirme cansado ni aburrido. Su historia no es muy atrapante que digamos, pero su desarrollo sí lo es. La jugabilidad se mantiene fresca y nos hace sentir intrigados por saber qué va a hacer a continuación. También hay que aplaudirlo por la facilidad de uso y comprensión que tienen casi todas sus ideas, incluso las más locas. En algunas ocasiones hay problemas menores de legibilidad y no faltan los puzles más complicados que nos hacen parar a pensar qué hacer, pero ni siquiera estos momentos logran romper con el perfecto ritmo de juego.
Aprovechando que mencioné la historia, voy a hablar de los puntos débiles de Split Fiction. No es que la trama sea mala, sino que cae en muchos lugares comunes y desaprovecha muchos de los temas que toca. Esto es especialmente triste porque tenía mucho potencial para profundizar en ideas sobre la naturaleza creativa de las personas, la importancia de ‘crear’ y la forma en que nos insertamos a nosotros mismos en lo que hacemos.




Como seguramente ya saben, las dos protagonistas Mio y Zoe son escritoras de ciencia ficción y fantasía respectivamente y desde un comienzo queda claro que no sienten mucho amor por el género sobre el que escribe la otra. Inicialmente parece que va a ser una parodia que se burla de los clichés de estos géneros, pero aunque definitivamente sí hay algo de eso, Split Fiction acepta la mayoría de los tropos con absoluta sinceridad. Eso nos hace pensar que Mio y Zoe son en realidad escritoras mediocres —especialmente Mio, pues los niveles de Zoe tienen ideas narrativas más originales— pero el juego no aprovecha esa idea.
Si escarbamos un poco bajo la superficie de la trama —no demasiado, la historia no es precisamente sutil— encontramos temas mucho más interesantes. El primero que salta a la vista por lo relevante que resulta hoy en día es la forma en que las corporaciones tratan de apropiarse de las ideas creativas con fines económicos mientras desechan a los autores de dichas ideas. Es imposible no pensar en una metáfora de las detestadas herramientas de IA generativa que no hacen sino robar el arte de los demás para formar productos mediocres. Esta lectura parece inequívoca, por lo que resulta extraño que el mismo director del juego no rechaza esta tecnología por completo.
El otro gran tema de Split Fiction es la forma en que usamos el arte para reflejarnos a nosotros mismos, expresar nuestras preocupaciones, deseos e incluso para encerrar las peores partes de nosotros. Cualquiera que haya trabajado alguna vez en un arte creativo —como escribir o dibujar— puede verse reflejado en Mio y en Zoe. Ambas tienen ideas diferentes sobre lo que significa el arte, pero al final tienen el mismo objetivo: gritarle algo al mundo. La propuesta de estas ideas es excelente y desemboca en algunos momentos emotivos, pero en general no sabe cómo llevarlas buen término. El caso de la historia de Mio es especialmente triste, pues su desarrollo no tiene la misma calidad de la de Zoe.

La historia del juegos pierde dentro de sí misma y a final de cuentas resulta un poco decepcionante por el potencial que desperdicia, pero es agradable y no interrumpe el ritmo del juego. Las protagonistas también tienen su carisma y aunque resultan un poco fastidiosas en ocasiones —sobre todo por la forma en que abusan de ciertos chistes y referencias— terminé sintiendo cariño hacia ambas.
También podría quejarme de algunos problemas técnicos con la colisión de objetos y el control en algunas secciones específicas, pero nada grave. Jugué en PS5 y el rendimiento siempre fue perfecto, aunque mi compañero —que estuvo jugando en un PC— sí se quejó de algunas ralentizaciones ocasionales y ‘glitches’ visuales.
Split Fiction es un juego perfecto para dos —ya sea de forma local o en línea— y no deben preocuparse por buscar un amigo que también haya comprado el juego, pues al obtener una copia obtenemos un código que podemos usar para jugar con otra persona en cualquier plataforma mediante ‘crossplay’ y sin que tenga que comprarlo. Realmente aplaudimos el compromiso de Hazelight y EA Originals con que todos podamos disfrutar de este juego con alguien más.

Reseña hecha con copias digitales de Split Fiction para PS5 y para PC (Steam) brindada por Electronic Arts.