Es necesario hacer contexto cuando se trata de un nuevo título –o remake— en la franquicia Harvest Moon, que actualmente lleva por nombre Story of Seasons. Desde 2014, el distribuidor Natsume partió caminos con Marvelous Entertainment, desarrolladora de todos los juegos clásicos de Harvest Moon. De esta manera dejó de ser el encargado de localizarlos en Occidente, labor que recaería en las manos de Xseed Games en adelante.
El asunto es que Natsume continuaba siendo propietaria de los derechos sobre el nombre Harvest Moon, razón por la que Xseed no podía usar dicho nombre para distribuir los posteriores títulos desarrollados por Marvelous. Así nació la saga Story of Seasons, básicamente sucesora de la original Harvest Moon.
Pero Natsume continuó utilizando el nombre de Harvest Moon con desarrollo tercerizado de entregas, radicando así un confuso problema para ciertas partes del público. El resultado no ha sido del todo favorable para Natsume, no solo porque Story of Seasons ha logrado mayores adeptos como “heredero espiritual” de Harvest Moon, sino porque el título independiente Stardew Valley –claramente inspirado en la clásica franquicia– ha sido un tanto más popular que las dos ramificaciones actuales de Harvest Moon.
Para completar, algunos jugadores más jóvenes suelen catalogar a Story of Seasons como un «clon» de Animal Crossing o del propio Stardew Valley. Por supuesto no pueden estar más equivocados, pero es una muestra de los extremos a los que pueden llegar las confusiones corporativas debido a cambios de nombre y líos de licencia.
¿Cómo aliviar un poco esta situación hacia el lado de Marvelous? Retomando un juego originalmente lanzado en 2003 para Game Boy Advance, pero visualmente actualizado y con el mismo subtítulo para que no quede duda de su origen, Harvest Moon: Friends of Mineral Town, o lo que ahora sería Story of Seasons: Friends of Mineral Town.
Si apreciamos el aspecto gráfico y lo que representa el plato fuerte del ‘remake’, al haber pasado 17 años desde que lo vimos por primera vez en pixeles, el ascenso al 3D ciertamente resulta una bolsa mixta. De haberlo jugado en GBA es imposible no tener cariño hacia su estilo, con arte y sprites bien ilustrados. La nueva versión para Switch y PC opta por tiernos personajes chibi y tonalidades brillantes, parecido a lo que se vería en un título para móviles pero tampoco como para exigirle más.
Friends of Mineral Town no carga con las complejidades de entregas modernas y adapta una historia con mecánicas jugables más simples pero suficientes. La aparentemente sencilla labor de resucitar la heredada granja del abuelo ubicada en Mineral Town, es motivo para absorber unas buenas horas del jugador. Caso aparte el tener que escoger y conquistar a un/a futuro/a esposo/a y llevar a cabo el máximo vínculo del matrimonio.
En este sentido se encuentran las mayores adiciones bajo la faceta de dos nuevos candidatos para matrimonio, con los nombres de Jennifer y Brandon. Jugablemente, son mejoras como indicadores a la hora de sembrar las que acompañan a la edición moderna, para evitar equivocaciones en la rutina de agricultura y la posible pérdida de valiosas semillas. Pero no son elementos determinantes que lo alejen a hectáreas del juego original, fuera de una mayor pantalla con decente resolución portátil que es el método predilecto por el tipo de juego.
Antes que simulador de vida y familia, Story of Seasons: Friends of Mineral Town es simulador de granja tal y como nació Harvest Moon. Un día normal a cargo de la granja del abuelo consiste en tareas básicas como cortar maleza o troncos, retirar rocas, sembrar, regar los campos sembrados, cosechar, ordeñar vacas, recoger huevos y hacer las compras de provisiones en el pueblo de ser necesario. Los animales no aparecen mágicamente ahí, así que progresivamente hay que invertir en ellos –y no es barato– hasta alcanzar una granja más productiva, pero todo a su ritmo.
La única presión se encuentra por el lado de un calendario con días y temporadas más cortos que los reales. Cada estación (primavera, verano, otoño, invierno) consta de los días que tendría un mes nuestro, formando con estas cuatro un año de juego que también puede irse volando. No sin antes celebrar los cumpleaños en el día y estación deseados. Como nos ocurre a todos, cada día viene con una determinada cantidad de energía o resistencia para realizar todas las labores.
Según la herramienta utilizada es el consumo de energía, así que antes de trabajar es conveniente planear qué se va a hacer para no desmayarse por agotamiento y dejar labores a medias, terminando con ello el día de forma inmediata. No en tiempo real y si mucho más rápido, el juego maneja su propio reloj y horarios en las diferentes tiendas o establecimientos vecinos. Hay que pensar como trabajador del campo para medir el tiempo y tener éxito en Story of Seasons: Friends of Mineral Town.
Claro, no todos los días podrás cumplir con la cuota de producción que un comerciante amigo llamado Zack recoge diariamente a las 5:00 pm. Lo que significa que no recibirás ganancias al siguiente día y por eso dicha inactividad afecta la cadena productiva durante dos días seguidos. Excepto que no existe un tiempo límite para hacer crecer la granja, tampoco un Game Over o pantalla de fracaso, similar a otros simuladores de vida. Lo que el juego busca es extender orgánicamente el tiempo que los jugadores le dedican, que cada uno aprenda por sus medios cuál es la rutina más optimizada a su estilo.
Pero no todo es agricultura. Entre las actividades alternas encontramos minería, para obtener materiales con los cuales mejorar las herramientas y hacer un trabajo diario más efectivo. También es posible participar en pesca, concursos de cocina, peleas de pollos y carreras de caballos por medio de apuestas. Siempre hay algo que hacer en el pueblo de los minerales aparte de trabajar.
Las relaciones con los demás habitantes son otras de las responsabilidades a cuestas, un punto que le da más vida al juego por medio de diálogos –en ocasiones espontáneos– más entretenidos que los del típico personaje no jugable o NPC. El construir relaciones es lo que abre camino a nuevas opciones de diálogo con estos personajes cautivantes, pero algunos hombres y mujeres son especiales.
Dichos candidatos potenciales de matrimonio que se descubren durante el progreso del juego solo logran abrir su corazón si se les habla a diario y se les regala algún detalle. De ahí a que acepten casarse con nuestro/a protagonista es cuestión de constancia, pero un aspecto actualizado en esta nueva edición es que los matrimonios entre parejas del mismo sexo ahora son posibles.
El problema con Friends of Mineral Town es que todo a la venta según la moneda interna es costoso. El primer año de juego es uno en completa austeridad cargado de dificultades y escasez, como si se esforzara por emular la vida misma cuando el mantra debería ser las bondades de vivir la ruralidad anticapitalista. Que el jugador logre superar la prueba del tedio a favor de la socialización, es la cuestión.
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Reseña hecha con una copia digital de Story of Seasons: Friends of Mineral Town para Nintendo Switch brindada por Xseed Games.
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