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Styx: Shards of Darkness – La reseña

Cyanide Studios llega con una historia emocionante en donde debemos avanzar utilizando el sigilo y la inteligencia como armas principales.

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Cuando un juego te hace pensar cada acción que realizas a lo largo de su historia significa que hay un gran esfuerzo y trabajo de realización por parte de sus desarrolladores. Ese es el caso de Styx: Shards of Darkness, un juego de sigilo creado por Cyanide Studios que nos mostrará lo difícil que es pasar desapercibido en un mundo rodeado de sombras, y por supuesto letales asesinos.

En esta nueva historia tomaremos el control de Styx, un goblin asesino que presta sus servicios de ladrón y asesino a aquellas personas que puedan pagar el precio, obviamente nada barato.

Nuestro particular y gracioso anti héroe tendrá que ir a Korrongar luego de hacer un trato con una humana llamada Helledryn, la cual le ofrecerá una oportunidad para que este personaje pueda lucirse gracias a sus habilidades. Esta vez el pequeño monstruo tendrá que robar un artefacto mágico que atraerá muchos sujetos indeseables a su vida, poniendo en constante peligro sus seguridad. Como recompensa recibiremos una montaña del mágico Amber, para muchos una estupidez, pero para él su mayor fuente de poderes y por supuesto una sustancia a la que ha sido adicto desde su infancia.

El orden argumental de esta historia es realmente fundamental para entender la vida de Styx, el cual después de 20 años se ha convertido en una leyenda en su ciudad natal. Además demuestra que ha adquirido a través del tiempo mucha experiencia y sabiduría para realizar cada misión.

Nuestro personaje es un Goblin burlón, el cual siempre busca realizar chistes — por momentos excesivos— para atraer al jugador. Realmente es un típico anti héroe diseñado al mejor estilo de personajes como Deadpool, los cuales hacen buenas acciones pero no precisamente con la buena intención de ayudar a alguien, ya que al final su lado oscuro siempre resalta sobre todas las cosas.

La jugalidad es realmente buena, ya que a pesar de ser asesinos no tendremos fuerza bruta o destrezas en combate cuerpo a cuerpo para ganar una batalla, teniendo que utilizar en algunos casos la habilidad de sigilo y estrategias para derrotar al enemigo sin tener que aparecer frente a ellos. Por ejemplo, podemos hacerlos caer desde un barranco, hacerlos pelear con otros compañeros de armas e incluso podremos envenenar sus alimentos, incluyendo el agua.

La mecánica de este título tiene ciertos parecidos con otras franquicias ‘stealth’ como Splinter Cell e incluso el mismísimo rey del sigilo como lo es Metal Gear Solid, aunque esta vez el humor será un componente principal, ya que nuestro asesino tiene mucho estilo y gracia al ejecutar alguna acción.

Si no eres un experto en el arte de esconderte y la paciencia no es tu gran fuerte, tendrás muchas complicaciones, ya que incluso las personas que han jugado este tipo de géneros estarán contra la pared en ciertas situaciones donde solo la lógica será su principal aliada. El juego nos ofrece tutoriales básicos, sin embargo, después de la pequeña práctica no tendremos más ayuda porque las estrategias serán de cada usuario.

Respecto a su argumento hay que decir que está bien trabajado, pero solo tiene un pequeño problema que con el tiempo se puede convertir en un gran dolor de cabeza. No se da una continuidad clara a los hechos transcurridos en Styx: Master of Shadows, por lo cual los usuarios que jueguen por primera vez solo entenderán que hay que robar porque somos ladrones y nos pagaron por ello, dejando de lado el trasfondo que envuelve al goblin.

La caracterización de cada personaje intenta ser muy original, ya que cada involucrado tiene un objetivo en común con Styx pero sus formas de conseguirlo son totalmente diferentes, generando contantes choques entre los protagonistas. Cada personaje secundario como los soldados o demás goblins intentan diferenciarse no solo en lo gráfico, sino también en sus formas de pensar, gracias a que poseen en gran parte distintos diálogos que los caracterizan, mostrando que realmente se puso una dedicación minuciosa en los detalles.

El diseño gráfico se destaca fácilmente ya que tenemos distintos tipos de escenarios. Estaremos en un pueblo de cazadores, en una ciudad bajo las montañas, minas, e incluso lucharemos en el cielo; por supuesto hay muchos más escenarios que destacan por el manejo de amplitud e incluso por los distintos tipos de ambientación que los rodean.

Por momentos se llegan a notar bugs que entorpecen la fluidez del juego pero son casos realmente limitados, en aproximadamente 125 horas de juego que puede llegar a durar la campaña principal. Además, se debe destacar que la inclusión de un nuevo modo multijugador mejora las mecánicas y ofrece un renovado desafío, donde los jugadores deben estar totalmente coordinados para superar cada misión con éxito.

La banda sonora se encargará de trasladarnos a una época medieval e incluso nos ambientará por momentos las grandes historias de trovadores que contaban los caminos de una gran leyenda, en este caso un ‘gran ladrón’. Existen distintos tipos de ritmos que nos indican seguridad, alegría y peligro, los cuales se ajustan en determinados momentos al transcurrir la historia.

Styx: Shards of Darkness es realmente una entrega sólida en términos generales. Su problema de conexión argumental con la entrega anterior puede ser frustrante, pero es algo que puede solucionar el usuario con un poco de investigación previa, aunque no es lo ideal. Su jugabilidad nuevamente ha demostrado que puede evolucionar, llevándonos a los límites de la estrategia y el sigilo para sobrevivir en un mundo donde las sombras no pueden ser vistas bajo ninguna circunstancia.

Reseña hecha con una copia digital de Styx: Shards of Darkness para PS4 brindada por Focus Home Interactive.

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