Es una de las franquicias de Nintendo y Super Mario que menos sufre por la falta de entregas. Cada plataforma de Nintendo tiene por lo menos un juego original de Mario Party, sin contar aquellos que recopilan tableros o minijuegos previos como Mario Party: The Top 100 (3DS) y Mario Party Superstars de 2021 para Switch. Super Mario Party jamboree es propiamente una secuela de Super Mario Party, primer juego de la serie para la consola híbrida. Mientras aquella iteración solo se podía controlar con los Joy-Con desacoplados de la consola, los usuarios de Nintendo Switch Lite debían invertir en controles adicionales y solo Mario Party Superstars les dio la oportunidad de jugar con el mando de la misma consola.
Super Mario Party Jamboree tiene ambas opciones, modo portátil y otros modos de juego exclusivos de los controles de movimiento de los Joy-Con. Super Mario Party fue un exponente decente pero se quedaba corto en materia de contenido. Reutilizando los modelos de Mario Party Superstars, Nintendo Cube cargó Super Mario Party Jamboree de suficientes minijuegos y modalidades para mantener la fiesta prendida por mucho más tiempo. No todos los modos son igual de interesantes, pero los que sí, consiguen generar más enemistades en el camino a la súperestrella.
La fiesta clásica
Pese a que Mario Party: Star Rush en 3DS no es uno de los destacados juegos de la serie, tanto Super Mario Party Jamboree como su predecesor retomaron la mecánica de los aliados –personajes del Reino Champiñón– para brindar beneficios adicionales a los jugadores. Este es el denominado ‘Jamboree’, en el que uno de estos personajes o compi aparece en el tablero y los jugadores deben ganar su compañía batiéndose a duelo en un minijuego. Esto a su vez nos lleva a los minijuegos más interesantes de toda la fiesta.
Los 10 minijuegos con carácter disponibles representan a todos los ‘compi Jamboree’ que pueden ser reclutados como aliados en los tableros tradicionales: Mario, Luigi, Peach, Daisy, Wario, Waluigi, Yoshi, Rosalina, Donkey Kong y Bowser Jr. Estos consisten en varios microjuegos dentro de un minijuego, parecido a lo hecho por WarioWare pero levemente extendidos. En el de Luigi recorremos una mansión superando ‘puzzles’ para encontrar al hermano de Mario. En el de Wario atendemos a un show presentado por el ambicioso bigotudo y en el de Waluigi finalmente jugamos su pinball, introducido como pista desde Mario Kart DS. El de Yoshi es una genial carrera plataformas 3D a bordo de varios Yoshi. Mientras que el de Donkey Kong irremediablemente nos recuerda a Donkey Konga. El de Bowser Jr. se ubica sobre una pantalla que despliega gráficos de los microjuegos y simula a las que tienen los Lego de Super Mario.
Los tableros de Plaza arcoíris y Circuito lanzadados justifican sus novedades. El primero es un centro comercial donde tomar la ruta equivocada altera rápidamente los resultados, mientras que el segundo es una referencia directa a Mario Kart en forma de Mario Party. Algo intentado por Fortune Street (Wii), pero donde el circuito de Mario solo era un fondo del tablero principal. En el tablero de Jamboree los jugadores recorren la pista a bordo de su propia fórmula. A pesar de lo poco intrincado en su diseño lineal, es mucho más agraciado que el desastroso «vehículo comunal» de Mario Party 9 y 10.
De los tableros retro, nuevamente Mario Party 2 sobresale como lo hizo en Superstars con Space Land y Horror Land. Western Land recibe un fabuloso lavado de cara y mejoras en el uso del tren que atropella jugadores. El Mundo del Oeste (¿Westworld?) realza los elementos de Nintendo 64 desde cero, brindando vida al pueblo que suma a la vibra del viejo oeste. Elementos estéticos como el cementerio y el campamento nativo fueron retirados, curiosamente. El otro tablero, Mario’s Rainbow Castle, era incipiente en el primer Mario Party y lo sigue siendo. Bowser impostor y sus falsas estrellas tampoco ayudan a mejorarlo.
El after party isleño
Aparte de la opción de elegir las reglas tradicionales y otras más competitivas o Pro, que restringen el uso de objetos y bonificaciones de estrellas, una buena variedad de modos acompañan al principal. Tres de ellos usan controles de movimiento, así que son descartados para Switch Lite sin Joy-Con adicionales o el modo portátil de Switch estándar. ‘En alas de la aventura’ pide aletear con un Joy-Con en cada mano para sobrevolar y explorar una pequeña isla en las nubes, que rememora otros plataformas 3D de Mario. Incluye un cooperativo «minijuego de taxi», donde los sujetos más pesados causan mayor cansancio en el aleteo. Aunque también se puede jugar sentado dándose las mañas, por si apremia la pereza.
En ‘Fábrica de Toad’, usamos los Joy-Con para elevar o descender plataformas y llevar una pelota hasta un orificio cercano. Tiene su reto con el progreso de niveles hasta para cuatro jugadores. En ‘Cocina rítmica’, varios minijuegos de ritmo se juegan de forma continua, para trabajar de forma conjunta y conseguir mejores resultados en los platos preparados. Estas tres modalidades impulsan el multijugador con los Joy-Con, pero no son imprescindibles ni los que más brillan en Super Mario Party Jamboree. Aunque el enfoque es local, el juego en línea u ‘online’ vuelve a ser una opción desde su total implementación en Superstars.
No solo en los tableros del modo clásico, sino en modalidades como los Desafíos de Bowser. Este incluye ‘Bowseratlón’ (una evolución de otro modo de Star Rush), ahora con hasta 20 participantes compitiendo en minijuegos. Las monedas ganadas son las casillas que avanzan durante la carrera. Por su parte, en ‘Brigada anti-Bowser’ hasta ocho jugadores colaboran en un mapa para reunir bombas y atacar progresivamente a un gigantesco Bowser impostor. Esquivando a su vez obstáculos y peligros enemigos. Como trabajo colaborativo es una buena propuesta que aporta contenido de valor a la franquicia.
Estos juegos son un tanto irónicos, porque no permiten utilizar a Bowser como personaje jugable pero el villano es el Bowser impostor. Sería preferible que Mario Party encontrará un nuevo antagonista si quiere dejar parrandear a Bowser y darle más frescura a la temática.
Fiesta para uno
Si bien conseguir compañeros de juego ya no es problema con el modo ‘online’, Super Mario Party Jamboree permite acceder a una modalidad para un solo jugador en el ‘Paseo servicial’, o lo que es igual, organizar la fiesta. Que no es lo mismo a jugar un tablero solo. Los jugadores pueden recorrer alguno de los nuevos tableros como un personaje, hablar con NPC, reunir objetos y cumplir tareas básicas para obtener miniestrellas. Al recolectar 30 miniestrellas, tiene lugar una batalla de jefe donde los personajes no jugables colaboran con la causa. Las miniestrellas aparecieron también en The Top 100, así que es otro retorrnante.
Con todo esto queda claro que Jamboree aprendió de la falencia en Super Mario Party y decidió botar la casa por la ventana a la hora de implementar contenido. Es un paquete integral que además luce impoluto visualmente. Una fiesta de despedida a la original Nintendo Switch y capaz de mantener ocupados a los jugadores de manera local o en línea, depende de los gustos e intereses. Los nuevos tableros hacen un mejor trabajo que los retro de Superstars, donde solo los de Mario Party 2 sacaban la cara. Todas las opciones con o sin control de movimiento aseguran que nadie se pierda la farra o lamente la falta de controles extra. A menos que reúnas una excesiva cantidad de personas en un solo lugar.
Reseña hecha con una copia digital de Super Mario Party Jamboree para Nintendo Switch brindada por Nintendo of America.
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Amo los videojuegos de Mario, son muy divertidos, me encantan!, ya quiero jugar ese juego, me llama mucho la atención, como soy diseñadora de videojuegos me sirven de inspiración, me divierto mucho en Twitch porque sigo a DiceGirl Egle expert slot streamer, verdad soy una gamer muy apasionada y amo mucho los videojuegos, muchas gracias por sus articulos, siempre escriben buenas recomendaciones ;)