Tenkai Knights: Brave Battle – La reseña

Quarton es un planeta tranquilo (¡y en forma de cubo!) que alberga unos seres con apariencia de Bionicle (esa colección de robots personalizables que lanzó Lego hace varios años). Sin embargo, un día este tranquilo planeta es azotado por una guerra entre dos facciones, la armada Corekai liderada por un valiente héroe llamado Beag y la armada Corruptor, liderada por un despiadado ser llamado Villius. La guerra se desata porque Villius quiere la preciada energía tenkai para aumentar su poder y conquistar Quarton. Es en este momento cuando cuatro héroes legendarios aparecen, los Guerreros Tenkai (Brevenwolf, Tributon Lydendor y Valorn), que se enfrentan a Villius pero no logran hacer gran diferencia; al ver todo perdido logran invocar al Dragón Tenkai (un ser mítico que alberga toda la energía tenkai) que con su inmenso poder vence a Villius, se desintegra en varias partes que son distribuidas por todo Quarton y los Guerreros Tenkai desaparecen.

El juego Tenkai Knights: Brave Battle desarrollado por Bandai Namco Games, basado en la serie de animé Tenkai Knights, inicia muchos años después de esta serie de acontecimientos. Ahora nos ubicamos en el planeta Tierra en la mitad de una conversación entre dos amigos, Guren y Ceylan, que se dirigen a la tienda de cachivaches de un viejo conocido, el señor White (sí, como el de Breaking Bad), que no aparece cuando los dos amigos llegan. Es en ese momento cuando Guren y Ceylan son misteriosamente atraídos por un extraño portal dentro de la tienda, al atravesarlo son transportados a Quarton en forma de Bravenwolf y Tributon dos de los legendarios Héroes tenkai. Allí son recibidos por Beag que les explica brevemente quiénes son y los introduce inmediatamente a una pelea.

En el modo historia de este juego de pelea, podremos manejar (inicialmente) a dos héroes pero conforme avanza la historia podremos escoger misión a misión con cuál de los cuatro nos queremos desempeñar. En este modo avanzaremos a través de diferentes escenarios cumpliendo misiones del estilo “consigue x elemento”, “derrota x número de enemigos”, “mata a x jefe”, por lo que nos ofrece más de lo mismo a lo que estamos acostumbrados. Una característica interesante en el modo historia es el sistema de ayuda en línea el cual ha sido complicado de explorar dada la poca cantidad de jugadores conectados.

El objetivo de este modo historia, más que conocer la historia en sí, es desbloquear personajes y obtener misiones secundarias para así recolectar materiales y mejorar las armas, todo esto con el fin de enfrentarnos en el modo online contra otros jugadores. Al final nos encontramos con el final cliché en el que los héroes descubren que la unión hace la fuerza, vencen al enemigo principal (otros secundarios se arrepienten) y restauran la paz en Quarton.

Mi principal queja con respecto al modo historia y a la jugabilidad en general de este título radica en el aumento de dificultad, ya que los primeros tres niveles son extremadamente fáciles (los enemigos prácticamente están inmóviles) y a partir del cuarto realizan movimientos que no tendremos ni la más remota idea de cómo enfrentar; ya que no hay un tutorial o algo que nos guíe en el juego, debemos descubrir soluciones presionando todos los botones. Pese a esta dificultad, nos podemos dar cuenta tras una o dos derrotas que los movimientos de los enemigos son muy repetitivos, esto hace que vencerlos al final solo se limite a repetir el movimiento que contrarresta el que siempre hacen.

Una de los aspectos que me gustó y me pareció curioso es que el juego explota el hecho de que los personajes son robots hechos de bloques (como ya dije, similares a los Bionicle de Lego) lo que permite que si uno no está contento con las estadísticas base de algún personaje, simplemente tenga que “meterle” los bloques (espadas, unidad de vuelo o escudo) de otro personaje. El problema es cuando descubrimos que la mejor arma por el gap close que tiene es la espada, lo que lleva a que te quedes con cuatro espadachines; adicional a esto, cuando nuestros personajes entran en modo titán (un modo especial en el que se incrementan sus estadísticas y se logra cuando el personaje encuentra su atributo, como valor o amistad, por ejemplo) vuelven a su configuración original.

Otro aspecto que vale la pena resaltar es que resulta más eficiente usar las flechas para pelear, por lo que, en un mundo ahora dominado por joysticks, se añade un componente nostálgico de consola antigua; y es precisamente cuando usamos las flechas que nos damos cuenta de que los personajes no son tan lentos como creíamos y alcanzan una buena velocidad de ataque que, desafortunadamente, no logra hacer que el desarrollo de las batallas sea más dinámico.

Debido a ese aspecto de las batallas, no es muy alentador entrar al modo online para enfrentarnos con otros jugadores; tal vez la experiencia enfrentándonos con otras personas haga distinta la experiencia de las batallas. Desafortunadamente, cuando intenté jugar en línea no encontraba a otras personas disponibles para los dos modos que se ofrecen en esta modalidad, modo historia y PvP.

Respecto a las gráficas, Tenkai Knights: Brave Battle no deslumbra ya que se presenta como un juego normal con gráficos muy básicos y que no explota mucho el 3D, claro está, si lo comparamos con contemporáneos cómo Super Smash Bros; sin embargo le doy el beneficio de la duda al pensar que esto puede ser porque quieren mantener un ambiente muy al estilo de los bloques de Lego. En cuanto al apartado de sonido es poco lo que se puede decir, ya que no tiene ninguna trascendencia en el juego..

Para resumir, nos encontramos ante un juego que por su temática crea muchas expectativas y tiene mucho potencial; sin embargo, nos decepciona un poco al mostrarse con una jugabilidad limitada, una dificultad que escala de manera totalmente desconectada con lo que va en la historia, misiones que no dan mucho de qué hablar (o pensar) y una banda sonora un poco plana. Sin embargo no todo es malo, el juego se mantiene fiel al animé haciendo que la historia logre mantener un ritmo interesante, tal vez si el juego se alargara un poco más se podría apreciar con mejor detalle este aspecto.