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The Legend of Zelda: Link’s Awakening (Switch) – Reseña

La vida es sueño, y los sueños, sueños son.

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The Legend of Zelda: Link’s Awakening no es un juego cualquiera. Originalmente lanzado en 1993 en formato monocromático para Game Boy, su desarrollo se llevó a cabo durante el tiempo libre de sus creadores, con ideas flotantes tras el trabajo hecho con A Link to the Past y como una forma de transmitir la experiencia Zelda en un sistema portable.

Con el progreso de este proyecto hecho por pura pasión, las limitaciones del hardware y sus cuatro escalas de grises, el juego terminó tomando forma y ganando características propias de su argumento, tan ajeno a la franquicia que le precedía pero a la vez respetuoso de la misma. Sumándole cameos indirectos de otros títulos como los de Super Mario, Yoshi, Kirby y hasta SimCity. Tanta extrañeza tenía una explicación, pero en general sus mismos padres concebían Link’s Awakening como una parodia de la saga de Zelda.

En 1998 con la edición DX, Game Boy Color se encargaría de revivir la aventura alterna de Link en la isla de ensueño Koholint. Una segunda y rebosante vida gracias a la paleta de colores de la consola portátil, que le permitieron cambiar uno que otro elemento, sumarle un calabozo que aprovechaba dichos colores, y añadir compatibilidad con el periférico Game Boy Printer, con el cual se podían imprimir fotografías obtenidas en una nueva cruzada opcional.

La lista de juegos de The Legend of Zelda que reciben revisiones en forma de remasterización o ‘remake’ continúa creciendo con el paso del tiempo, así que era cuestión de esperar para que uno de los más queridos y alabados con justa razón se adaptaran al sistema híbrido por excelencia de Nintendo (a menos que solo se juegue en el también lanzado Switch Lite). Esta tercera versión de The Legend of Zelda: Link’s Awakening retoma las raíces que tanta fama le han dado al héroe de todas las eras, algo que cae muy bien tras un más ambicioso y diferente mundo abierto como Breath of the Wild.

La forma de resucitar un estelar juego de Game Boy con estándares actuales no es optar por el realismo, en especial con uno como este ubicado en un ámbito onírico. Su desarrollador Grezzo, que también se encargó de desarrollar para 3DS los ‘remakes’ de Ocarina of Time y Majora’s Mask, prefirió darle un aspecto de maqueta a la Isla Koholint y una estética de juguetes a su variopinta cantidad de personajes y enemigos. La nueva figura Amiibo de Link, disponible a la par del juego, rinde tributo a esto con una pintura brillante atípica de los Amiibo pero fiel a las imágenes del juego.

Es todo un placer y una experiencia relajante el solo dar vueltas por la Aldea Mabe y sus alrededores haciendo lo que mejor sabe hacer Link: cortar pasto y romper jarrones. No se siente como un videojuego, en el buen sentido de la frase, sino como un gigantesco diorama que cobra vida con las acciones del jugador. Es cierto que la isla presenta una Aldea Animal que pareciera la idea primaria de Animal Crossing, pero Link’s Awakening para Switch alcanza las cuotas de esparcimiento del que en 2020 llegará a Switch, por casualidad también a bordo de una isla tropical. Y en ambos se puede pescar, quitar maleza, comer manzanas y servir de mensajero.

Pero los beneficios de esta edición 2019 frente a la de 1993/1998 van más allá de lo visual, que por inercia es un asunto encantador. Elementos de calidad de vida como que el campo de visión es ampliado considerablemente, ya que el movimiento no está restringido a cuatro direcciones ni a una sola pantalla parte de una cuadrícula mayor. El exclusivo uso del stick para desplazarse permite mover a Link en ocho direcciones a través de un mapeado continuo, rompiendo la barrera del scroll obligatoria en el caso de Game Boy. Esto puede dar la impresión a muchos que el mapa es más pequeño, pero incluso la posición del pasto ha sido respetada.

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The Legend of Zelda: Link’s Awakening no es Breath of the Wild y eso es necesario recalcarlo porque cada uno tiene sus fortalezas, que no deben ser medidas por la duración. Pese a que Link no corra sin las famosas botas Pegaso, el solo habilitar desplazamiento continuo del personaje en ocho diferentes direcciones, hace que el juego avance más rápido que aquel en el que se basa. Pero el mapa es una réplica exacta y precisa, con toda la belleza impuesta por el subconsciente de una ballena voladora o Pez del Viento.

Uno de los beneficios que más se han de agradecer tiene que ver con la configuración predeterminada de la espada al botón B, el escudo al R/ZR y de las botas (cuando se obtienen) al L/ZL. Tener que estar cambiando constantemente en las versiones de Game Boy/Color los objetos a usar con los botones A y B, incluidos espada y escudo, era una labor extenuante. Con esos y otros elementos dedicados, quedan libres los botones X y Y para configurar los objetos secundarios como bombas, polvos mágicos, pluma de salto, pala, arco de flechas, boomerang y demás.

El ‘calabozo del color’ se mantiene, pero lamentablemente, Link’s Awakening para Switch pierde la para entonces otra novedad de la versión DX, como lo fue el ratón fotógrafo y sus instantáneas imprimibles de los denominados ‘Viajes de Link’. La tienda de fotografía se cerró a favor de la cabaña de Dampé, que brinda acceso a la ‘mazmorra de salas’, un modo inspirado en la idea sugerida de desarrollar un “Zelda Maker.” Dados los problemas que podrían surgir a la hora de armar un calabozo, Nintendo optó por convertirlo en este minijuego alterno en el que podemos crear nuestras propias mazmorras pero con cuartos predeterminados.

Los cuartos que tenemos a disposición, incluidos enemigos y jefes, son de aquellos calabozos que se hayan superado u otros más obtenidos en el minijuego de la garra mecánica o al escanear los diversos Amiibo de The Legend of Zelda. La figura de Link basada en Link’s Awakening, desbloquea no solo más cuartos para el modo construcción en la ‘mazmorra de salas’, sino a Shadow Link como rival adicional en los calabozos creados.

Armar calabozos resulta entretenido y una forma alterna de descansar a los combates en la isla, pero es mejor abordarlo una vez se hayan completado varios calabozos del juego principal para contar con mayores opciones en el catálogo de construcción y no repetir los mismos esquemas ya vistos. El sistema se encarga de advertirnos cuando falta una escalera que conecte con otra o existan cuartos sin salida; mientras que para guardar las creaciones en una figura Amiibo y compartirlas con otros jugadores de forma local, es necesario superarlo primero, como en Super Mario Maker.

Hubiese sido genial que se pudieran compartir los niveles creados de manera online con otros propietarios del juego y no limitar eso a los Amiibo, pero suponemos que es una idea que bien se puede guardar para un más oficial “Zelda Maker” y que esto solo es un experimento para ver cómo lo utilizan los jugadores. O quizás nunca exista un título así con la saga de Zelda y Link’s Awakening es la única forma de apreciar lo bien que le quedaría el género de la creatividad.

The Legend of Zelda: Link’s Awakening
9/10 Nota
Lo que nos gustó
-Una maqueta de juguetes hecha videojuego.
-Movimiento de Link y desplazamiento de mapeado.
-Uso estándar de espada y escudo que libera el inventario.
-Nuevos atajos en algunos puntos del mapa.
-La 'mazmorra de salas' es un interesante pseudo-Zelda Maker.
Lo que no nos gustó
-Ausencia de fotógrafo y fotografías de la versión DX (no era necesario imprimirlas).
-Los calabozos creados bien podrían compartirse de forma local y online sin necesidad de Amiibo.
En resumen
Nintendo Switch tiene un carisma particular a la hora de volver a presentar juegos que fueron creados para Game Boy. Lo habíamos visto en gran manera con Pokémon: Let’s Go y ahora con The Legend of Zelda: Link’s Awakening, siendo este último un exponente sinceramente bello. Todavía más grato de jugar que en sus años de Game Boy Color gracias a las mejoras de Grezzo, y perfecto para todos aquellos que quieran revivir la naturaleza innata de Zelda o iniciarse en el largo camino de la leyenda, para después viajar al pasado en el legado de Link.

Reseña hecha con una copia digital de The Legend of Zelda: Link’s Awakening para Nintendo Switch brindada por Nintendo of America.

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