Desde que jugué el excelente Return of the Obra Dinn —pueden leer mi reseña aquí— me he sentido atraído por un tipo de juegos de puzles muy específico: aquel en que resolvemos misterios usando nuestra propia lógica para conectar las pistas que encontramos en los escenarios. En ese género hay otro título que resalta junto con la ‘obra magna’ de Lucas Pope: The Case of The Golden Idol. Ese juego convirtió en uno de mis favoritos y me hizo muy feliz poder disfrutar de su nueva secuela, The Rise of The Golden Idol.
Esta historia se desarrolla 300 años después de los eventos del primer juego. El Ídolo Dorado que usó Lazarus Herst para subir al poder se ha convertido en una leyenda y nos encontramos en medio de la década de 1970. El poder del ídolo resurge de entre los mitos para crear caos en un mundo que no está preparado para él.
La jugabilidad de The Rise of The Golden Idol es muy sencilla. Se nos presenta un escenario en el que ha ocurrido algo usualmente grave —un asesinato, un robo, una conspiración, etc— y debemos dar clic en diferentes personajes para descubrir qué están diciendo y qué objetos llevan consigo— u en otros elementos como documentos y herramientas para descubrir cómo fueron usados. Mientras hacemos esto, vamos coleccionando nombres, verbos y otras palabras que finalmente debemos acomodar en cajones de texto para identificar a todas las personas relacionadas y descubrir qué pasó en realidad.
Este es uno de esos juegos que nos hace sentir como verdaderos detectives. No basta con ver todo lo que hay en el escenario, tenemos que analizarlo. Usualmente no vamos a encontrar el nombre de un personaje en una tarjeta de presentación en su bolsillo —bueno, a veces sí— sino que tenemos que sacar conjeturas basados en lo que dicen los demás y en las pistas que encontramos. Un detalle tan aparentemente insignificante como el color de lápiz usado en una firma puede desenredar todo un misterio.

Hay mucha variedad en los 20 casos que incluye este juego, pero aunque prácticamente todos son divertidos de solucionar, no todos tienen la misma calidad. La gran mayoría están muy bien pensados y esconden sorpresas que nos emocionan cuando estamos relacionando la información que encontramos, pero hay otros que se sienten como relleno. No porque no aporten a la trama, sino porque el hilo de investigación es tan directo que resulta aburrido. Por el contrario, hay otras soluciones que exigen una lógica tan enrevesada que resultan difíciles de armar en la cabeza. En ocasiones me vi tomando notas con papel y lápiz de verdad.
Afortunadamente, The Rise of The Golden Idol cuenta con un muy buen sistema de pistas integradas dentro del mismo juego que nos dirigen por el camino correcto si en algún momento nos sentimos perdidos. No nos dan las respuestas directas e incluso mirando todas ellas podemos vernos pensando aún más para finalmente darle solución a un caso y poder continuar a la siguiente pantalla. Lo mejor de todo es que la localización al español es excelente y las soluciones no tienen problemas de redacción. No tienen que preocuparse por el idioma cuando lo jueguen.

Los casos están necesariamente en orden cronológico y eso hace que armar la misma historia sea un puzle en sí. Personalmente, la historia me resultó aún más interesante que la del juego anterior por su ambientación más moderna. Mientras Case hablaba sobre la corrupción política y el surgimiento del fascismo, Rise pone al ídolo en un contexto más capitalista, preocupado por la forma en que la ciencia se pone al servicio del dinero, y las personas tratan de acomodar aquello que no entienden a su percepción de ver el mundo. Todo desemboca en un excelente final que me dejó con una sonrisa en el rostro.
Si están interesados en el ‘lore’ de la saga, también van a aprender mucho más sobre la civilización lemuriana y sus artefactos. Aún así, no es necesario haber jugado el primer juego para entender este. Aunque se desarrolla en el mismo mundo y hay referencias tanto a The Case of The Golden Idol como a sus DLC, es una historia independiente.
Debo aprovechar a mencionar que sus creadores ya anunciaron que continuarán la historia mediante cuatro actualizaciones de contenido. Esta es una gran noticia porque quedan algunos cabos sueltos que me dejaron con mucha curiosidad.

A nivel visual, The Rise of the Golden Idol va a resultar tan divisivo como Case. Los personajes son, a falta de una mejor palabra, feos y los objetos tienen solo el nivel de detalle necesario para diferenciarlos. Cuando salió el primer juego, vi a algunos comentaristas criticar este estilo visual diciendo que fue “pereza de los desarrolladores” hacer algo mejor. Discrepo. Este estilo puede que no sea “bonito” pero definitivamente es llamativo y cargado de personalidad. En esta ocasión los retratos están animados de forma que lucen aún más grotescos y, por eso mismo, únicos.
Finalmente siento que ser más largo no lo hace ser un mejor juego —debido principalmente a los casos menos elaborados— y su predecesor es una obra mucho más redonda. Aún así The Rise of the Golden Idol es un juego excelente que todo el que quiera ejercitar sus músculos analíticos debe probar. Si son fanáticos del anterior juego, es simplemente imprescindible.
Reseña hecha con una copia digital de The Rise of The Golden Idol para PC (Steam) brindada por PlayStack. Este juego también está disponible para PS4, PS5, Xbox One, Series X|S, Nintendo Switch y para teléfonos móviles mediante Netflix.