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Videojuegos

Una consola portátil que recuerda la esencia de la diversión

“¿Por qué jugamos Bruce? Para aprender a divertirnos”.

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En algún momento nos olvidamos del simple objetivo de los videojuegos.

Mientras Google nos dice que con Stadia no necesitaremos consolas para disfrutar videojuegos de última tecnología, o Nintendo decide fusionar su mercado portátil y casero en uno solo con un producto ganador como Switch; una compañía de bajo perfil sorprende a la industria de los videojuegos con un concepto portátil sencillo pero altamente atractivo por su extraña propuesta.

Panic Inc. es más conocido por desarrollar aplicaciones para iOS y macOS, así como por distribuir el juego estrella de Campo Santo, Firewatch, y en un futuro el aplazado Untitled Goose Game de House House. Su libertad creativa e independencia, de alguna forma les sembró la idea de ir un paso más allá del desarrollo de software, con un plan que no muchas empresas pequeñas se atreverían a llevar a cabo y en el que otras han fracasado: crear hardware de juegos.

Para rematar, hardware portátil, mismo mercado que Nintendo ha consolidado durante décadas y actualmente relegado a favor de su financieramente potente sistema híbrido. Mismo donde Sony desistió tras sus intentos con PSP y PS Vita, la primera más significativa que la segunda por factores de entretenimiento. El mismo y salvaje mercado en donde Microsoft ha siquiera pensado entrar, actualmente dominado por dispositivos móviles con iOS y Android plagados de juegos F2P (free-to-play).

Un mercado más donde Sega desistió en competir creando consolas.

El nombre de la primera consola portátil de Panic es Playdate, diseñada por la entusiasta compañía Teenage Engineering, especializada en sintetizadores. Si a primera vista parece un Game Boy pero con una palanca o manivela en la parte lateral, es porque justamente eso es, por loco que parezca. Una manivela retráctil que tampoco brinda energía con su rotación (no una mala idea), sino que es un control adicional para ciertos juegos exclusivos.

Piensa en un sistema concebido dentro del universo de WarioWare y eso es Playdate.

¿Cuáles juegos? Ninguno que se distribuya por medio de cartuchos o mini cartuchos (cual Pokémon Mini), tampoco de franquicia conocida pero minimizada a imágenes monocromáticas. Solo imagina que durante 12 semanas recibieras por sorpresa un nuevo título para la portátil vía Wi-Fi. Una luz en la consola indicaría cuando haya un juego recientemente descargado, para un total de 12 en la denominada temporada, sin costo adicional. Así como la sorpresa de la manivela, lo mismo ocurriría con el material original a jugar. Nada de microtransacciones, solo experiencias completas con su propia personalidad.

De ahí el nombre Playdate, brindando capacidad de asombro a los jugadores como la de un niño con juguete nuevo.

Entre los futuros juegos a blanco y negro, no tan complejos como en un 3DS pero tampoco tan sencillos como en un Game & Watch, talentos como Bennett Foddy, Shaun Inman, Zach Gage y Keita Takahashi (Katamari Damacy) se unen al proyecto para brindar sus mentes e ideas fuera de la caja.

Crankin’s Time Travel Adventure, de Takahashi, usa la manivela de forma exclusiva como en su momento hacia DS con la entonces innovadora pantalla táctil resistiva. Con la manivela puedes controlar el flujo del tiempo, adelante y atrás, llevando a Crankin a su cita con Crankette mientras evita los cada vez incrementados y ridículos obstáculos, no afectados por esta suerte de piedra del tiempo análoga.

Las especificaciones técnicas no son tema revelado pero tampoco es relevante por ahora, y si habrá más temporadas y juegos añadidos más allá de los 12 misteriosos prometidos, lo sabremos hasta más adelante en el transcurso del año cuando sus pre-órdenes sean abiertas para una entrega a comienzos del 2020.

No encontrarás en Playdate una pantalla HD de última generación, ni siquiera color o iluminación. Su resolución de 400×240 en una pantalla monocromática hecha por Sharp es todo lo necesario, sin líneas borrosas y altamente reflectiva, capaz de ser jugada a plena luz del sol, como no podía decirse de la línea Game Boy/Color/Advance. ¿Eres más de jugar en la oscuridad? Mejor alista una de esas lámparas de lectura.

Todo disponible por un precio de 149 dólares americanos, cerca de 500 mil pesos colombianos. Sería natural afirmar que eso es una injusticia y un altísimo costo por una consola portátil que ni se acerca a las de octava generación, cuya mayoría de juegos a ofrecer se desconocen y cuyo mayor atractivo –más original que el control para pescar de Dreamcast– es una manivela para títulos independientes en blanco y negro sin retroiluminación.

Y rayos que aun así parece un trato justo por tanto minimalismo en forma de juguete. Panic son la clase de desarrolladores fuera de corriente que esta industria requiere con urgencia, preferibles en demasía al próximo título triple A que nadie recuerda en un par de semanas posteriores a su lanzamiento.

Una verdadera antítesis a los móviles y usuarios que declaran muerto el mercado de consolas portátiles, quienes en resumen gastan multiplicadas veces más el costo de Playdate por uno de esos equipos no dedicados a la diversión más que a la adicción de redes sociales.

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