Worms W.M.D. – La reseña

Muchos lectores recordarán la serie de juegos de Worms con mucho cariño, pues es una de las más antiguas en el género de la estrategia militar por turnos. Team 17 creó el primer juego en el año 1994, y era bastante sencillo, un título en dos dimensiones en el cual dos o más equipos conformados por cuatro gusanos se enfrentaban utilizando varias armas.

La esencia de la serie ha perdurado por más de 20 títulos, con algunas variaciones gracias a la llegada de nuevas tecnologías. En el año 2003, Worms 3 adoptó una nueva perspectiva con un juego completamente en 3D. Hasta el momento se han lanzado varios títulos de la saga para diferentes plataformas, unos mejores que otros, pero el que nos interesa en esta reseña es el más reciente, Worms W.M.D.

Team 17 ha trabajado duro para reivindicar la franquicia y crear un juego para satisfacer tanto a los jugadores antiguos como a los que no la conocían, y lo han logrado. Este juego conserva varios de los aspectos que tanto se disfrutaban en las primeras entregas y trae nuevas características para hacer más dinámicas las partidas.

Si eres un jugador que nunca ha tenido la oportunidad de jugar ninguno de los juegos de la serie, Worms W.M.D te ofrece un tutorial muy completo en el cual puedes aprender a manejar casi todas las armas que contiene, una por una. En caso de que quieras hacer modificaciones, existe una amplia gama de opciones de personalización de los personajes, escenarios, partidas, equipos y hasta modos de juego.

Esta entrega de los gusanos regordetes es una de las más grandes hasta el momento, pues ofrece una enorme cantidad de armas, aproximadamente 80 sin contar las que se pueden construir, 40 niveles y retos en el modo campaña, varios objetivos por cumplir en cada escenario y decenas de personajes con diferentes estilos visuales. En las partidas multijugador pueden participar hasta seis jugadores.

El juego trae algunas características nuevas para la saga como la utilización de varios vehículos, entre los que encontramos helicópteros, tanques, exotrajes y hasta un carro de Rocket League. También ofrece la opción de construir armas nuevas con partes que se encuentran dentro del escenario mientras se desarrolla el turno de otro jugador, lo cual es muy bueno porque hay algo que hacer mientras se espera. Otra de las novedades son las edificaciones en las cuales los gusanos se pueden resguardar, dentro de las que se encuentran armas y otros objetos.

El apartado gráfico es tal vez una de las mejores cosas del juego, es completamente en 2D lo cual recuerda mucho a los primeros títulos y está dibujado a mano, los escenarios se ven muy bien al igual que los objetos. A pesar de la temática militar de Worms W.M.D. todo luce muy vivo, gracias al estilo caricaturesco y a la paleta de colores vivos que posee. Los gusanos han sufrido un ligero cambio, son más cabezones y cortos, parecen espermatozoides rosados, pero este parecido se disimula bastante con los diferentes accesorios que tienen. En cuanto al sonido se podría decir que la banda sonora pasa desapercibida, en las partidas es música de fondo al estilo militar que cumple muy bien su función de acompañar el juego, pero no es nada sobresaliente. Las voces de los gusanos en cambio son bastante divertidas y como es costumbre tienen mucho sentido del humor.

Worms W.M.D. está compuesto en su mayoría por aspectos que lo hacen muy divertido pero hay algunos detalles que pueden resultar molestos, sobre todo en cuestión de jugabilidad. Uno de estos son los controles del juego en PC, ya que el botón de saltar es ‘enter’, y el de disparar es la barra espaciadora. Algunos jugadores acostumbrados a los controles estándar de PC saben que la barra espaciadora en la mayoría de juegos se usa para saltar, lo cual ocasiona errores fatales al confundir este botón y hacer estallar las armas en la cara, cuando sólo se pretende saltar. Es muy frustrante.

Algunas veces las partidas pueden llegar a ser demasiado largas y lentas, especialmente en el modo solitario, por ejemplo: en una ocasión tuve que enfrentarme a un equipo conformado por seis gusanos, con un solo personaje, el problema era que en la mitad del escenario había un gran árbol que obstaculizaba la visibilidad y los ataques, al ser uno de los primeros niveles, no tenía armas que atravesaran o sobrevolaran el árbol así que mis enemigos y yo tuvimos que destruir el obstáculo, lo cual duró al menos unos 10 minutos. Sin embargo el modo multijugador se siente mucho más fluido e interesante.

Reseña hecha con una copia de Worms W.M.D. en su versión de PC brindada por Team17.