Barbie – Reseña

Barbie es un ícono feminista. La Barbie promueve ideas perjudiciales sobre la belleza femenina. Barbie es inspiradora y les dice a las niñas que pueden ser lo que quieran. Barbie es una fantasía capitalista. La popular muñeca de Mattel está llena de contradicciones y todas tienen algo de verdad. Si este hubiera sido un filme común y corriente, hubiera tratado de evitar todas esas complejidades igual que otros basados en juguetes. Pero en esta reseña veremos que la película de Barbie es cualquier cosa menos normal.

Por supuesto, esta no es la primera película sobre esta muñeca. Mattel ha lanzado más de cuarenta historias animadas que convirtieron a Barbie y sus amigas en princesas, hadas, bailarinas y hasta espadachines. Son una expansión de la idea de que “puede ser cualquier cosa” y muchas niñas han crecido con cariño hacia ellas. La obra que llegó a los cines no podía ser más diferente. En lugar de ser protagonizada por una Barbie doctora, espía o salvavidas, la protagonista es literalmente “la idea” de una Barbie estereotípica.

Barbie tiene una vida absolutamente perfecta en Barbieland con las demás barbies y sus Ken. Todo es fiestas, alegría y diversión hasta que un día sus pensamientos se tornan oscuros, sus pies se vuelven planos y le comienza a dar celulitis. La única solución es viajar al mundo real y encontrar a la niña que juega con ella para descubrir qué está pasando. Pero lo que encuentra allí en compañía de Ken puede cambiar esta tierra perfecta color rosa para siempre.

Con esta trama tan metamoderna, la directora Greta Gerwig (Lady Bird, Mujercitas) y su coguionista Noah Baumbach (Ruido de fondo, Historia de un matrimonio) exploran una gran cantidad de temas complejos: el patriarcado, el feminismo, las crisis existenciales y hasta la condición humana. Lo sorprendente es que lo hacen sin abandonar en ningún momento el humor, el tono absurdista ni el amor/odio que sienten hacia la muñeca. Es una verdadera deconstrucción de la deconstrucción de la Barbie.

Pero antes de hablar de sus elementos más complicados, quiero celebrar lo bien que luce esta película a nivel de diseño de producción. El mundo lleno de rosa, fucsia y colores pastel que crearon es impresionante y refleja bien la perfección artificial el mundo de las muñecas Barbie. La forma en que usa la fotografía y color para diferenciar Barbieland del mundo real funciona muy bien, así como la forma sutil en que la Barbie protagonista cambia físicamente a lo largo de la película, pareciendo cada vez menos perfecta y más humana a medida que experimenta la realidad.

No es necesario que les diga lo bien que encaja Margot Robbie en este rol, pues eso es claro desde que la vimos por primera vez en los avances. Esta mujer no es solo muy bella, sino supremamente talentosa. De verdad me hizo creer que es una persona experimentando por primera vez emociones como tristeza y ansiedad. Pero la verdadera revelación es el Ken de Ryan Gosling. Él es un ‘himbo’ que vive en función de su novia y que no sabe qué hacer cuando no está con ella. Su viaje de autodescubrimiento toma un giro radicalmente diferente al de Barbie y es gracias al choque de ambos que esta película resulta tan especial.

Mientras la trama de la película usa a Barbie para explorar las contradicciones y frustraciones de la vida femenina, Ken es una mirada a una masculinidad frágil que trata de apegarse a cualquier cosa que le diga “cómo debe ser un verdadero hombre”. Él es un personaje absolutamente fascinante. Refleja las dudas de muchas personas de género masculino hoy en día, pero temo que algunos de ellos reciban las lecciones incorrectas de este personaje porque la película comete un error: se toma su resolución como una broma.

Mientras explora y critica al patriarcado, la película de Barbie admite que su mundo rosa perfecto comete algunos de los mismos errores al objetificar a los Ken, convirtiéndolos en poco más que accesorios. Es claro que quiere hacer un paralelo con la situación de las mujeres cuando no habían ganado derechos en muchas sociedades. El problema es que lo hace desde el ángulo de la parodia y no lo resuelve con ninguna seriedad. Eso da pie a que muchos puedan interpretar que considera a los hombres como personas de segunda. 

Tampoco quedé satisfecho con lo que hace con la junta directiva de Mattel. Me encanta que obras como esta se burlen de los CEO y altos cargos de las empresas y los muestre como absolutos bufones incompetentes. Pero su torpeza es tan exagerada que lastiman el tono de la película. Parecen pertenecer a una historia completamente diferente.

También puedo criticar que al querer abarcar tantos temas importantes, la película no profundiza en muchos de ellos. Por ejemplo, la relación entre Gloria (America Ferrara) y su hija Sasha parece estar inspirada por Lady Bird, una de las anteriores películas de la directora Greta Gerwig. Pero esta se resuelve con demasiada facilidad y de forma casi anecdótica. El monólogo feminista de Gloria sobre las contradicciones de ser mujer me recordó mucho al de Jo en Mujercitas. Pero a pesar de lo dolorosamente real que resulta, tiene menos fuerza.

Todas esas críticas deben ser tomadas en cuenta porque Barbie es una película sumamente ambiciosa, pero quiero que esta reseña deje claro que este filme me encantó y que considero que cumple casi todo lo que se propone. Es una cinta divertida, emotiva y sumamente humana. Tiene actuaciones maravillosas y un talento sin igual detrás de cámaras que logró algo que nadie creía posible: hacer una buena película sobre la muñeca más famosa de todos los tiempos.

Esa es mi visión como crítico, pero también soy un hombre que quiera o no se ha beneficiado mucho del patriarcado. Me es literalmente imposible ver este filme con los ojos del público al que verdaderamente está dirigido. Es por eso que quiero invitarlos a que busquen reseñas de la película de Barbie hechas por mujeres. La visión de aquellas que crecieron jugando con estas muñecas, siendo inspiradas por ellas o incluso repudiando el ideal de belleza que representan es mucho más importante que la mía.