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Maneater – Reseña

🎵Ahí está, el tiburón
Ahi está, el tiburón
Se la llevó el tiburón, el tiburón🎵

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Son muy pocos los juegos en los que los protagonistas no son los típicos organismos humanoides, ya saben, esos con dos manos, dos pies y dedos aleatorios. Siempre despierta curiosidad un juego en el que el jugador toma el rol de un animal porque impone un nuevo reto a la jugabilidad. Pero es muy rara la ocasión en la que nos enfocamos en la máquina depredadora más antigua del mundo: el tiburón. Ya se intentó una vez con Jaws Unleashed y el resultado fue peor que el atún rallado.

Ahora, Tripwire Interactive —conocidos por su franquicia Killing Floor— nos muestra una nueva propuesta con Maneater, un juego de acción donde manejamos a un escualo en una senda de venganza contra la humanidad y cualquier pececillo que crea poder ser el depredador alfa. ¿Está el juego en la punta de la cadena alimenticia, o solo sirve para alimentar al plancton?

La historia de Maneater se centra en un formato de reality show pseudo-documental como los que se ven en Discovery Channel. Aquí la trama se divide en dos puntos de vista: primero, tenemos a Scaly Pete, una especie de cazador de tiburones con complejo de Capitán Ahab moderno, que busca hasta los límites de la cordura al megalodón que devoró a su padre. Todo esto mientras intenta crear vínculos con su enclenque hijo Kyle.

Pero como lo que le pasa a los sucios humanos nos importa un camarón, nos enfocamos en la historia de nuestro tiburoncín (hoo ha ha), quien fue separado de su madre de forma violenta, cuando aún estaba en el vientre, y desfigurado por Scaly Pete, no sin antes llevarse como recuerdo el brazo del desgraciado. Ahora, solo y a la deriva en el Golfo de México, nuestro pequeño tiburón toro (Carcharhinus leucas) debe comenzar a defenderse y crecer, para vengar a su madre del humano que les hizo esto.

Tal como lo ha descrito Tripwire, Maneater contiene múltiples elementos de juegos de rol —o «ShaRkPG» como ellos lo llaman— con niveles, mejoras y poderes especiales. Gracias a la contaminación industrial que se encuentra en el mar, algunos mutágenos se mezclaron con el ADN de los animales y ahora estos otorgan alteraciones del orden natural, perfectos para los planes a la vista.

Maneater
¡Creepyshark Doo-doo-doodoo-doo-doo!

Tiburoncín debe subir de nivel consumiendo otros organismos y completando escenarios. Al llegar a cierto número de niveles su etapa de crecimiento seguirá como se ha designado en el ciclo de la vida, desde la etapa de cría hasta el ancestral megalodón. Nuestro escualo podrá desbloquear mejoras que alterarán físicamente su aspecto junto con otras propiedades como daño eléctrico, dientes de acero para desgarrar embarcaciones o una armadura hecha de huesos.

Cada mejora debe desbloquearse con los nutrientes que consume el tiburón como proteínas, minerales, grasas y mutágeno. Estas mejoras se obtienen matando a los depredadores alfa de cada área, recolectando objetos coleccionables y devorando a cazadores de tiburones, en una lista de infamia que se va acumulando con cada ataque a los humanos.

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Todo este progreso debe administrarse desde una gruta ubicada en cada una de las secciones del golfo, las cuales también actúan puntos de viaje rápido para revisar esas partes antes inaccesibles por la falta de crecimiento.

El tiburón toro tiene un sistema de combate moderado, su principal ataque es la mordida, con la cual puede vapulear a los enemigos para quitarles más salud o arrojarlos hacia otros objetos para hacerles daño. Dependiendo de las alteraciones que tenga, las mordidas pueden causar daño de veneno o eléctrico.

También puede repeler ataques con un latigazo de cola y esquivar tanto en el aire como dentro del agua. Tal vez la herramienta más efectiva del tiburón es el sonar, el cual se recomienda actualizar primero, ya que este indica la locación de otros animales para comida y las cercanías de un objeto coleccionable.

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Los enfrentamientos varían dependiendo del ser vivo que se quiera convertir en alimento para tiburón. Los animales submarinos son en su mayoría dóciles, pero hay algunos extremadamente agresivos con movimientos que hacen daño considerable. Sin embargo, la amenaza más constante son los humanos, los cuales se mueven en embarcaciones armados con arpones y mira láser. Lo que los hace tan peligrosos es su superioridad numérica, porque cazan en grupos grandes y hay que saltar fuera del agua para apenas poder atrapar a uno.

Maneater no es un juego profundo en su mecánica de progreso. Las misiones son muy repetitivas y cada área tiende a ofrecer la misma lista de objetivos, para luego matar al alfa de la zona, al humano principal y después, si se quiere, buscar los coleccionables para pasar a la siguiente región a hacer lo mismo. Por otra parte, la historia puede completarse en 10 horas, por lo que no presenta mucha oferta de rejugabilidad.

Gráficamente, Maneater es un juego que tiene contrastes en su diseño de nivel. Los niveles submarinos están muy bien ambientados, pero en la superficie tiene problemas estructurales. Hay algunas secciones en donde, inexplicablemente, la fluidez de cuadros por segundo se reduce drásticamente. Todos los personajes tienen una mecánica de desmembramiento, lo que le da ese toque de humor negro y cuasi realismo al juego.

Pronto… muy pronto.

Ya que los tiburones no producen sonido bajo el agua, Tripwire se las ingenió para generar guías sonoras como gruñidos y otros gestos vocales. Algo irreal, pero necesario para un videojuego. Desafortunadamente el juego viene en castellano, por lo que las líneas de los personajes no coinciden con sus movimientos vocales y algunos de los cazadores no fueron traducidos, así que permanecen hablando como gringos.

En inglés, el narrador está interpretado por Chris Parnell (Jerry en Rick & Morty), por lo que sus comentarios sarcásticos e inexactamente científicos hacen mucho más agradable este viaje submarino.

Maneater
7.9/10 Nota
Lo que nos gustó
-Las formas de crear un monstruoso tiburón hambriento de venganza.
-Altas dosis de humor negro e irónico.
-Gran variedad de animales para comer.
Lo que no nos gustó
-El combate puede tornarse caótico entre la profundidad y la superficie.
-El progreso se vuelve repetitivo hasta el cansancio.
-Muchos de los diálogos de los NPC no están traducidos al español, por lo que se sugiere jugarlo completo en inglés.
En resumen
Maneater cumple su objetivo en acabar a mordiscos el aburrimiento. Su hiperviolencia y humor negro lo hacen absurdamente divertido. No obstante, la corta durabilidad de la historia y la repetición ad nauseam de los objetivos por área, hacen que tengamos que salir un rato del agua para quitarnos las arrugas de las manos. Aun así, el juego es la perfecta catarsis para una revancha ambientalista.

Reseña hecha con una copia digital de Maneater para PlayStation 4 brindada por Deep Silver.

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