John Wick 4 – Reseña

Jardani Jovonovich, mejor conocido como John Wick o ‘Baba Yaga’, merece descansar. Desde la muerte de su esposa y el cruel asesinato de su perro, cayó en una espiral de violencia de la que no parece haber salida. Los tentáculos de la Orden suprema que rige el crimen a nivel mundial lo rodean a donde quiera que vaya. John Wick 4 promete ser el cierre de esta impresionante saga y en esta reseña veremos si la película está a la altura de las expectativas.

Esta serie de filmes dirigidos por Chad Stahelski se ha destacado por sus excelentes secuencias de acción y la simpatía que despierta su atormentado protagonista. Pero la tercera entrega, cuya reseña pueden leer aquí, resultó muy inferior a sus predecesoras por culpa de una trama innecesariamente enrevesada que no parecía avanzar a ninguna parte y escenas de acción demasiado largas. Vamos a ver si el final de la historia de Baba Yaga logró resolver esos problemas.

Tras ser traicionado por la Orden al final de la película anterior, John decidió dedicar su vida a acabar con la organización para la que solía trabajar. Atemorizados, los miembros de la ‘alta mesa’ deciden poner todo su poder y recursos en manos de una sola persona para que acabe con la amenaza. Este hombre es el Marqués de Gramont, un joven, egocéntrico e inescrupuloso criminal que no dudará en destruirlo todo a su paso para lograr su objetivo.

La trama de John Wick 4 sigue siendo tan ridícula y llena de momentos innecesarios como la película anterior. Cada escena parece crear nuevas reglas, rituales y cargos para la Orden, haciendo que entender qué es realmente esta organización sea imposible. Hay varias subtramas que no afectan la historia principal, detallan personajes que desaparecen rápidamente y el arco del protagonista permanece estancado durante las casi 3 horas que dura este filme. Sin embargo, nada de esto es un problema porque el enfoque está puesto casi completamente sobre dos elementos perfectos: la acción y el estilo.

Esta película tiene, sin duda alguna, las mejores escenas de acción de la saga. Las coreografías de enfrentamientos de artes marciales y tiroteos están bellamente pensadas para que luzcan más brutales y elaboradas que nunca. Solo hay que ver uno de los primeros combates del filme, en el que John usa unos chacos de forma que haría sentir orgulloso a Miguel Ángel (la tortuga, no el artista). También lo vemos convertir un automóvil en arma de forma bastante original y participar en un duelo que no tiene nada que envidiar a los mejores ‘westerns’. 

Pero los mejores momentos de acción de John Wick 4 no le pertenecen al personaje interpretado por Keanu Reeves, sino al gran Donnie Yen como Caine, un asesino ciego y viejo amigo del protagonista que ahora se encuentra cazándolo. La forma cómo integra su falta de visión a sus peleas las hace supremamente entretenidas. Junto a ellos vemos a otros grandes artistas marciales como Hiroyuki Sanada y un irreconocible Scott Adkins. También tenemos el debut en la gran pantalla de la cantante Rina Sawayama, demostrando que también sabe pelear.

Siguiendo con el tema actoral, Bill Skarsgård resulta perfecto como el villano de ocasión, tan exagerado que no estaría fuera de lugar como rival en una película de James Bond. Es el clásico miembro desagradable de la alta sociedad que se cree con derecho a todo y al que da mucho gusto ver fracasar.

Siempre es agradable ver a un grande como Clancy Brown, que inspira respeto y temor con su mera presencia. Nos hubiera gustado ver más del recientemente fallecido Lance Reddick como Charon, pero su rol en esta película es tristemente pequeño. Ian McShane y Laurence Fishburne también están de regreso y devoran la pantalla cada vez que aparecen en ella, incluso cuando el papel del segundo es un poco irrelevante. Natalia Tena también tiene un pequeño papel, pero a pesar de esto hace falta más presencia femenina.

Obviamente no podían faltar los perros. En esta ocasión, John dejó a su can al cuidado del Rey del barrio. Afortunadamente tenemos al nuevo asesino Don Nadie (Shamier Anderson), que está acompañado por un adorable perro tan capaz de matar como los compañeros de cuatro patas de Sofía en John Wick 3: Parabellum. Este es otro personaje que no tiene mucho sentido a nivel de trama, pero la película es mejor gracias a su presencia.

Tenemos que insistir. John Wick 4 no tiene buena historia ni desarrollo de trama. Los arcos narrativos de los personajes están prácticamente en pausa hasta el final de la cinta. Los diálogos están llenos de clichés y es doloroso ver que otra vez pusieron a Hiroyuki Sanada a repetir frases de falsa profundidad, tal como pasó en Tren bala. Todo es una excusa para justificar la acción.

De hecho, buena parte de la acción ni siquiera está justificada. ¿Cómo es posible que los asistentes al ‘rave’ sigan bailando mientras John y sus enemigos se golpean y disparan en medio de la pista? ¿Qué explica que el tráfico no se detenga cuando hay un gran tiroteo justo al lado del Arco del Triunfo en París? El caso es que no importa. En el caso de John Wick 4, la policía y la gente “normal” ni siquiera necesitan existir.

La acción a veces sigue la lógica de un videojuego y no la de una obra del séptimo arte. El número de cadáveres que el protagonista deja atrás se asemeja más al de Nathan Drake o de un soldado de Call of Duty. Incluso hay una larga escena en que la cámara toma una perspectiva de videojuego mientras John usa un arma que solo solemos ver cuando tenemos un control de Xbox o PlayStation en nuestras manos. Es genial.

Hablando de videojuegos, deberían darle una oportunidad al injustamente ignorado John Wick Hex, vale mucho la pena.

Para redondear todo, la película desborda belleza visual. Siguiendo el estilo de las películas anteriores de la saga, tenemos una fotografía basada en la iluminación neón, el alto contraste y el contraluz. Esto le da un aspecto ‘neo-noir’ absolutamente irresistible que colabora con la irrealidad de todo el conjunto. También tenemos una dirección de arte impecable que presenta el lujo y la decadencia de la Orden suprema con un enfoque casi religioso. No es casualidad que tantas escenas ocurran precisamente en iglesias, museos y palacios.

¿Hablamos ya de la banda sonora? Porque se trata de una fantastica colección de composiciones electrónicas del gran Tyler Bates que encaja a la perfección con el tono y acción del filme. Ya la pueden escuchar en Spotify.

John Wick 4 es una de las mejores películas de acción de la actual década. Su guión, honestamente, es una basura. La trama no es más que una excusa para llegar a las estilizadas peleas y tiroteos. Pero eso no importa cuando el enfoque está puesto casi por completo en la acción y el carisma de los personajes. Aún así, hubiéramos preferido una historia menos enrevesada en las complicaciones de la Orden con al menos media hora menos.

Antes de que lo olvidemos, John Wick 4 sí tiene una escena poscréditos. Es una breve secuencia que llena un notable hueco en una subtrama. No pasa mucho, pero vale la pena verla y puede ser la semilla de una secuela. No olviden además que ya viene su primer ‘spin-off’: Ballerina, protagonizada por Ana de Armas.