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Maléfica: Dueña del Mal – Reseña

Angelina Jolie regresa para interpretar de nuevo a este gran personaje en una película que le queda pequeña.

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A pesar de su éxito, los ‘remakes’ de acción real de Disney —Aladdin, Cenicienta, La Bella y la Bestia, etc.— no están exentos de críticas negativas. La más notable es que son películas innecesarias que dejan a las obras animadas en las que están basadas en un segundo plano. Sin embargo, hay un ‘remake’ que resalta por encima de todos los demás. No solo por los cambios que hizo a la historia original, sino por la forma en que la subvierte y tocó temas muy oscuros para un filme de la casa del ratón Mickey.

Hablo, por supuesto, de Maléfica.

El éxito de este filme fue mayor de lo esperado y las audiencias no podían esperar por ver de nuevo a Angelina Jolie en el fantástico papel de la popular ‘villana’. Ahora llegó el momento de continuar sus aventuras en Maléfica: Dueña del Mal.

Esta historia comienza cinco años después de la anterior. Aurora continúa siendo la reina del Páramo, rigiendo sobre las hadas del lugar. Pero todo va a cambiar. El Príncipe Philip le ha propuesto matrimonio y ella ha aceptado. Maléfica no se encuentra muy feliz por la unión, pues sigue desconfiando del mundo humano.

Las cosas salen mal. Las tensiones entre las hadas y el mundo de los humanos nuevamente se enardecen. Con una inevitable guerra en el horizonte, Maléfica comienza a descubrir secretos sobre su especie, pasado y poderes. Ahora debe decidir si va a participar en la batalla contra la humanidad o confiar en el amor de su hija adoptiva para evitar una masacre.

Maléfica: Dueña del Mal tiene un tono mucho más infantil y relajado que la anterior. En ningún momento revisita los temas oscuros del pasado, los cuales la convirtieron en una metáfora del abuso sexual. Su trama resulta mucho más familiar y simple. Lastimosamente, eso hace que el personaje y su mundo pierdan misterio y gracia.

Los humanos industrializados contra la magia del mundo de la naturaleza. Este tema se ha convertido en un cliché del cine de fantasía que alcanzó su epítome en Avatar. Cuando le dan tantas vueltas a la misma idea, la historia depende de otros elementos para resaltar, como sus personajes y el trasfondo del mundo en el que se desarrolla.

En ese sentido, Maléfica: Dueña del Mal tenía mucho potencial. La villana de turno es la Reina Ingrith, una malvada —genialmente interpretada por Michelle Pfeiffer— que guarda un rencor absoluto hacia las hadas y desea acabar con ellas para anexar el Páramo a su reino. Su papel de verdadero poder detrás del trono funciona a la perfección gracias a su personalidad manipuladora y calculadora. Es una lástima que sus motivaciones resulten ser simples y poco interesantes. El Rey Stefán, interpretado por Sharlto Copley en Maléfica, sigue siendo un personaje muy superior.

Tenemos a Elle Fanning de regreso en su papel de Aurora. Ella es una gran actriz y hace lo que puede con un personaje que, aunque resulta más activo que en la anterior película, sigue siendo algo aburrido. Aquí se le presenta el dilema de elegir entre la mujer que la crió y la familia de su futuro esposo. La forma en que se deja engañar por los sucesos resulta bastante decepcionante y predecible.

Pero no vamos al cine por ninguna de ellas dos. Este es el espectáculo de Angelina Jolie y ella sigue siendo absolutamente maravillosa en el papel del ícono gótico en el que se ha convertido Maléfica. Aunque ya no carga con la tragedia del primer filme, sigue teniendo amargura y sarcasmo en su interpretación. El conflicto entre su lado más oscuro y la luz que representa su amor por Aurora están presentes en cada una de sus miradas y movimientos. Este papel es un verdadero espectáculo.

Es una lástima que desaparezca durante la mayoría de la película.

Me explico. Al final del primer acto, Maléfica es llevada a un nuevo escenario donde aprende más sobre las hadas oscuras. Desde ese momento y hasta el final, ella se convierte en un personaje totalmente pasivo. Nuevos personajes aparecen para explicarle a ella y la audiencia detalles sobre una nueva mitología que no resulta demasiado especial. Jolie tiene muy pocas líneas entre este momento y el desenlace del filme, lo cual resulta totalmente decepcionante.

Durante estos segmentos podemos disfrutar de nuevos e increíbles diseños de escenarios y personajes que me recordaron al trabajo de artistas como Victoria Frances y Yoshitaka Amano. Las hadas oscuras lucen como llamativas mezclas tribales de ángeles y demonios. El estilo de sus nidos es algo que no vemos muy a menudo en la gran pantalla. También vemos a Maléfica usar atuendos innecesariamente sexualizados, pero en los que luce absolutamente hermosa.

Estos elementos visuales y el talento actoral son las principales razones para ver esta película, ya que su trama deja demasiado que desear. No solo la historia es predecible y llena de clichés, sino que tiene demasiados huecos. La forma en que concluye resulta demasiado forzada y poco satisfactoria. Es adecuada para un cuento de hadas, pero no para un medio tan visual como el cine. 

Algo que sí llama la atención es la forma en que se hacen paralelos del conflicto de hadas y humanos con eventos del mundo real, en los que los gobernantes usan el miedo y las mentiras para controlar a la población y crear odio de forma artificial.

Maléfica: Dueña del Mal es un paso atrás respecto a su predecesora. Se siente como una adición innecesaria a una historia que había tenido un gran cierre. A pesar de eso, los nuevos fanáticos apreciarán ver de nuevo a su icónica protagonista.

Maléfica: Dueña del Mal
2.8/5 Nota
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Transformers: El despertar de las bestias – Reseña

No puede ser tan mala como las de Michael Bay. ¿Cierto?

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A pesar del tiempo que ha pasado desde su estreno, va a ser difícil superar el daño que las horribles películas de Michael Bay le hicieron a esta franquicia. Bumblebeecuya reseña pueden leer aquí— fue un paso en la dirección correcta y nos gustó mucho, pero no nos hizo olvidar a sus pésimas predecesoras. Transformers: El despertar de las bestias tiene una enorme responsabilidad y en esta reseña descubriremos si es lo que el universo de los robots de Hasbro necesita.

Lo que más nos llamaba la atención de esta película es la introducción de personajes de Guerra de bestias. Esta serie de mediados de los años 90 es una de nuestras partes favoritas de Transformers y no podíamos esperar para ver a nuestros Maximals y Predacons favoritos en la gran pantalla. También nos tenía muy entusiasmados la presencia del villano de la legendaria película animada de 1986. En ese sentido no podemos negar que quedamos un poco decepcionados. Los Predacons ni siquiera aparecen.

Esta historia se desarrolla en 1994. Los Autobots liderados por Optimus Prime siguen atrapados y escondidos en la Tierra cuando una llave transwarp, capaz de retornarlos a Cybertron, es descubierta por los humanos. Pero ellos no son los únicos que la quieren. Los sirvientes de Unicron, una poderosa entidad devoradora de planetas, la buscan para atraer a su amo y ofrecerle el planeta como cena.

Dejemos las cosas claras de una vez. Transformers: El despertar de las bestias es mucho mejor que las terribles películas dirigidas por Michael Bay, pero no está a la altura de Bumblebee. El filme protagonizado por Hailee Steinfeld se benefició de ser una historia “más pequeña” que ponía más énfasis en el drama que en la acción, pero esta entrega quiere volver a las grandes batallas épicas que deciden el destino del mundo. Los efectos especiales están a la altura de la tarea y las secuencias de combate y persecuciones no están nada mal. Pero una trama mediocre y un desarrollo brusco no la dejan ser mejor.

La lucha por la llave transwarp es una excusa genérica para la historia, pero podía funcionar bien. El problema es que se pierde en aburridas explicaciones sobre la mitología y el pasado de los Transformers mientras descuida elementos que resultan más importantes. La cohesión argumental de escena a escena es demasiado débil, las relaciones entre personajes evolucionan tan rápido que se sienten forzadas y los eventos se sienten extrañamente divorciados del mundo y lugares en que ocurren. Va mucho más allá de la tradicional suspensión del sentido común que nos suele pedir esta clase de películas.

En el centro de todo se encuentra el infaltable protagonista humano. Noah Diaz —interpretado por Anthony Ramos (Hamilton, En el barrio)— es un joven afrolatino que recientemente abandonó el ejército y cuya familia se encuentra en problemas económicos. Un incidente lo lleva a conocer al Autobot Mirage, que ansioso por hacerse amigo de un humano lo involucra en los eventos que terminarán en una lucha por el destino del planeta. También tenemos a Elena (Dominique Fishback, de Proyecto Power), una practicante de arqueología que descubre accidentalmente la llave transwarp y también se ve enredada en la aventura.

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Noah es un buen personaje. Su trasfondo militar lo hace adecuado para enfrentar los problemas en que se está metiendo. Su desconfianza hacia los Transformers es una fuente interesante de drama, igual que la evolución de su amistad con el entusiasta Mirage. Hay un paralelo interesante entre él y Optimus por el desagrado mutuo que se sienten y la incapacidad de ambos de trabajar con quienes son “diferentes”. Hubiera sido interesante si no fuera porque la película insiste en describir una y otra vez lo parecidos que son. ¿Por qué desconfían de la audiencia? ¿Acaso no creen que seamos capaces de entender el subtexto más sencillo?

Optimus también llama la atención porque en este punto de la historia no es el líder admirable que conocemos. Se rehúsa a trabajar con los humanos y su afán por solucionar las cosas pone en evidencia su desesperación. Su arco y el de Noah son interesantes, pero como dijimos se desarrollan de forma muy brusca y sin sutilezas.

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Los demás personajes son un poco decepcionantes. Elena no es más que la tradicional “chica inteligente” que está allí para dar información. Arcee y Wheeljack a duras penas tienen personalidad y Bumblebee desaparece durante casi toda la película. Le va peor a los Maximals. A pesar de lo importantes que son para el trasfondo de la historia, solo Optimus Primal y Airazor tienen algo de relevancia. Cheetor y Rhinox a duras penas aparecen en pantalla y no tienen personalidades definidas. Por si fuera poco, solo se transforman una vez y es en una escena tan caótica que ni siquiera podemos apreciar los detalles de sus diseños.

Hablando de diseños, no fuimos fans de como lucen la mayoría de robots. Algunos de ellos están “sobrediseñados”, con demasiadas partes móviles y detalles innecesarios que los vuelven confusos visualmente. Mirage pierde personalidad por culpa de esto y los villanos apenas son diferenciables. Los Maximals lucen absurdos. ¿En verdad era necesario que las partes del pico de Airazor se movieran así al hablar? Antes de que se lo pregunten, ni siquiera vemos a Unicron transformarse.

Hemos sido muy negativos en esta reseña, pero a pesar de sus defectos tenemos que aceptar que Transformers: El despertar de las bestias es una película entretenida. La gran escena de acción final es genuinamente emocionante e incluso nos hizo preocupar por el destino de un par de personajes. La relación entre Noah y Mirage es divertida y es agradable ver las interacciones entre Transformers en pantalla. La banda sonora con hip-hop noventero también es un acierto.

Transformers: El despertar de las bestias Reseña crítica análisis opinión

Esta película realmente tenía potencial. El talento y los materiales están ahí, pero es como si los hubieran ensamblado en el orden incorrecto. Su ridícula revelación final, justo antes de los créditos, causa vergüenza ajena. Si las relaciones se hubieran desarrollado con más calma y no se hubiera enfocado tanto en elementos irrelevantes de la mitología la historia hubiera “respirado” mejor y habría estado a la altura de Bumblebee

Transformers: El despertar de las bestias tendrá que conformarse con ser la segunda mejor película ‘live-action’ de Transformers. Eso no es mucho decir, pero cualquier cosa que nos aleje de las películas de Michael Bay es positiva.

Transformers: El despertar de las bestias
2.9/5 Nota
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