Resulta una muy extraña decisión que el último juego de Pokémon para Nintendo 3DS fuese la inspiración para la primera película en acción real de la franquicia. Pokémon: Detective Pikachu (2019) es una decente adaptación, con una loable animación de los Pokémon y fácil de llegar a un público sin conocimiento de los juegos. El título lanzado en 2018 para Occidente, se desviaba de la fórmula tradicional para involucrar investigaciones y un Pikachu parlanchín. A diferencia de la película, aquel no cerró la historia. Cinco años después, Nintendo Switch recibe la secuela Detective Pikachu Returns, pero mucho nos dice que no es la consola para la que fue creado.
A pesar de no hacer uso del 3D estereoscópico de la portátil, Detective Pikachu posee una buena calidad gráfica en 3DS, una justa despedida. Es importante señalar que su énfasis en el público infantil, no le permite llegar a la altura de otros juegos de investigaciones como Ace Attorney o Professor Layton. Es agradable conocer el comportamiento de los Pokémon presentados fuera de las batallas. Sin embargo, en materia de mecánicas jugables es completamente lineal, te lleva de la mano y no hay un claro factor de pérdida.
En Detective Pikachu Returns para Switch nos encontramos con una continuación directa del juego original. Han pasado dos años desde que Tim Goodman y su compañero Pikachu –a quien solo él entiende lo que dice– salvaron a Ryme City del compuesto R. Esta es una sustancia creada con las células de Mewtwo, que fortalece a los Pokémon pero a su vez los enloquece. Harry, el padre de Tim, estaba detrás de esta investigación hasta que desapareció misteriosamente. El primer juego no soluciona su principal aunque obvio misterio.
La película sí lo hizo e incluso en el juego de Switch hay una pequeña mención a modo de ‘easter egg’. Esto ya que en el universo de Detective Pikachu también hubo una película inspirada en el caso R. Detective Pikachu Returns aborda esta temática sobre el padre de Tim y Pikachu en uno de sus episodios, directamente enlazado con el final. No nos sorprende que el juego terminara por tomar una importante parte de la película de 2019. Aún así, tanto los Pokémon presentados como su desarrollo lo ubican en la octava generación, no en la novena como debería ser.
Visualmente, Detective Pikachu Returns se asemeja a una versión HD del primer título. Lo más probable es que Creatures –quienes hacen los modelos de Pokémon para los diferentes juegos– comenzara a desarrollarlo hace varios años para 3DS. Es posible que decidieran cambiar su plataforma de destino tras la descontinuación de la consola portátil. El problema gráfico ya es reiterado en la franquicia y Scarlet / Violet de Game Freak no hicieron méritos para superarlo. New Pokémon Snap de Bandai Namco Studios es en este aspecto más avanzado que sus colegas recientes.
Como también está dirigido al público infantil, no difiere del juego para 3DS en materia jugable y su dificultad es nula. Cada episodio le da instrucciones al jugador de lo que tiene que hacer, a dónde dirigirse y qué investigar. Recoger testimonios es obligatorio, así que hablar con todos los NPC y Pokémon del escenario es la única forma de avanzar. La exploración es limitada a unas cuantas pantallas, de manera que los jugadores no resultarán perdidos sin saber dónde buscar. Por si fuera poca la mano guiada, es posible pedir ayudas extra o hablar con Pikachu y descubrir pistas aleatorias.
Al igual que su predecesor, se puede rescatar Detective Pikachu Returns por su trama más que por su ligero contenido jugable. Inevitablemente recuerda y se conecta con la película en acción real, que es positivo dada la falta de conclusión del primer juego. Sigue siendo enteramente lineal y aparte de ser una expansión, no introduce mayores novedades salvo el apoyo de algunos Pokémon con sus habilidades. Olfatear rastros con Growlithe, ver detrás de las paredes con Luxray, romper obstáculos con Darmanitan de Galar, son algunos de los soportes en cada episodio.
El episodio final se caracteriza por reunir a todos estos aliados que conocemos en los anteriores escenarios. Cada uno cumple su función y suplen la falta de equipos Pokémon y entrenadores en Ryme City. En selectas ocasiones nos cruzamos con secciones de sigilo, pero estas no son lo suficientemente complejas como para suponer reto alguno. Ver a estos Pokémon y a los testigos expresarse con su propia personalidad es el atractivo principal de Detective Pikachu Returns. Aunque no creemos que puedan sostener todo un juego que limita las opciones interactivas a favor de la historia.
A pesar de llenar los vacíos argumentales del anterior juego, incluyendo ‘flashbacks’ con Harry Goodman, el punto climático es desaprovechado. La propuesta de Ryme City sigue siendo bien recibida, al ser como una utopía donde conviven humanos y Pokémon en igualdad de derechos. Sin esclavist… entrenadores que obliguen a hacerlos pelear por la fama propia. Lamentablemente, los desarrolladores subestiman a los jugadores más pequeños al no dejarlos pensar, diciéndoles todo y sin opción de fallar.
Argumentalmente el final es muy interesante al enfrentar dos Pokemon legendarios. Pero lo único que puede hacer el jugador es presionar al botón ‘A’ repetidamente y eso es todo. Los puzles de entorno, como las secciones de sigilo, tampoco alcanzan grado de dificultad alguno. De verdad nos encantaría ver un juego de misterio e investigaciones en el universo Pokémon que aprovechara lo enseñado por Capcom y Level-5 en sus propias franquicias y ‘crossover’. Tristemente, en esta ocasión es un caso perdido. Por fortuna siempre tendremos la película en acción real.
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Reseña hecha con una copia digital de Detective Pikachu Returns para Nintendo Switch brindada por Nintendo of America.
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