Life is Strange 2: Wastelands (Episodio 3) – Reseña

Wastelands se ambienta un mes después de los eventos del segundo episodio. Tras escapar de Beaver Creek en un tren, Sean y Daniel arriban a un bosque en California donde se reencuentran con un par de personajes introducidos en el pasado capítulo: Cassidy y Finn. Con ayuda de este último, Sean comienza a ganar dinero trabajando en una plantación de marihuana. Sin embargo, al ser introducido al grupo de Cassidy y Finn, Sean comienza a prestarle menos atención a Daniel, que comienza a sentirse abandonado. Y he aquí uno de los principales defectos del episodio.

Dada la premisa, Daniel comienza siendo hostil hacia su hermano mayor. Esto no sería tan malo de no ser porque uno de los principales atractivos de Life is Strange 2 es el cómo las decisiones de Sean supuestamente afectaban a su hermano. Esta es una de las razones por la cual Roads resultó tan prometedor. Por desgracia, el segundo capítulo demostró que esta mecánica no es tan importante como aparentaba y el tercero deja claro que las decisiones tomadas son irrelevantes. No importa si Sean apoyó a su hermano a lo largo de Roads y Rules o si se obtuvieron los mejores finales de cada episodio, Daniel comenzará Wastelands siendo agresivo.

Pero incluso lo anterior sería tolerable si no fuera porque las decisiones tomadas dentro del contexto del tercer episodio no tienen repercusión alguna sobre la relación entre los hermanos Díaz. A lo largo de Wastelands, Sean tendrá múltiples decisiones en las cuales tendrá que decidir entre Daniel y su nuevo grupo de amigos. Incluso si apoya constantemente a su hermano menor, la actitud de este permanecerá igual y la conclusión del capítulo será exactamente la misma.

Si bien el estancamiento de la relación entre Sean y Daniel es una de las principales falencias del último episodio, esto no quiere decir que la historia de Wastelands no tenga aspectos positivos. Por un lado, a pesar de lo ya mencionado, se ahonda más en la relación entre los hermanos Díaz. Esto se logra principalmente por medio de una secuencia ambientada en el pasado. Por otro lado, este capítulo da más espacio para que los personajes secundarios respiren y los jugadores se familiaricen con ellos.

Lo anterior no solo incluye a Cassidy y Finn, sino a otros personajes introducidos en Wastelands. ¿Tendrán relevancia en los próximos dos capítulos? No se sabe, pero por lo menos resulta posible discernir sus motivaciones, objetivos y filosofías. Esto en parte se debe a la extensión del episodio, el más largo de Life is Strange 2.

Otra ventaja con respecto al anterior capítulo es Sean ya no es forzado a participar en situaciones claramente contraproducentes. Aunque la mayoría de decisiones tomadas se traducen a cambios estéticos, Wastelands por lo menos mantiene la ilusión de la elección durante la primera partida. Por supuesto, basta con jugar una segunda vez y tomar decisiones diferentes para ver que las elecciones no tienen consecuencias.

A pesar de los defectos ya mencionados, el tercer episodio de Life is Strange 2 cuenta con un gran punto a su favor: su conclusión. Si bien es cierto que las decisiones tomadas a lo largo de los tres episodios no tienen verdadera repercusión en el final, este aún sigue siendo impactante y marca un claro punto de inflexión dentro de la serie. Igual de importante, crea expectativas con respecto a lo que pasará en el próximo capítulo. Simplemente resulta una lástima que uno de los principales atractivos con los que debutó esta nueva temporada ya no sea importante.

Para concluir, aunque el apartado visual es una mejora con respecto a Rules, el tercer episodio de Life is Strange 2 cuenta con bugs gráficos. Será común ver a personajes atravesando a otros y poniéndose en frente de la cámara en medio de conversaciones.

Reseña hecha con la temporada completa de Life is Strange 2 para PS4 brindada por Square Enix.