Parece que fue ayer cuando nos referíamos a Pikmin como una de las propiedades intelectuales más jóvenes de Nintendo, creada por el propio Shigeru Miyamoto. Dos juegos después en GameCube —relanzados con nuevos controles en Wii y Switch–, uno en Wii U y dos ‘spin-off’ en 3DS y móviles, le corresponde a Switch continuar el legado con Pikmin 4. Oficialmente, en esta consola híbrida podemos jugar todos los títulos principales de la serie. Sin embargo, después de pasar por la cuarta entrega es probable que sea todo lo que necesitamos. Su fórmula ha sido perfeccionada al punto idóneo.
De los juegos numéricos de Pikmin realmente no podemos decir cosas negativas, excepto por el hecho que no se diferencian abruptamente uno del otro. Entretanto, es en Pikmin 4 donde sí hemos detectado una agradable evolución al concepto original. Mientras los tres primeros Pikmin introdujeron nuevas clases de criaturas, el segundo trajo los niveles subterráneos y el tercero múltiples personajes jugables. La cuarta entrega suma otro par de clases y al mejor amigo de los exploradores que fácilmente también es la mejor adición: Ochin.
Juegos de Nintendo con un fascinante perro ayudante no son la excepción sino la regla. Tanto Poochy en Yoshi’s Island y Yoshi’s Woolly World como Polterpup en Luigi’s Mansion 3. También están los propios Nintendogs. Pikmin 4 sigue esta misma línea al introducir a Ochin (Oatchi en inglés), pero es mucho más útil de lo que parecía cuando fue anunciado. No es solo un asistente de Olimar y sus colegas, también actúa como segundo líder si nuestro personaje principal no está disponible o se encuentra en otra parte del mapa. Es un capitán bajo su propia ley.
Ochin puede cargar a los Pikmin sobre su lomo, cruzar cuerpos de agua y resistir los ataques elementales una vez haya subido de niveles. Del mismo modo puede atacar a los enemigos, olfatear esencias y cargar recursos como cualquier otro Pikmin (x3). Se puede decir que es más eficiente que cualquiera de los personajes jugables hasta la fecha. Aún cuando nuestro personaje personalizable guíe a Ochin, es su trabajo duro el que da frutos. El hecho que podamos crear a nuestro explorador no lo hace muy diferente de Olimar, Luis u otros astronautas.
La personalización es básica y sus opciones predeterminadas son limitadas, solo para el tipo de cabeza, rostro y color de uniforme. Durante Pikmin 4 debemos rescatar a otros compañeros que irónicamente son parte del cuerpo de rescate, incluyendo al extraviado capitán Olimar. Todos estos exploradores tienen una malsana tendencia a accidentarse, eso o que todavía no logran construir naves decentes. Por fortuna, Olimar deja pistas de este planeta no tan inhóspito a través de escenarios que no son «posapocalípticos» como indicaban los primeros juegos.
Ciertamente el ‘lore’ es debatible por la inconsistencia de sus elementos. Al comienzo estos mezclaban escenarios presuntamente en nuestro planeta de un futuro lejano –y abandonado– con artefactos relativamente modernos en buen estado. Pikmin 3 se desviaba bastante con un mapa de PNF-404 reminiscente a Pangea última, o como podría ser la Tierra en 250 millones de años. En Pikmin 4, Olimar guarda una papel similar de guía indirecto aunque los ambientes retoman a nuestro mundo actual. En ninguno hay humanos, pero todo yace como si lo hubiesen dejado intacto y desaparecido de ipso facto. La teoría de extinción nuclear no se sostiene.
Tampoco es como si la saga Pikmin se tomara en serio el subcontexto oscuro o quisiera hacerlo, pues su enfoque son las criaturas en cuestión y la estrategia en tiempo real. Un RTS guardadas las proporciones con otros títulos de PC, como para quienes quieran iniciarse en el género. Atravesaremos cuatro áreas en Pikmin 4 antes de ver los créditos, desbloqueando otras dos en el posjuego. En esta oportunidad podemos ver más de unos escenarios bellamente recreados. Pasando por un parque, un jardín con zona para niños, una piscina y el interior de un hogar moderno.
En general es un juego más completo que los que le anteceden. Además de elevar los niveles de Ochin, aprovechamos la ingeniería de la tripulación para crear artefactos y objetos de recuperación que nos ayuden con las misiones. Recolectar lustronio, cristales energéticos, rescatar a náufragos espaciales de nuestro escuadrón (o ajenos) y arreglar las partes de nuestra estrellada nave. También podemos actualizar las habilidades de resistencia elemental y control de Pikmin en nuestro rescatista novato, pero insistimos que el perro Ochin es la estrella más valiosa del partido.
Mientras Pikmin 3 lamentablemente removió los subniveles –la mejor parte de Pikmin 2–, Pikmin 4 los trae de regreso y además los actualiza con creces en su variedad. El tiempo pasa mucho más lento en el subsuelo y el límite de Pikmin a portar es mayor, pero son los rompecabezas los que le dan su toque especial. Aquello del límite de Pikmin en la superficie es una extraña decisión en la cuarta iteración, pues estábamos acostumbrados a la cifra de 100 y ahora debemos subirla progresivamente por decenas (20, 30, …). Estas son las barreras invisibles que pone el juego para resolver los ‘puzles’ de entorno en los escenarios.
Es en las cuevas donde conocemos un tipo de Pikmin que se tomó su tiempo en aparecer, incluso para ser de las elecciones más lógicas: los Pikmin gélidos. Estos Pikmin azulados como el hielo ártico tienen flores amarillas sobre sus cabezas, la habilidad de congelar enemigos y cuerpos de agua. Por otra parte tenemos a los Pikmin luminosos, cuya novedad es que solo podemos usarlos por la noche, porque a su vez es la primera vez en el mundo de Pikmin que podemos acceder a expediciones nocturnas. Estos sin embargo no son como los otros Pikmin ya que no poseen piernas, en su lugar flotan y tras completar su labor se transforman en semillas. Son inmunes a todos los elementos, tal como los Bulbmin.
Jugablemente, Pikmin 4 ha perfeccionado su configuración de controles. Esto se siente de forma específica al haber reseñado recientemente Pikmin 1 + 2 Bundle. Los primeros juegos tenían un pequeño detalle molesto en el que al lanzar dos Pikmin a dos flores, ambos se iban cargando una sola píldora y dejaban la otra abandonada. En Pikmin 4 hay una bienvenida puntería automática para los objetos –y cada Pikmin se encarga de su flor/píldora delegada–. A los enemigos también se les puede fijar la puntería y sumado a los ataques de Ochin, resulta más practico combatirlos en manada.
Donde Pikmin 4 no evoluciona es en el multijugador cooperativo. Mientras el competitivo tiene batallas Dandori –sucesoras de las misiones y el bingo–, la campaña permite dos jugadores pero no cada uno con su capitán. Hubiésemos querido que un jugador controlara un capitán y el otro a Ochin, sería lo ideal en pantalla dividida. En cambio el segundo jugador solo puede disparar pequeñas piedras como apoyo al primer jugador. Estas le hacen daño a enemigos, flores y objetos, pero no es precisamente algo innovador o diferente a lo visto en Super Mario Galaxy, un rol menor.
- Escenarios visualmente detallados.
- Las expediciones nocturnas y Pikmin luminosos.
- Un amplio sistema de ayudas del equipo de rescate.
- El mejor de los cuatro juegos.
Reseña hecha con una copia digital de Pikmin 4 para Nintendo Switch brindada por Nintendo of America.
