Reseña: Dragon Age 2

Dragon Age 2 es el punto de convergencia de muchas de las ideas que Bioware ha expuesto en los últimos años. ¿Le habrá funcionado la receta a la desarrolladora canadiense?

Plataformas: Xbox 360, Play Station 3, PC [Reseñado]
Desarrollador: Bioware
Publisher: Electronic Arts
Lanzamiento(USA): 8 de marzo de 2011
Género: RPG

Confieso que nunca jugué Dragon Age: Origins, siempre lo tuve mi lista de «debo jugar» pero nunca llegó a mis manos, así que en esta reseña no voy a comparar qué cambia al anterior y qué es nuevo. Claro que tampoco es tan necesario haber jugado el primero, de hecho Dragon Age 2 no es una secuela del primero, es una historia paralela que sucede en un continente diferente y donde de alguna u otra manera nos enteraremos de hechos que suceden en Thedas, el continente donde se desarrolla Origins. Según noté, la influencia del primero solo llega a menciones dentro del juego.

Dragon Age 2 inicia con un diálogo entre dos extraños personajes, un enano llamado Varric y una oscura mujer, la cual lo interroga sobre lo que paso con el «campeon de Kirkwall» . Él, en un tono jocoso cuenta su versión de la historia del hombre (la cual no necesariamente tiene que ser la realidad, ya que como lo veremos en todo el juego nuestro amigo Varric tiende a aumentar las cosas); sin embargo nos queda algo claro y es que somos humanos, no tendremos la facilidad de escoger otra raza como sucedió en el anterior, sin embargo si podremos elegir el sexo de nuestro personaje, así como su profesión:  rogue, mage o warrior son las opciones.

Luego de huir de nuestra tierra, la nación Ferelden, debido a los mismos acontecimientos que darían inicio a DA Origins, viajamos a Kirkwall, una gran ciudad  en otro continente gobernada por el despotismo de los Templarios. Sin embargo las cosas no son tan buenas en esta nueva tierra, además de que todos nos miran por abajo por ser unos exiliados. En un reino donde la magia está betada, los elfos son rechazados y los humanos gobiernan de una manera un tanto demagógica, no podíamos esperar más que problemas.

En Dragon Age 2 realmente no somos un héroe. Desde el comienzo, tenemos claro que Hawke, el (o la) protagonista llegará a ser  «El campeón de Kirkwall» pero el camino para serlo en ningún momento será una senda épica donde el héroe (generalmente el elegido) con sus grandes virtudes y valores salva el mundo de su destino trágico. Nosotros somos un personaje más que hará lo que sea para poder sobrevivir y poder ofrecer un futuro a su familia en esta gran ciudad que está llena de miseria. Me encantó que la historia principal se base en conflictos políticos y religiosos, que terminan desembocando en realidades humanas: las palabras racismo, xenofobia, envidia, corrupción, rencor son el pan común de la sociedad de Kirkwall que descubriremos en las más de 40 horas que nos brinda el juego, el cuál está cargado de historias secundarias y alternas a la principal, la gran mayoría interesantes.

Pero no estaremos solos en nuestra lucha por sobrevivir y ser alguien en Kirkwall. A lo largo de la historia conoceremos varios compañeros que se unirán a nosotros, cada uno claro, con sus propios intereses los cuales pueden rivalizar con los nuestros o los de otros del grupo y donde las decisiones que tomemos pueden afectar positiva o negativamente nuestra relación con cada uno de ellos, llegando a ser amigos o rivales. La segunda opción sin embargo, no es muy recomendable ya que nuestros compañeros nos podrían llegar a abandonar. Sin embargo el tema de las relaciones no se reduce a solamente esto, ya que si lo deseamos, podemos ir un paso mas adelante y llegar a tener una relación con alguno de ellos. Sí,  no importa el sexo, como lo diría alguna vez una reina:  «mujer con mujer  hombre con hombre del mismo modo y en el sentido contrario.»

Dragon Age 2 es un mar de emociones donde la palabra decisiones sin duda marca el juego, ya que aunque no necesariamente todas las veces estas decisiones cambian lo que podría suceder, resulta siempre divertido escoger de qué manera queremos comportarnos frente a los otros personajes. El sistema le será bastante familiar a los que jugaron Mass Effect 2, ya que es prácticamente el mismo, vemos como novedad una imagen que acompaña cada decisión que nos indica como contestar. Podemos hacerlo cordial, «mamando gallo», yendo  directo al grano,  llevando a preguntar mas cosas, entre otras que bien explotados sin duda llevará a tener dialogos realmente chistosos.¡Que buen trabajo de los guionistas de Bioware!

En cuanto al aspecto jugable, es un RPG de acción, muy típico occidental. En el caso de la versión de PC,  podremos controlar nuestras habilidades con las teclas 0 a 9 y movernos con la ayuda y combinación wast + mouse. Nuestra «party» son 4 personajes los cuales todos podremos controlar y a diferencia de otros RPG, aqui no terminan sobrando compañeros ni necesariamente tendremos un equipo fijo, con cualquier grupo de personajes que partamos a una misión si usamos una buena estrategia, la superaremos. Ademas, gracias a la tecla espacio, podremos pausar el juego en cada instante, lo cual resulta realmente útil para preasignar funciones a cada personaje de la party. Realmente es muy facil de usar, muy «noob-friendly».

Un aspecto que no me gusto para nada y que hago especial mención es a la poca personalización que tiene el juego, desde un comienzo nos limitan con la raza, y luego en el aspecto del equipo: mientras que nuestro personaje puede cambiar de armadura en todo sentido así como de armas, en el caso de los compañeros, sólo podremos modificarle el armamento a algunos, y con otros ni siquiera eso. La personalización se reduce tan solo a poder hacerle unas «mejoras» a la armadura o arma de estos.

Al subir de nivel, nos darán algunos puntos para distribuir entre  nuestros atributos –lo típico de los RPG– . También nos dan un punto de habilidad que nos permitirá especializarnos en nuestra profesión; los warriors por ejemplo pueden especializarse en espadas de 2 manos o escudo y espada. Mas adelante nos darán puntos de especialización que permiten profundizar incluso más en lo que deseamos que sean nuestros personajes. Y aunque parezca un poco complejo, realmente es muy facil, mucho más que en la mayoría de RPGs, tenemos hasta la opción de que el juego lo haga automático si nos da miedo equivocarnos con la distribución de atributos, otra característica de nuevo «noob-friendly» .

Graficamente el juego (en su versión de PC) es del altos y bajos. Por un lado los escenarios, la majestuosidad de la ciudad de Kirwall y muchos pequeños detalles lo hacen rico visualmente. Sin embargo, el diseño de los personajes como tal no es lo que se esperaria, resulta un tanto mediocre si lo colocamos en una balanza con los demás aspectos del juego. Y es una lástima ya que Dragon Age 2 goza de muchas animaciones que se dan cuando charlamos con otros personajes pero frustra un poco ver las raras expresiones faciales que terminan quitándole realismo a lo que se quiere contar.

¿Y que sería de una gran historia sin su audio? Dragon Age 2 tiene una sensacional banda sonora, de hecho creo que en los últimos años no había encontrado una que me llamara tanto la atención. Las melodías encajan perfectamente con los aspectos del juego y sin duda ayudan bastante en el trasfondo; este es uno de los puntos fuertes del juego y sin duda uno de los grandes aciertos de Bioware. Por otro lado los diálogos y voces son realmente buenos, me encantó la voz de Varric, muy acorde al personaje.

Dragon Age 2 es una inmersiva experiencia que cualquier aficionado a los RPG debería jugar  y los que le huyen a estos al menos probar. Sin llegar a innovar, introduce algunos de los elementos más interesantes de anteriores juegos de Bioware . Tiene una buena historia –no la mejor– pero principalmente un gran transfondo que nos lleva a pensar en el futuro de la saga, que a simple vista todavía le queda mucha tela por cortar.