The Complex – Reseña

Fundado en 2011, Wales Interactive es un estudio independiente ubicado en Gales. Aunque ha trabajado en toda clase de proyectos —desde Soul Axiom (2016), un juego de rompecabezas y aventura, hasta Don’t Knock Twice (2017), un ‘survival horror’ en primera persona—, el estudio actualmente es más conocido por revivir un género que se creía muerto desde los noventa. The Bunker (2016), Late Shift (2017), The Infectious Madness of Doctor Dekker (2018) y The Shapeshifting Detective (2018) se han encargado de mantener con vida las películas interactivas.

Al igual que las aventuras gráficas de Telltale y Supermassive, las películas interactivas de Wales Interactive permiten que los jugadores tomen decisiones que pueden cambiar el curso de la historia. Sin embargo, a diferencia de las mencionadas aventuras gráficas, estas películas interactivas son interpretadas por actores reales. Puede parecer una pequeña diferencia, pero cambia la percepción de la aventura.

Ver actores reales puede contribuir a la inmersión de los jugadores, pero esta depende completamente de calidad de las actuaciones. No hay estilización gráfica que pueda disimular una mala actuación. Tampoco se puede descuidar el encuadre, la iluminación y demás factores que son vitales en una producción cinematográfica.

Por fortuna, las cintas de Wales Interactive generalmente están bien filmadas y actuadas. The Complex no es la excepción a esta norma.

La historia de The Complex gira alrededor de la doctora Amy Tenant (Michelle Mylett), una investigadora en El Complejo de la Corporación Kensington. Además de prestar ayuda humanitaria a las víctimas de la guerra civil en la nación totalitaria de Kindar, Amy es la responsable detrás del desarrollo de las Nanocélulas. Aunque estas todavía no están terminadas, en un futuro permitirían la reprogramación genética. ¿Cuál es el objetivo de la Corporación Kensington con este avance tecnológico? Que Inglaterra sea el primer país en mandar un astronauta a Marte.

Desafortunadamente, Amy se ve obligada a interrumpir su trabajo para atender lo que parece la víctima de un ataque químico en el metro de Londres. Sin embargo, tras llevarla al Complejo para analizarla, Amy descubre que la joven de alguna forma terminó con la versión experimental de las Nanocélulas dentro de su cuerpo. Con poco tiempo en el reloj, Amy debe trabajar con su antiguo colega Rees Wakefield (Al Weaver) para recuperar las Nanocélulas y mantener a la joven de Kindar con vida.

Como si las cosas no fueran suficientemente difíciles, extrañas circunstancias dejan atrapados a Amy y Rees en El Complejo. En su confinamiento, ambos descubrirán los oscuros secretos detrás de la Corporación Kensington y las Nanocélulas. Por supuesto, dependerá de los jugadores si Amy y Rees sobreviven para contar la historia.

Si hay algo por lo que se debe felicitar a Paul Raschid y Lynn Renee Maxcy —director y escritora, respectivamente— es que lograron que Amy, Rees y los demás personajes resultaran memorables. Incluso con un elenco tan pequeño como el de esta historia, puede ser difícil que los jugadores se brinden a sentir algo por los personajes. Por fortuna, The Complex evita esto gracias a las buenas actuaciones de todos los involucrados y el excelente ritmo de su historia. Las dos horas se pasan volando.

No obstante, como es el caso con la mayoría de películas interactivas de Wales Interactive, la principal fortaleza de The Complex es su naturaleza interactiva. A lo largo de la historia, los jugadores cuentan con múltiples elecciones que son importantes para determinar el destino de todos los personajes involucrados en la trama. Más allá de las consecuencias inmediatas que pueden tener sus acciones, estas afectan directamente la relación de Amy con otros personajes. Dependiendo del estado de su relación con la protagonista, personajes actuarán de formas específicas en momentos cruciales. Todas estas variables, que son importantes para conseguir los ocho posibles finales, conceden bastante rejugabilidad a The Complex.

Por supuesto, lo anterior no quiere decir que The Complex no sufra de ‘la ilusión de la elección’ tan típica de las aventuras gráficas y algún que otro problema narrativo.

Aunque todas las elecciones contribuyen en cierta medida, hay ciertas conversaciones que se desarrollan a pesar que Amy no tiene los «requerimientos» para entablar un diálogo —ya sea amigable u hostil— con un personaje determinado. Hay veces en las que Amy y otro personaje pasan de una relación pasivo-agresiva a ser mejores amigos. Si bien las ocasiones en las que sucede esto son escasas, sacan a los jugadores de la historia y evidencian las circunstancias en las que sus decisiones no cuentan.

Sin embargo, lo que probablemente choque más a los jugadores es lo ridícula que puede tornarse la trama. Una muestra de esto son las constantes intervenciones sarcásticas de Clare, la joven de Kindar infectada con las Nanocélulas, a pesar de estar sufriendo constante dolor. La trama también roza con el ridículo por medio de Rees y algunos de los finales, los cuales se valen de ‘plot twist’ absurdos sacados de la nada.

Reseña hecha con copia digital de The Complex para PlayStation 4 brindada por Wales Interactive.