Lightspeed Frontier – Impresiones

A pesar del fracaso de No Man’s Sky, el género de los simuladores espaciales sigue recibiendo sangre nueva que continúa renovándolo. Al mismo tiempo, nuevos proyectos pueden aprender del pasado para ofrecer la experiencia que se merecen todos aquellos que anhelan recibir el simulador espacial definitivo. Por supuesto, Crowdwork Studios sabe que apuntar inmediatamente a un objetivo tan alto sería pretencioso y contraproducente. Tal actitud se ve reflejada en su deseo de mantenerse constantemente en contacto con la comunidad, iniciativa que se traducirá en un desarrollo lento pero seguro su primer juego: Lightspeed Frontier.

Si bien llegó recientemente al Acceso Anticipado de Steam y está lejos de estar terminado, el futuro de este título resulta prometedor por las muchas posibilidades que ofrece su simple premisa: recorrer el universo en una nave 100% personalizable. A diferencia de No Man’s Sky, el mapa está compuesto por ubicaciones preestablecidas a partir de las cuales se puede desplazar rápidamente a otros puntos de interés. Dado que todavía se encuentra en un estado temprano de su desarrollo, el mapa de Lightspeed Frontier se siente vacío.

Aunque las posibilidades de personalización animan a explorar para encontrar naves enemigas y hacerse con sus partes, esto no puede terminar siendo el motor de acción del título. Por fortuna, Crowdwork Studios ha dado a conocer que está en futuros planes la implementación de facciones y lugares de encuentro que contribuirán a darle vida al inmenso espacio exterior. En este respecto, se recomienda dividir el mapa en regiones dominadas por bandos y/o alianzas. Tal decisión reforzaría las consecuencias de aliarse con una facción al implementarse áreas donde es más probable ser destruido por una horda de hostiles.

¿Cómo funciona la famosa personalización de naves? Por el momento, la única forma de conseguir piezas es destruyendo enemigos. Esto no significa que solo se pueda mejorar la nave con piezas de segunda, ya que lo que se recoja después de los combates puede venderse en estaciones espaciales para obtener dinero y comprar mejores piezas. No obstante, lo que se encuentre en mal estado también puede repararse de forma gratuita. Si has jugado con LEGO, podrás evidenciar que el sistema de construcción modular invita a experimentar a nivel estético y técnico debido a la variedad de piezas y sus diferentes propiedades. No obstante, futuras ediciones de Lightspeed Frontier deben incluir un tutorial de cómo elaborar adecuadamente una nave, ya que es necesario seguir secuencias específicas para que diferentes aspectos de esta funcionen.

Aunque Crowdwork Studios planea moderar la personalización de las naves por medio de la implementación de un sistema de rangos que determinará cuantas piezas puede tener un módulo, por el momento no hay límite alguno a la hora de construir. Esto se deja ver especialmente en el archivo de planos creados por los usuarios, al cual puede accederse en cualquier estación espacial. Esta función permite comprar los diseños creados por otros jugadores. Sin embargo, la ausencia de una vista previa deja a la suerte la selección de naves. También sería prudente añadir un sistema de calificación que recompense a aquellos usuarios cuyos planos son comprados de forma recurrente.

En lo que respecta a los combates, es necesario explicar las aplicaciones de las diferentes partes. Además de las armas, los jugadores podrán equipar sus naves con campos de fuerza, espacios de carga y radares. Por supuesto, estas piezas no sirven de mucho si no se aprovecha al máximo la maniobrabilidad de la nave. Aunque el movimiento en cuatro direcciones —derecha/izquierda y delante/atrás— es funcional, el giro evasivo a los lados no resulta especialmente efectivo y contribuye a desorientar al jugador. Por otro lado, dependiendo de cómo se distribuyan las armas, se puede adoptar una vista lateral de la nave, que le otorgará más estabilidad a la hora de disparar las armas ubicadas en los costados.

También debe implementarse un sistema de transporte rápido que permita que los módulos principales de las naves lleguen a la estación espacial más cercana al pagar una cuota. ¿Por qué? Al ser destruida la nave, el jugador tiene la posibilidad de recolectar las piezas restantes para tratar de armarla de nuevo. Sin embargo, en ocasiones resulta complicado hallar los dispositivos que permiten que la nave se desplace a la velocidad de la luz. Esto desemboca en tener que tener que cargar la partida desde el último punto de guardado, navegar hasta una estación espacial o robar el dispositivo de teletransportación de otra nave.

Para concluir, reiterando uno de los problemas principales de la versión actual de Lightspeed Frontier, el jugador puede invertir en las acciones de varias empresas para generar más dinero. Sin embargo, en ningún momento se explica cómo funciona esta mecánica. Aunque resulta realmente inmersivo, el juego necesita explicar con claridad cómo funcionan sus mecánicas y darles propósito para que el jugador permanezca enganchado.

Reseña hecha con una copia digital de Lightspeed Frontier para Steam brindada por VIM Global Consulting.