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Mirror’s Edge Catalyst – La reseña

La secuela/reboot de Mirror’s Edge no se arriesga mucho en cambiar su fórmula, pero si quieres descubrir más no dudes en leer nuestra reseña.

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Luego de un par de retrasos y un “saldrá cuando esté listo” la secuela de Mirror’s Edge ha llegado a las consolas, pero lamentablemente a pesar de ser un título entretenido comete errores vistos en la primera entrega y otros de los que debió aprender con juegos similares.

En el 2008, DICE publicó Mirror’s Edge. El juego era toda una sorpresa con respecto a lo visto en la larga línea de Battlefield creados por el estudio sueco, aunque mantenía ciertos elementos en común, tomó a muchos usuarios por sorpresa con una propuesta fresca centrada en el movimiento y el Parkour.

El juego fue bien recibido por la prensa, aunque si tuvo bastantes criticas con temas como la narrativa o el arte utilizado. Aunque DICE nunca confirmó si habría secuela, lo más probable es que serían solucionados en el siguiente título.

En E3 2013, EA reveló durante su conferencia lo que parecía ser una secuela del primer título. Luego el estudio confirmó que el juego se llamaría Mirror’s Edge Catalyst y sería un “reboot” de la franquicia. Ahí fue cuando la cosa comenzó a fallar, pero para no arrancar por lo malo, mejor les cuento de qué se trata.

En Catalyst de nuevo controlaremos a Faith (la runner que vimos en el título de 2008), que está saliendo de la correccional luego de ser capturada por KrugerSec, ya que en la ciudad es un crimen ser Runner. Para saber por qué la protagonista estaba en la correccional, nos piden leer el cómic Mirror’s Edge: Exordium, que es una precuela a todo lo que jugaremos durante la campaña.

Como es obvio, Faith regresa a su oficio como Runner, hasta que se ve involucrada en un complot de uno de los líderes de “El Conglomerado” (conjunto de familias que lideran el país de Cascadia), Gabriel Kruger y un misterioso proyecto llamado Reflection.

Ese sería el resumen más idóneo de la trama, que me encantaría decir posee grandes giros argumentales, pero no los tiene. Uno de los grandes crímenes de Mirror’s Edge Catalyst es que la trama al igual que en el título anterior no sirve para nada, uno nunca siente empatía por los personajes y eso la afecta gravemente.

El juego trata de contarnos detalles de la vida pasada de Faith, cosa que se intentó en el primero y falló. Aquí aunque la ejecución es mucho mejor queda con muchos huecos o ideas que podrían funcionar, pero parece que DICE las guardó para una secuela. Ahora el problema es que se demoren otros ocho años en hacerla.

Otro problema es el ejercicio “transmedia” que intentó en este caso con los comics. Exordium le aporta algunos detalles importantes, pero en cierto punto si uno no lee el cómic hay detalles que no se entienden y eso no debería suceder. El juego incluso dice en algunos momentos, que si queremos saber por qué Faith estaba en la correccional, debemos leer el cómic. Para solucionar esto hubiera sido idóneo incluir los números de Exordium en el juego o algo por el estilo para que fuera más sencillo conseguirlos en un país como el nuestro.

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Pero bueno, ya toca parar de echarle tierra al juego. Hablemos de lo bonito y si hay muchas cosas bonitas. La Ciudad de Vidrio (City of Glass en la versión en inglés) es simplemente hermosa, está muy bien hecha con colores vibrantes y aunque mantiene la estética minimalista del primer juego, el ampliar la paleta de colores de la más variedad.

Además hay mucho camino por recorrer, a lo largo de seis distritos diferentes. Veremos como vive la gente de las castas bajas, medias y altas (Oops, eso es otra cosa que nunca explicaron en el juego ni Exordium). Entre más ostentoso sea el distrito más gente de dinero vive en la zona, los contrastes funcionan muy bien, sin caer en clichés de “El lugar más pobre es el más feo” y viceversa.

Al ser el entorno más amplio y más libre, hace que el Parkour sea aún más divertido ya que ahora si, en muchos aspectos la ciudad se vuelve nuestro parque de diversiones.

Lamentablemente, ahí también hay un problema. Cuando los estudios hacen juegos de mundo abierto por alguna extraña razón piensan que es solo hacer una ciudad grande y listo, esa es la segunda gran critica a Catalyst.

Debido a que los traceur (Así se les llama a las personas que practican Parkour), se mueven exclusivamente por la parte alta de las ciudades, el juego es casi un desierto. La poca gente que uno ve, solo unos pocos interactuan con Faith y todos son para pedirle que entregue un paquete del punto A al punto B.

Los NPC que nos ponen a trabajar, tratan de contarnos parte de sus vidas y con esto también conocemos un poco la ciudad, pero eso rompe la concentración y al final uno no le pone cuidado a lo que están diciendo por llegar al destino antes que el reloj llegue a cero.

Otros NPC están ahí, quietos mirando al horizonte.

Entonces tenemos una ciudad bellísima que prácticamente no tiene vida porque uno siempre ve a las mismas tres personas, haciendo las mismas cosas, y otros que no hacen nada.

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Como el enfoque del juego es el movimiento, este si fue mejorado enormemente. Ahora Faith no se siente tan tiesa como antes, muchos movimientos se ven y se sienten más realistas, siendo la fluidez el pilar principal de todo el título ésta no decepciona y hace que moverse rápido por la ciudad sea una experiencia muy agradable.

Como la ciudad es muy grande, tendremos un gancho que nos permitirá balancearnos entre edificios, subir a lugares altos o halar objetos, este gancho no estará disponible en todo momento sino que en ciertos puntos de la ciudad encontramos lugares donde lo usaremos para movernos, es un detalle agradable y funcional. En la secuela podrían darle más usos incluyendo el combate, para hacer muchos movimientos más dinámicos.

Por último, la vista de Runner está de vuelta. Además de señalarnos los objetos, ahora también nos señala el camino. En este caso es muy funcional debido a lo grande que es la ciudad y lo fácil que es perderse o llegar a puntos sin salida, es una gran mejora con respecto a la del primer juego que solo señalaba los objetos que se podrían usar para saltar o movernos en el entorno.

El sistema de combate no cambió en esencia, pero si se siente sencillo. Claro, esta sencillez nos recuerda que Catalyst es un juego donde el movimiento es lo importante, por eso también nos permite evadir los combates y solo correr para cumplir nuestras misiones. Me parece agradable la opción, pero igual prefiero el combate.

Para “aumentar” la profundidad del sistema completo del juego, se creó un árbol de mejoras. Desde que escuché esa parte me pareció una mala idea (aún me sigue pareciendo una mala idea), pero a diferencia de otros juegos como Deus Ex: Human Revolution, las mejoras son muy sencillas, lo cual no le da profundidad al combate y tampoco afecta nuestro rendimiento.

Los controles son muy similares a los del título anterior. Saltaremos con LT/L1, nos deslizaremos con RT/R2, patearemos con Y/Triángulo y usaremos los puños con X/Cuadrado. Como aquí Faith ya no puede usar armas, no tendremos a la mano el popular y entretenido ‘Desarme’ que solíamos usar en el juego anterior.

Prácticamente se invirtieron algunos botones, posiblemente para facilitarle los controles a los nuevos jugadores, ya que los anteriores eran un poco enredados en algunos casos.

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La duración de la campaña no es grave, pero si es un problema. Me tomó entre 6 y 7 horas terminar las historias de la campaña principal y unas 3 horas más terminar las “side missions”, por lo cual se le podrían sacar unas 10 horas solo a la base del juego. Si contamos las competencias entre amigos esas horas podrían aumentar exponencialmente, donde todos se retan a superar los tiempos del otro.

El juego también tiene coleccionables, pero muchos de estos son tan pequeños que es demasiado aburridor buscar piezas electrónicas en un segmento de la ciudad. También hay grabaciones, documentos y maletas de Runners, pero sufren del mismo inconveniente. Los únicos medianamente entretenidos son los “Memory Leaks”, que en su mayoría iremos agarrando conforme avancemos en las misiones principales y las side missions.

Tristemente, me arriesgaría a decir que una vez se complete todo el juego no habría ninguna razón para volver, ya que las carreras no son lo suficientemente entretenidas como para jugarlas varias veces. EA no ha comentado nada al respecto, pero sería idóneo que se actualizaran las carreras vía internet o algo similar para darle más vida al juego.

Mirror’s Edge Catalyst trata de pegarse a la idea de “entre más grande, mejor”, ignorando problemas básicos que tuvo la primera entrega. A pesar de tener estos errores innegablemente es un título que puede resultar entretenido para los que disfrutamos aquella primera parte. Si buscan un título mundo abierto con muchas horas de juego, lamentablemente aquí no lo encontrarán, pero si disfrutaron del primer juego será una buena adición a su librería. Mirror’s Edge Catalyst ya se encuentra disponible para PC, PS4 y Xbox One.

Reseña realizada con una copia de Mirror’s Edge Catalyst en su versión de Xbox One brindada por Red Button.

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