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Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes – Reseña

Corolianakin Snowalker.

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Este es un nombre que no escuchaba desde hace mucho tiempo. Han pasado ocho años desde que vi el final de la historia de Katniss Everdeen en cine, pero esa no es la única historia sobre el conflicto entre el Capitolio y los Distritos. En 2020, la autora Suzanne Collin presentó una precuela de su trilogía que no tardó mucho en ser adaptada a la pantalla grande. En esta reseña voy a hablar de la película Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes y veremos si esta franquicia todavía tiene algo interesante que decirnos.

Esta historia se desarrolla más de 60 años antes de la revolución del Sinsajo. Los juegos del hambre están a punto de entrar en su décima edición y el público del Capitolio está perdiendo interés en ellos. De hecho, cada vez encuentran más oposición y rechazo. Buscando revivirlos, el gobierno busca a los mejores estudiantes de la academia y los obliga a convertirse en mentores de los nuevos tributos. Entre estos estudiantes se encuentra Coriolanus Snow, destinado a convertirse en el líder de Panem.

El Snow que conocimos de las anteriores historias de esta serie es uno de los villanos más crueles y amenazantes de la ficción moderna y está genialmente interpretado por Donald Sutherland. Tom Blyth no logra estar completamente a su altura y su interpretación es algo «anakinesca», pero no hace un mal trabajo.

Igual que la trilogía de películas y las novelas en que están basadas, esta es una aterradora historia distópica sobre la opresión y la crueldad. No crean que la etiqueta de que son para “jóvenes adultos” las hacen de consumo ligero, pues manejan temas muy complejos con mucha crudeza. Puede que no haya mucha sangre ni ‘gore’ pero esta es una película sobre niños que mueren por orden del estado. A menos de un minuto de comenzar ya hay una clara referencia al canibalismo.

No se me escapa que esta película llega justo cuando el mundo observa con horror como un estado supuestamente legítimo lanzó una guerra completamente desigual contra un pueblo que se encuentra en su propio territorio, acabando con la vida de decenas de miles de hombres, mujeres y niños. Cuando Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes me mostraba el secuestro de niños para exhibirlos como animales y hacerlos que se maten como un ejemplo extremo de una distopía, me asombré al pensar que cosas similares están pasando justo ahora en Medio Oriente con la bendición de muchos gobiernos, incluyendo el del país en que se produjo esta película.

Pero llevo años viendo cosas similares y ya no me impactan. En ese sentido, no hay nada diferente en esta película más allá del punto de vista que toma. Sabemos que Coriolanus Snow se convertirá en un monstruo. La sorpresa es que durante su juventud tenía más en común con las personas oprimidas de los Distritos que con la alta sociedad de Panem. Snow pertenece a una familia que fue poderosa en el pasado pero cayó en desgracia. Trata de mantener las apariencias a pesar de que no tienen nada de dinero.

Inicialmente, el objetivo de Snow como mentor es que su tributo gane los Juegos del Hambre para él recuperar la riqueza de su familia. Pero a medida que se relaciona con Lucy Gray, la cantante del Distrito 12 que debe ayudar a sobrevivir, algo más despierta en él. Tom Blyth hace un buen trabajo dejando salir solo una muestra de sus sentimientos. Nos hace preguntar si en realidad siente algo por Lucy o si solo la está manipulando para lograr sus objetivos… ¿o es ella quién lo está manipulando a él?

Esa mujer está maravillosamente interpretada por Rachel Zegler, a quien ya habíamos visto en la nominada al Óscar Amor sin barreras y en Shazam! La furia de los dioses. Ella no es “otra Katniss”, pues tiene una personalidad prácticamente opuesta. Si había alguien que podía tentar a Snow a pasarse al “lado luminoso de la Fuerza” no era una ‘manic pixie dreamgirl’ sino una mujer atrevida y directa como ella. También hace gala de su maravillosa voz con varias canciones ‘folk’ que resultan bastante buenas. Aunque las voces del doblaje al español de Latinoamérica no están nada mal, nos alegra que hayan dejado la voz original de Rachel en inglés para las canciones.

El elenco también cuenta con grandes talentos. Viola Davis es la Dr. Volumnia Gaul, Peter Dinklage es el Decano Cas Highbottom y Jason Schwartzman es Lucky Flickermans. Ellos son la organizadora, el creador y el presentador de los Juegos del Hambre y son excelentes representantes de la mirada de Panem hacia ese horrible evento. El problema es que dependemos demasiado de ellos para crear contexto. Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes no hace un buen trabajo presentando el alcance e impacto que tienen los juegos en su sociedad.

Se nota demasiado que esta precuela tiene un presupuesto reducido en comparación a las tres anteriores películas de la saga. Es verdad que en este punto de la historia los juegos no se han convertido en el vistoso espectáculo que conocemos. De hecho, es la historia de cómo se convirtió en eso. Pero tampoco representa bien lo que significan. Los personajes hablan mucho sobre cómo son recibidos los juegos, pero a duras penas vemos algo de eso y la historia pierde mucha fuerza. La mayoría de tributos merecían más presencia en pantalla y un mejor desarrollo. Además, los juegos como tal resultan carentes de impacto en comparación con los despliegues de las anteriores películas.

Hay elementos de la trama que deberían ser muy importantes, pero son rápidamente hechos a un lado. Hay una escena sobre un ataque de los rebeldes a la arena en que se van a desarrollar los juegos, pero no muestran nada más sobre ellos y apenas son mencionados después de eso. El tercer acto también se siente muy apresurado y el evento que sirve como gatillo para el clímax está algo forzado. Es una lástima que la evolución de los personajes en la parte final sea tan caprichosa, pues todos ellos estaban manejando arcos muy interesantes.

A pesar de la larga duración de esta película —más de dos horas y media— a Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes le hace falta tiempo para respirar y mostrar mejor su mundo. Esta historia debería funcionar bien incluso para quienes no hayan visto o leído la trilogía original, pero hay muchos conceptos que resultan confusos para quienes no estén familiarizados con la franquicia. Creo que podría haber funcionado como una miniserie.

Mi conclusión en esta reseña es que Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes es una buena película con grandes actuaciones, pero partes de su narrativa son mediocres y no le permiten sacar todo su potencial. Apreciamos su mensaje contra la opresión que nos quiere machacar en la cabeza lo horribles que son el clasismo, la guerra y el apartheid, sobre todo en este momento de la historia, pero no hará ninguna diferencia en el mundo real.

Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes
3.2/5 Nota
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