Desde su cuarta entrega, esta franquicia cinematográfica se posicionó como una de las mejores series de películas de acción de todos los tiempos. No es solo gracias a las cada vez más exageradas y riesgosas acrobacias a las que Tom Cruise se somete en cada nuevo filme, sino a un fantástico ritmo en que la emoción nunca decae y a un inesperado y sincero amor por sus personajes. La sexta película parecía haber perfeccionado esta fórmula, pero teníamos dudas sobre la capacidad de este nuevo filme para mantener la calidad de las anteriores. Tuvo muchos problemas durante su producción en medio de la pandemia y otras películas han elevado el listón desde entonces. En esta reseña veremos qué se traen los señores Cruise y McQuarrie entre manos para que Misión imposible: Sentencia mortal – parte 1 resalte.
Buena parte de la promoción de esta película se ha enfocado en las escenas de riesgo. Han hecho mucho ruido sobre una acrobacia en la que el protagonista se arroja de una montaña usando una motocicleta. No cabe duda que ese es uno de los principales atractivos del filme, pero nos ha distraído de uno de sus elementos más sorprendentes e interesantes: su villano.
Al ver los tráileres podemos creer que el malo de turno es Gabriel, interpretado por Esai Morales (Deathstroke en Titanes). Aunque él es un gran antagonista, no es más que un matón al servicio de alguien más. El villano de Misión imposible: Sentencia mortal – parte 1 no es una persona, sino algo llamado ‘la entidad’. Es una poderosa inteligencia artificial.
Han pasado varios años desde que se escribió este guion. Resulta curioso que la película llegue justo en el momento en que tecnologías descritas como inteligencias artificiales —aunque no lo son exactamente— están causando una problemática revolución y un debate sobre su uso ético.
Es apropiado que Misión imposible: Sentencia mortal – parte 1 no mire a ‘la entidad’ como si fuera ciencia ficción. Acepta rápidamente su existencia como algo que era prácticamente inevitable. La historia tiene el tono de una novela de suspenso tecnológico de Tom Clancy, pero con una saludable desconfianza hacia los aparatos militares y de inteligencia de las grandes potencias.
En algunas de las anteriores películas de la saga ya habíamos visto a Hunt y su equipo trabajando sin el apoyo de la FMI. Eso agregó mucha tensión y retos a sus misiones. En esta entrega no solo son activamente cazados por sus jefes, sino que no pueden confiar en la tecnología que usan habitualmente, aumentando considerablemente los riesgos. ¿Cómo se enfrenta a un enemigo tan avanzado que puede analizar todas las posibles acciones que se pueden tomar en su contra?
No importa lo que piensen de Tom Cruise como persona, lo importante es que él sabe cómo hacer de Ethan Hunt un personaje carismático. Logra hacernos preocupar por todo lo que le pasa porque hasta él pone cara de desesperación cuando se da cuenta de las cosas absurdas que tiene que hacer para seguir adelante. El manejo de la tensión y el ritmo que tiene esta película son admirables. Nos hace pensar que Christopher McQuarrie es uno de los mejores directores de acción de la actualidad.
Pocos son capaces de manejar una montaña rusa como ésta sin perder la atención de los espectadores. Pareciera sentido común que tras un momento de acción intenso se debe dejar “descansar” a la audiencia, pero Cruise y McQuarrie van contra eso. La acción y el suspenso no se detienen. Hasta la mayoría de escenas de diálogos son tensas. A pesar de eso, no se siente cansancio ante la pantalla grande y las más de dos horas y media que dura la película pasan como un suspiro.
Esto es en parte gracias a lo bien que están hilados el humor y la humanidad de los personajes en todas las persecuciones y tiroteos. Ethan (Tom Cruise), Luther (Ving Rhames), Benji (Simon Pegg) e Ilsa (Rebecca Fergusson) no son personajes con mucha historia ni trasfondo. Pero sí tienen mucha personalidad y buena química entre ellos. Ahora se les suma Grace (Hayley Atwell, nuestra querida Peggy Carter de las películas de Marvel) como una experta ladrona que no puede esperar para escapar de la situación en que se metió. Atwell es absolutamente fantástica y no podemos esperar verla en acción de nuevo. También tenemos que mencionar a Pom Klementieff (Mantis en Guardianes de la Galaxia), que interpreta a uno de nuestros arquetipos de personajes favoritos: la llamativa asesina psicópata que trabaja para el villano.
Misión imposible: Sentencia mortal – parte 1 es la segunda película de 2023 con una persecución en las calles de Roma. Rápidos y Furiosos X pasó por los mismos lugares en una divertida secuencia con una bomba rodante, pero el filme protagonizado por Vin Diesel no logró la misma emoción porque abusa de la fantasía en esa secuencia. La carrera de Ethan y Grace en un pequeño automóvil no deja de ser exagerada, pero está mucho más arraigada a la realidad.
No dudamos en decir que esta es una película de acción casi perfecta. Tiene algunos defectos algo molestos que la alejan de una calificación de 5/5. Todos sus problemas están en la trama y comienzan con un intento de crear un pasado para Ethan. Este nuevo elemento se siente como un cliché forzado que ni siquiera es bien aprovechado. Sospechamos que va a tener más relevancia en la parte 2 —que se estrenará en 2024— pero no funciona bien en esta. También hay un mal manejo de algunos personajes secundarios, pero no podemos explicarlo sin hacer ‘spoilers’. Esto es algo que también podría ser subvertido en la continuación, pero nos dejó con mal sabor de boca.
Pero su mayor defecto es que tengamos que esperar tanto para ver la secuela porque aunque quedamos más que satisfechos, también queremos más. No cabe duda que Misión imposible: Sentencia mortal – parte 1 es una película maravillosa y queremos aprovechar esta reseña para declarar que entra a nuestro listado de filmes de acción favoritos de todos los tiempos. Nos encanta ver sufrir a Tom Cruise y admiramos la forma en que él y su equipo han convertido la acción de esta saga en una obra de arte.
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