Just Dance 2018 – La reseña

Aunque pase de moda, el baile no se detiene en los videojuegos y la nueva entrega del juego musical de ubisoft te pondrá no solamente a sudar con las decenas de canciones que presenta en su listado, también te mantendrá actualizado con los hits musicales de temporada.

Como ya es costumbre, cada año un Just Dance nuevo aparece en escena y este juego que tuvo su tope hace unos años en el furor de los controles de movimiento, todavía se mantiene vigente gracias a la evolución casi orgánica que sus desarrolladores han concebido durante los cerca de diez años que tiene esta franquicia musical.

En esta edición, la gente de Ubisoft se ha centrado en hacer la vida más fácil para los jugadores –o bailarines– por ello desde la forma de jugar hasta la tradicional interfaz se desligan de lo confusa del año pasado para presentar una propuesta más limpia y sencilla donde con solo 3 movimientos ya se podrá estar en movimiento.

Con esta premisa, al ingresar solo hay tres modos visibles, el infantil (Kids) que es nuevo, el tradicional Just Dance y el World Dance Floor, que es el campeonato mundial. El participar constantemente en los modos de juego servirá para mejorar nuestro perfil o Dancer Card, que también puede ser importado desde el juego anterior para así seguir con el progreso global obtenido.

Los desarrolladores han tomado nota de su público y en esta entrega no se han limitado a unas cuantas canciones para niños, en Just Dance 2018 los más pequeños tienen su propio espacio. Este modo diseñado para pequeños de hasta 10 años y por eso las coreografías que se encontrarán aquí son realizadas por expertos “coreógrafos infantiles” al ritmo de canciones de Disney. Las coreografías como es de esperarse tienen decoraciones para que los pequelos se diviertan y de paso, vayan aprendiendo a moverse y hasta puedan disfrutar el juego con sus padres.

En el caso del modo Just Dance, este sigue siendo el tradicional de toda la vida donde lo importante además de hacer las coreografías como se ven, también influyen los puntos mojo que se consiguen más rápidamente consiguiendo varios objetivos. De hecho, en esta entrega una novedad son los objetivos diarios, que servirán para dar más variedad al juego y de paso, ganar muchos puntos mojos que posteriormente servirán para desbloquear recompensas.

Finalmente, está el modo competitivo online, introducido en anteriores entregas y de cual ya se han conocido varios torneos onlone. En el World Dance Floor no es que se vean muchas novedades, se sigue con el formato de enfrentarse a rivales en ocho canciones hasta que se derrota a un jefe final, es una modalidad para los más obsesionados con el baile que quieren poner a prueba sus habilidades con gente de todo el mundo.

En esta reseña estuvimos jugando el juego en su versión de Xbox One pero no contábamos con Kinect. Esto no fue problema pues al igual que en otras entregas, Just Dance dejará jugar en consolas solo con tener un Smartphone con la aplicación Just Dance Controller y estar conectado en la misma red wifi. La magia sucede gracias al giroscopio del celular que actua como control de movimiento al estilo de la Wii (o la Nintendo Switch en su versión) y como gran ventaja es que permite la incorporación en la partida de cuantas personas quepan en el cuarto. ¡Ideal para una fiesta!

Si el catálogo de canciones se quedase corto con el tiempo, el juego también cuenta con un trial de tres meses de Just Dance Unlimited, el servicio por suscripción creado hace unos años donde pagando una mensualidad, se puede tener acceso a más de 300 canciones y coreografías de todo tipo.

Just Dance 2018 sigue siendo quizá la alternativa más valiosa para los aficionados a los juegos de baile en este año o para aquellos que quieren aprovechar su consola para quemar algunas calorias. El modo infantil definitivamente lo acerca más a la familia y quizá podría ser el único aliciente para conseguirlo si no se tiene una entrega anterior. Claro, si eres feliz con este tipo de juegos, no dudes en conseguirlo.