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Pacific Drive – Reseña

♪ Ese cacharrito me gusto, dubi dubi dubi du dubi ♫

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Los juegos de supervivencia están de moda. No lo digo solo por el éxito masivo de Palworld, sino por la popularidad que títulos como Ark: Survival Evolved, Rust, Valheim, Sons of the Forest y otros del mismo género han mantenido durante muchos años. Hay muchas variaciones a esta fórmula, pero no había visto ninguna como Pacific Drive y en esta reseña les explicaré por qué este juego me fascino a la vez que me destrozó.

Nos encontramos en la “Zona de exclusión olímpica”. Décadas atrás, el gobierno de Estados Unidos asentó cientos de científicos en los bosques del noroeste para desarrollar la tecnología del futuro, pero algo salió mal. Por razones que nunca fueron conocidas por el público, la zona fue clausurada y eventualmente abandonada. ¿Qué fue lo que ocurrió allí? Vamos a descubrirlo queramos o no, porque estamos varados en este lugar y tenemos que sobrevivir a toda costa.

Lo que hace diferente a Pacific Drive de cualquier otro juego de supervivencia es que el foco no está en asegurarnos del bienestar del protagonista y su base, sino casi exclusivamente de su auto. Cambiar llantas, cuidar el nivel de gasolina, reparar las luces y mantener el chasis en buen estado son tareas habituales en este título.

La zona está prácticamente abandonada, así que no vamos a encontrar un taller que nos venda mejoras y repuestos para el auto. Tenemos que hacerlos nosotros mismos. Vamos a recorrer los escenarios reuniendo chatarra, plástico, goma, componentes electrónicos y todo lo que necesitamos para forjar desde una llanta hasta un generador de pulsos electromagnéticos. Como suele pasar, comenzamos con un cacharro que se cae a pedazos, pero cuando nos acercamos al final del juego tenemos el potencial para convertirlo en una veloz nave todoterreno a prueba de toda clase de peligros. También podemos encontrar pinturas, calcomanías y otros cosméticos para darle algo de personalidad.

Lo que no tenemos son armas. Los enemigos que enfrentamos no son del tipo al que se le pueda disparar. Algunas de las anomalías que sirven de obstáculos en las rutas son rocas flotantes, campos eléctricos o repentinas explosiones de radioactividad. Otras son un poco más tangibles, como extrañas formaciones de metal que tratan de “secuestrar” el auto. La solución suele ser mantenernos lejos de ellas en lugar de enfrentarlas. Hay herramientas que permiten distraerlas o incluso anularlas, pero no necesariamente enfrentarlas.

Carrera mortal

Este no es un juego de acción, pero puede tener momentos bastante tensos. El control del automóvil es bastante realista y es fácil perder el control si nos salimos de la carretera y no estamos equipados para ellos (un pequeño consejo: consigan neumáticos todoterreno lo más pronto posible). Los daños en el auto por choques y mala conducción se van acumulando y si no tenemos cuidado, nos quedaremos varados y perderemos todo el progreso que llevemos en la misión, así como todos los recursos que hayamos acumulado

Yo llegué a perder varias horas de juego por descuidos, mala planeación o por simple mala suerte. Pacific Drive puede ser terriblemente frustrante. Los veteranos de los juegos de supervivencia deben saber bien cómo se siente perder recursos por los que trabajaron horas, pero eso es lo que hace que este género sea tan fascinante y que las victorias sean más dulces. Una de mis mejores experiencias fue correr a la velocidad máxima que permitía mi destartalado auto mientras me dirigía al portal que me iba a llevar sano y salvo a la base. El alivio que sentí al llegar vivo al otro lado hizo que valiera la pena el sufrimiento.

Pero han sido más las situaciones en las que la satisfacción me evade y la furia me ha tentado a arrojar el control contra la pantalla. Este juego castiga fuertemente los errores y las huidas hacia el portal con las que terminamos las misiones son especialmente crueles. Mas de una vez consideré abandonar este juego para no tener que repetir largos recorridos con un carro arruinado, tratando de recuperar lo que perdí.

Como pueden ver, este es un juego para personas pacientes. Podemos pasar una hora completa organizando los recursos, mejorando y reparando el carro para una misión, gastar otra hora más recorriendo los caminos y ver todo nuestro trabajo irse a la basura cuando una anomalía aparece de repente. Es imposible prepararse para todas las eventualidades y no es raro encontrar una situación sin salida. Dependiendo de lo que ustedes esperen del juego, esta dificultad puede ser considerada una fortaleza o un defecto.

Otro elemento que puede ser considerado bueno o malo, dependiendo de las expectativas, es su enrevesado sistema de menús. Toma algo de tiempo acostumbrarse a ellos para ubicar dónde se encuentra cada opción y para qué sirve.

Hay “árboles de mejoras” y funcionalidades semiocultas. También encontramos opciones que solo están disponibles en el taller y a las que no se puede acceder en medio de una misión. Aún así, es uno de los juegos de supervivencia más fáciles de entender con los que me he encontrado. Puede ser una buena obra para iniciarse en el género incluso a pesar de su dificultad. Tal vez se debe su enfoque en el auto, lo cual es algo con lo que la mayoría estamos familiarizados.

Ciencia ficción en cuatro ruedas

La historia y ambientación del juego son elementos que me cautivaron al comienzo, pero fueron perdiendo fuerza con el paso de las horas. El misterio de la zona de exclusión es intrigante e inicialmente me recordó a la trilogía Southern Reach de Jeff Vandermeer (en la que está basada la excelente película de Netflix Aniquilación), pero la trama avanza muy lentamente.

Los gráficos no son nada especial y a pesar de los efectos visuales de las anomalías, es visualmente genérico. Eso no quita que podamos encontrar algunos paisajes hermosos y cosas muy surreales en los recorridos.

Tengo que hacer una mención especial a su banda sonora con excelentes canciones de rock y folk indie. El problema es que no hay tantas canciones como me hubiera gustado y tienden a repetirse mucho. Otro aspecto a destacar en cuestiones de sonido es el excelente trabajo de los actores de voz en inglés. El juego no está doblado al español, pero todos los textos están bien traducidos.

A pesar de todas las complicaciones que encontré al jugarlo para hacer esta reseña, Pacific Drive me fascinó. Sus mecánicas de recolección de recursos y mejora del vehículo me resultaron atrapantes. A pesar de su dificultad, creo que es uno de los juegos de supervivencia más accesibles, sobre todo para los amantes de los autos. La “fricción” que ofrece puede ser bienvenida en un juego como este. Me hubiera gustado un enfoque más fuerte en su historia, un estilo visual más distintivo y una dificultad más balanceada, pero todo funciona bien en conjunto.

Pacific Drive
7.5/10 Nota
Lo que nos gustó
- Mecánicas de supervivencia muy bien adaptadas al enfoque automovilístico.
- La cantidad de opciones que desbloqueamos a medida que avanzamos.
- El control realista del auto y los efectos en el control DualSense.
- Trama inicialmente intrigante.
Lo que no nos gustó
- La dificultad puede ser demasiado alta para algunos jugadores.
- Visualmente no es muy llamativo.
- Poca variedad de canciones en la radio.
- Se puede volver tedioso.
En resumen
Pacific Drive es una excelente opción tanto para veteranos de los juegos de supervivencia que estén buscando algo diferente como para curiosos que quieren dar sus primeros pasos en el género. Puede ser una experiencia brutal y a veces frustrante en la que se pueden perder muchas horas de juego y recursos por un pequeño error o por mala suerte, pero sus adictivas mecánicas e intrigante mundo sobrenatural nos pueden hacer sentir cariño por ese cacharrito.

Reseña hecha con una copia digital de Pacific Drive para PS5 brindada por Kepler Interactive. El juego también está disponible para PC (Steam y Epic Games Store).

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