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Suicide Squad: Kill The Justice League – Reseña

Tráiganme una payasa, un tiburón, un francotirador y un australiano. No necesito nada más.

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Yo, igual que miles de fanáticos de los juegos Batman Arkham, me decepcioné mucho cuando vi el primer tráiler de jugabilidad del nuevo título de Rocksteady. A pesar de la presencia de los personajes de los cómics, parecía un juego de disparos genérico contaminado por los peores elementos de los juegos como servicio. Han pasado más de dos años desde entonces y la animadversión hacia el juego Suicide Squad: Kill The Justice League en Internet no ha cambiado nada, pero mi opinión sí y en esta reseña les explicaré por qué le doy una nota tan alta a un juego que se convirtió en la “pera de boxeo” de la prensa y los ‘gamers’.

No suelo empezar las reseñas así. Me gusta juzgar los juegos por lo que son, independientemente de lo que se diga de ellos en otras partes. Pero en este caso, el “discurso” negativo —aunque en parte merecido— es abrumador y me era imposible no referenciarlo. Ahora que dejé eso claro, podemos ir a Metrópolis.

Suicide Squad: Kill The Justice League está en la misma continuidad que los juegos de Batman Arkham, pero no podía ser más diferente en tono, jugabilidad e historia. Comencemos hablando de esta última. Cinco años después de los eventos de Arkham Knight, Batman salió a la luz, reveló su identidad al público y se unió a la Liga de la Justicia. Pero se enfrentó a una amenaza para la que no estaba preparado. El coleccionista de mundos Brainiac invadió Metrópolis y rápidamente sometió a sus más importantes superhéroes, controlando sus mentes y convirtiéndolos en sus sirvientes. Ante la amenaza, ARGUS sacó de prisión a cuatro criminales y, bajo amenaza de muerte, los reclutó para matar a los miembros de la Liga de la Justicia y derrotar a Brainiac.

Lo que hereda de los anteriores juegos del hombre murciélago es un mundo abierto relativamente pequeño y una enorme cantidad de referencias a los cómics de DC. Creo que parte del rechazo que este título ha tenido de parte de los jugadores es lo diferente que luce a los anteriores, pero ese no es problema del juego en sí, porque la verdad es que su jugabilidad es excelente.

Dispara a todo lo que sea morado

Este es, ante todo, un juego de disparos en tercera persona. Olvidémonos un momento de quiénes son sus protagonistas, el universo en que está ubicado y enfoquémonos solo en la jugabilidad. De ese modo descubriremos que es un excelente ‘shooter’. Las armas se sienten absolutamente fantásticas y tienen un control muy preciso. Incluso se puede “sentir en las manos” la diferencia en poder y cadencia de tiro entre una escopeta y otra, no solo por los excelentes efectos de vibración en los controles DualSense de PS5, sino por los efectos de movimiento de pantalla y el perfecto uso del sonido.

Hay buena variedad de armas que requieren diferentes estilos de juego. Este es un “looter shooter” y eso significa que vamos a encontrar cientos de armas de todo tipo con diferentes efectos, ventajas y desventajas. A medida que avanzamos incluso podemos personalizarlas, agregándoles efectos y cambiando algunas de sus características. Las opciones que tenemos para crear un ‘build’, sobre todo cerca del final y en el posjuego, son enormes.

Las misiones repiten los mismos tipos de objetivos, pero la variedad que aporta el equipo que llevemos en un momento dado, las diferencias entre personajes y los modificadores que tienen los objetivos hicieron que nunca sintiera que el juego era repetitivo. Siempre me sentí ansioso de entrar en un nuevo tiroteo.

Un momento, ¿pero acaso Suicide Squad: Kill The Justice League no es un juego como servicio? ¿No afecta eso la efectividad de las armas en busca de que paguemos dinero por un mejor equipo? No es así. Los elementos a la venta son todos cosméticos. La estructura del juego —ir de tiroteo en tiroteo para obtener recompensas— sí recuerda a otros juegos como servicio como Destiny, pero podría pertenecer perfectamente a un juego de acción para un solo jugador. De hecho, no es sino hasta el final del juego que este título revela su naturaleza “online”, pero hablaré de eso más abajo.

Fuerza Especial X

El otro elemento que hizo que la jugabilidad de Suicide Squad: Kill The Justice League me gustara tanto fueron las diferencias entre personajes. Si jugamos en solitario, podemos cambiar entre Harley Quinn, Deadshot, King Shark y Capitán Boomerang en cualquier momento fuera de una misión. La forma en que se juega con cada uno es radicalmente diferente a la de los demás. 

Cada personaje solo puede equipar dos armas de tres tipos diferentes —Harley no puede equipar rifles de francotirador y Deadshot no puede usar escopetas, por ejemplo— lo que obliga a repartir el equipo entre ellos y usarlos de formas diferentes, pero lo más importante es su forma de moverse. Cada personaje tiene una habilidad diferente para viajar entre los edificios de Metrópolis. Harley usa el gancho y el dron de Batman, Deadshot tiene un jetpack, Shark corre y salta como Hulk y Boomerang se teletransporta. Esto tiene un efecto grande a la hora de enfrentar los enemigos.

Los combates en este juego son intensos tiroteos en los que la pantalla se llena de balas y explosiones, por lo que tenemos que estar en constante movimiento. Las habilidades del personaje en uso y las armas que tengamos equipadas definen la estrategia a usar. No importa si tenemos que coordinarnos con otros jugadores o si tenemos que encargarnos solos del trabajo —aunque la inteligencia artificial de los compañeros es bastante buena— la experiencia siempre resultó emocionante y divertida.

Pero lo que me hizo amar jugar con estos personajes no fue realizar precisos tiros de francotirador con ellos ni usarlos para acribillar a un enemigo con una ametralladora —a pesar de lo bien que se sentía— sino los personajes en sí. Su personalidad, diálogos y la química entre los miembros del escuadrón suicida fue lo que me tuvo pegado al juego hasta los créditos finales.

Cuatro amigos

La historia de Suicide Squad: Kill The Justice League no es nada especial, sobre todo para aquellos familiarizados con los cómics. Incluso la idea de los superhéroes convirtiéndose en villanos resulta poco novedosa. Lo que hace que la trama de este juego resalte es lo bien escrita que está, los maravillosos diálogos y el excelente trabajo de actuación de voz en español de Latinoamérica.

Harley Quinn, Deadshot, King Shark y Capitán Boomerang no son, de ninguna manera, los mejores en sus campos. A primera vista no tienen ni la más mínima posibilidad de derrotar a seres con poderes de dioses como Flash, Linterna Verde y Supermán. La narrativa de que son “perdedores” en todo momento son menospreciados por sus enemigos y aliados hizo que me pusiera fácilmente de su lado. Verlos convertirse en miembros de un equipo con verdadera confianza e incluso amistad entre ellos y salir victoriosos de batallas imposibles fue realmente satisfactorio. Las secuencias de video en que encuentran a los miembros de la Liga de la Justicia se sienten como The Boys por lo abrumador que resulta el poder de sus rivales. Es una lástima que eso no se transmita a la jugabilidad, pues siempre encuentran un artilugio que les permite enfrentar en igualdad de condiciones a los superamigos, eliminando esa gran tensión.

El humor es una parte muy importante de este juego. Todos son un poco payasos y los diálogos resultan muy graciosos. Incluso el patético Capitán Boomerang me resultó entrañable unas horas después gracias a su torpeza y chistes malos. Este humor que usan ante las apuestas en su contra sirve para humanizarlos bastante, igual que los momentos que usan sus debilidades para que los entendamos mejor. La claustrofobia de Deadshot, la sorprendente inteligencia de Nanahue y las reflexiones de Harley Quinn sobre su pasado me enamoraron de ellos.

Ya lo había mencionado antes, pero debo resaltar de nuevo en maravilloso trabajo de doblaje al español de Latinoamérica, lleno de voces conocidas, pero que hacen un trabajo excelente adaptándose a los personajes. Karla Falcón repite su rol como Harley Quinn de las películas, así que no había nada que temer ahí, pero todos resultan excelentes en sus roles. También me pareció curioso que en cierto sentido es una “reunión de Dragón Ball”, pues René Garcia (Vegeta), Gerardo Reyero (Freezer) y José Luis Orozco (Bills) hacen las voces de Batman, Brainiac y el Pingüino.

Todas las apuestas en su contra

A estas alturas de la reseña ya quedó claro que me encantó Suicide Squad: Kill The Justice League, pero es hora de hablar de su principal problema y la razón de tanto odio en su contra: sus elementos de juego como servicio.

La campaña principal de este juego se puede completar entre 12 y 15 horas. No sentí en ningún momento presión por entrar al multijugador ni comprar microtransacciones. Estaba desbloqueando trajes simplemente jugando y en un momento llegué a olvidar que ya anunciaron temporadas de contenido y pensé en considerar que este era un juego completo y finito. Me equivoqué.

Justo antes de la recta final, el juego revela su verdadero rostro. Un sistema de misiones que se deben completar para reunir un nuevo recurso y así “comprar” viajes al nivel en que se encuentra el jefe final. Brainiac resultó terriblemente aburrido porque tenía las mismas habilidades de un jefe anterior. Hacemos esto una vez y tras un decepcionante final seguido por los créditos, el juego nos pide que hagamos eso mismo una y otra vez con el aliciente de conseguir armas nuevas y más poderosas. Ahora sí nos piden que juguemos en línea, aumentemos cada vez más la dificultad y repitamos contenido al estilo de juegos como Diablo para enfrentar otra vez a Brainiac, y otra vez y otra vez hasta que llegue el nuevo contenido.

Esto es malo. Sé que hay personas que disfrutan mucho esta estructura en sus juegos, pero yo no. Ni siquiera lo mucho que me gustó el combate me anima a hacer esto repetidamente. Pero incluso aquí quiero hacer un voto a favor de Suicide Squad: Kill The Justice. Para el momento en que eso ocurre, yo ya estaba satisfecho con la experiencia. Amé a los personajes y disfruté lo que jugué. No necesito más. Muchas gracias.

Está bien, sí necesito un poco más, pero me basta con regresar a terminar todos los retos de El Acertijo y completar las misiones opcionales del escuadrón de apoyo. No necesito ni quiero participar en los elementos de juego como servicio.

Un escuadrón de buenos para nada…

Hay algunos defectos más en el juego. El sistema de obtención, mejora y administración de equipo podía ser más sencillo y la inteligencia artificial de los compañeros, aunque muy buena, falló en una ocasión: continuaban disparando a los enemigos en una misión en la que solo los contraataques causaban daño. Aparte de eso, no tuve problemas técnicos. Cero bugs o ralentizaciones en PS5.

El hecho de que el juego tenga que estar siempre en línea para funcionar es absurdo y abusivo. Aunque nunca tuve problemas para conectarme y jugar, es algo que no se puede tolerar sobre todo porque es perfectamente jugable para un solo jugador. Esto es algo que sinceramente creo que Rocksteady va a cambiar en una futura actualización.

A nivel de narrativa, mis únicas críticas son con el decepcionante final y algunos momentos de la trama que merecían más peso dramático, como el enfrentamiento contra Superman. También me molestó que algunas veces las conversaciones su superponen. Aparte de eso, me mantuve enamorado de la historia y diálogos.

… Pero son mi escuadrón

Sé que la calificación numérica que le doy a Suicide Squad: Kill The Justice League en esta reseña es bastante alta para el promedio crítico, la opinión de muchos ‘gamers’ y para algunos de los defectos que mencioné. Pero nada de eso impidió que tuviera una experiencia maravillosa con la campaña.

Suicide Squad: Kill The Justice League
8/10 Nota
Lo que nos gustó
- Diálogos y relaciones entre personajes.
- Excelentes mecánicas de combate y movimiento.
- Perfecto doblaje al español latino.
- Gran calidad de gráficos, sonido y rendimiento en PS5.
- Su sentido del humor.
Lo que no nos gustó
- Sistemas algo enrevesados de manejo de equipamiento.
- Requiere conexión constante a Internet.
- Elementos innecesarios de juego como servicio.
- Final decepcionante e inconcluso.
En resumen
Es verdad que Suicide Squad: Kill The Justice League es un juego como servicio, pero solo lo es en el posjuego. Antes de eso era un excelente juego de disparos en un pequeño mundo abierto, con personajes muy carismáticos y un gran guion que me tuvo feliz durante 15 horas. Sus problemas con el sistema de equipamiento de armas y el requerimiento de conexión constante son malos, pero no me impidieron disfrutarlo mucho.

Reseña basada en una copia digital de Suicide Squad: Kill The Justice League para PS5 brindada por Warner Bros. Games Latinoamérica. Este juego también está disponible para Xbox Series X|S y PC.

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