Conecta con nosotros

WCG: Huellas de un evento que necesita renovarse – Columna de opinión

Con la llegada de los World Cyber Games (WCG) a Colombia, el país parecía abrirse a nuevos horizontes y entrar casi a la par, junto con otros países del mundo, a la nueva era del entretenimiento digital y la tecnología. En el año 2003, Cali, Medellín y Bogotá fueron protagonistas de la apertura de dicho evento, cuya forma se mostraba prometedora y alentaba a los jóvenes colombianos a incursionar de una manera competitiva en el ámbito de los videojuegos.

Publicado

el

Con la llegada de los World Cyber Games (WCG) a Colombia, el país parecía abrirse a nuevos horizontes  y entrar  casi a la par, junto con otros países del mundo,  a la nueva era del entretenimiento digital y la tecnología. En el año 2003, Cali, Medellín y Bogotá fueron protagonistas de la apertura de dicho evento, cuya forma se mostraba prometedora y alentaba a los jóvenes colombianos a incursionar de una manera competitiva en el ámbito de los videojuegos.

Sin embargo, con el pasar de los años los problemas logísticos y presupuestales se comenzaron a adueñar de la franquicia de WCG en nuestro país y los defectos fueron tan evidentes que,  a pesar de   intentar  mejorarlos,  no ha podido aplacarse esa imagen negativa que tienen los gamers sobre el concurso.

En 2006 el método de clasificación fue online, lo cual despertó un gran inconformismo entre los participantes, debido que para esa época (e incluso en la actualidad) Colombia no tenía la cobertura  ni  la calidad de internet que poseen otras regiones capaces de llevar un evento de tal magnitud a la red.

La aparición de fallas en la plataforma utilizada, los fraudes que se ejecutaron por algunos jugadores y el desorden en las fases finales de competencia  fueron los agravantes para bajar por completo la credibilidad de los World Cyber Games.

El año pasado fue notorio el intento que hizo la organización por mejorar todos los defectos que se le criticaban, pero de nuevo éstos se repitieron. Aunque el espacio designado para las finales fue mucho más amplio y contó con una gran dosis de entretenimiento, en el proceso clasificatorio se volvieron a presentar dudosas intervenciones de participantes que no fueron sancionados por los organizadores.
Tal vez previendo esto, se intentó regresar al método de clasificación antiguo, designando puestos en Medellín, Villavicencio, Bucaramanga, Ibagué, Bogotá, Barranquilla y  Cali para hacer eliminatorias presenciales. No obstante, la falta de planeación fue evidente, pues no sólo los equipos dispuestos para concursar no dieron la talla, sino que WCG Colombia delegó la responsabilidad del evento a game centers ajenos a la competencia.

Esto desencadenó en las fallas conocidas por muchos: en ciudades como  Medellín la participación fue casi nula, la difusión fue insuficiente y los recursos técnicos empleados dejaron mucho que desear. Y como lo que comienza mal termina igual, en las finales nacionales los computadores cumplían tan solo a ras con los requisitos exigidos por los videojuegos, el itinerario fue distorsionado por el incumplimiento tanto de gamers como de organizadores, y los formatos del torneo tuvieron que ser cambiados a última hora.

Ahora poca gente en el país cree en WCG,  a lo cual se suma la aparición de un nuevo evento que, de igual forma, en sus inicios es una gran promesa. Antes, como los World Cyber Games eran las únicas competencias de ‘alta gama’ en el país, los jugadores colombianos debían asimilar las fallas y participar   pese a ellas.

Pero hoy las cosas son diferentes, pues una nueva edición del  E-fest   regresa este año, demostrando que fue capaz de sobrevivir una etapa de fuego difícil de superar, especialmente en un país que destina mínimos recursos al entretenimiento digital y la tecnología.

Esta competencia le apuesta a algo totalmente diferente, los juegos y consolas de nueva generación. Pero esto no ha sido un impedimento para ser llamativa y atraer  una gran cantidad de público en todas las ciudades.  Los resultados se están viendo, debido a que quienes antes ocupaban salas de juegos de PC, hoy las han dejado vacías para entrar a las de consolas como Xbox 360 y Playstation 3, y así estar en un nivel competitivo en este nuevo evento.

No sería correcto afirmar que el E-fest es un peligro para  WCG, pues este último se ha constituido como su propia amenaza. Lo que ahora sucede es que World Cyber Games ya no es un tuerto en tierra de ciegos, pues ahora los colombianos ven claramente que hay nuevas ofertas que dan grandes pasos hacia lo que podría ser una etapa de transición en el gaming colombiano.

Haga clic para comentar

Deja tu comentario

Además no te pierdas