[Opinión] La mente de Wilson Fisk, el Kingpin de Daredevil

Netflix y Marvel nos trajeron una interesante, compacta y entretenida serie basada en uno de los superhéroes más conflictivos de esta última compañía: Daredevil nos ofrece un buen resumen de los inicios de Matt Murdock como el vigilante de Hell’s Kitchen, incluyendo sus propios demonios internos y los conflictos con las personas que ama. Pero no podemos quedarnos en el análisis único del hombre sin miedo (bueno, ya hicimos uno de su versión comic); también debemos hablar de su antagonista principal durante la primera temporada, Wilson Fisk. Para esto incurriré en algunos SPOILERS sobre la serie, así que tengan cuidado al leer.

Wilson Fisk es mostrado de varias maneras dependiendo de quienes se refieren a él durante el transcurso de Daredevil, pero todas hacen parte de su comportamiento y estado mental, que es más dudoso de lo que podríamos pensar antes de empezar a disfrutar de su aparición. «El empleador» de Wesley, el maestro tras los hilos que manejan el derrumbe de Hell´s Kitchen; así como Matt Murdock es el hombre sin miedo, Fisk es un hombre que al inicio desea llevar todo bajo el manto blindado del anonimato que solo unos pocos pueden traspasar.

Esto tiene varias razones, y lo más probable es que pensemos inicialmente en las ventajas que esto le da para mover a su antojo las piezas de las diferentes organizaciones criminales; solo unos pocos conocen su nombre y en teoría temen decirlo por las represalias que puede ocasionar. Pero también hay un componente de seguridad, prefiere evitar los conflictos y discusiones directas para no mostrar sus debilidades o responder con ira, algo que trataremos en un momento.

Cuando vemos por primera vez a Fisk, está observando un cuadro en una galería. La sensación que le produce es de paz, una costumbre explicada posteriormente en un flashback; cuando niño era castigado por su padre, un real perdedor con ínfulas de superioridad que quería alcanzar el éxito bajo la suciedad del esquema político de New York y por encima del respeto a su familia. Las actitudes del padre fueron tomadas por Fisk como enseñanzas que fue retorciendo y amoldando hacia su objetivo, incluyendo el uso de la fuerza desmedida.

Cuando empecé a ver la serie pensaba que retrataban a Fisk como una persona débil de carácter, y luego creí que su comportamiento era una posible fachada para ocultar su verdadero ser. Pero resulta que es una parte clave de su personalidad, compatible con el deseo de obtener un lugar más justo, que estuviera limpio de las vergüenzas que vivió cuando niño. Y esta es otra forma en la que se muestra a Fisk: un pequeño abusado física y sicológicamente encerrado en el cuerpo de un líder criminal con un poder que parece casi infinito.

Siendo así, Fisk tiene un aire de inocencia con toques retorcidos. Los encuentros con Vanessa demuestran que no ha tenido demasiados contactos sentimentales haciendo que se comporte de manera nerviosa en exceso; considera que la caída de Hell’s Kitchen es un acto de amor necesario para que la ciudad renazca de las cenizas, sus movimientos corporales reflejan una extraña necesidad de aprobación como si necesitara permiso para hacerlos o tuviera miedo de ello, y protege a su madre por encima de cualquier circunstancia pero evita estar en contacto directo más de lo necesario.

Es curioso que una mente tan conflictiva también pueda ser a la vez estratégica, incluso podría considerarse que Fisk es uno de los villanos más inteligentes de todo el universo Marvel creado para cine y televisión. Parece un verdadero ajedrecista o jugador profesional de un juego RTS: cada uno de sus pasos es tomado con especial cuidado y con la mayor cantidad de contramedidas posibles para evitar que su reconstrucción utópica se salga de control; como ejemplos tenemos la forma en que trata a Madame Gao, el engaño al que somete a Murdock para que elimine al líder Yakuza Nobu o la forma en que crea las distracciones para quitar de su camino a los rusos. Aún en medio de la desesperación y la caída de sus planes hacia el final de la temporada logra mostrar que siempre tiene una carta bajo su gigantesca manga.

La constante batalla de Fisk entre sus deseos, su pasado, su tremenda inteligencia y sus tormentos le hacen impredecible, y eso se refleja en su máximo estado: la ira. Sea para defender lo que considera justo, para castigar a aquellos que se oponen a sus deseos o por puro desahogo, el Kingpin no duda para usar sus puños y su fuerza bruta, desatando un caudal de energía incontrolable, casi sádico. Recordemos el castigo a uno de los hermanos del grupo ruso, el que le da a uno de sus guardaespaldas luego de conocer el destino de Wesley, o la respuesta a las amenazas finales de Leland Owsley, el experto en finanzas del conglomerado criminal.

El equipo de producción de Daredevil y el actor Vincent D’Onofrio logran hacer de Wilson Fisk uno de los personajes más completos de todo el universo Marvel. Obviamente hay que tener en cuenta que una serie de televisión permite dar mayor desarrollo a cualquier personaje pero eso también agregaba el riesgo de aplicar la solución fácil e incluir un villano más plano y lleno de estereotipos, pero al menos fue todo lo contrario. En una historia el héroe es mejor en la medida que su rival sea más complejo, y Fisk/Kingpin demostró ser una de las piezas fundamentales en la construcción del Daredevil televisivo.