Lo mejor y lo peor del 2015

Plaga de pases de temporada y microtransacciones

Este es un punto directamente conectado con el anterior. Si bien la idea de expandir la experiencia de un vía DLC no es del todo mala, si lo es de la forma en la que ha sido implementada. Actualmente la mayoría de los lanzamientos realizados cuentan con un pase de temporada que asegura todo tipo de contenido post-lanzamiento, sin embargo, usualmente la regla general de estos es ser bastante costosos, tanto como un juego nuevo.

Podemos tomar como punto de referencia los pases de temporada para títulos como Evolve, Star Wars: Battlefront, el infame Batman: Arkham Knight y el siempre polémico Dead or Alive 5: Last Round, los cuales rondan o superan los USD$50. Pagarlos no sería un problema si dichos DLC justificarán el gasto y si el juego en primera instancia fuera lo suficientemente variado como para no sentir que la experiencia completa se puede obtener vía estas transacciones.

En adición a lo anterior, tampoco podemos olvidar lo recurrente que se han vuelto las microtransacciones. Si bien esto depende del juego, es casi mandatorio que cada título con acceso a servicios de red incluya la opción de pago con dinero real, tanto así que grandes lanzamientos en la industria lo han incluido, como es el caso de Metal Gear Solid V: The Phantom Pain con el modo de juego FOB, Destiny con el Silver y Assassin’s Creed Syndicate como el método para tener una progresión más acelerada.

Si bien hay que resaltar que dichas transacciones son opcionales, estas dan pie para que poco a poco las comunidades se fracturen, tal como sucedió hace poco en Steam cuando se dio a conocer que Overkill había implementado microtransacciones a PayDay 2, incluso a pesar de haber dicho públicamente que jamás lo harían, convirtiendo así un título balanceado a nivel de jugabilidad, en un casi “Pay-to-Win” donde el ganador era quien invertía más.

Supuesta censura e inconformismo por TODO

Poco a poco la industria de los videojuegos se ha vuelto más comprensiva en cuanto a la representación de personajes femeninos y minorías, más que todo en respuesta a la forma en la que la misma comunidad ha pedido más profundidad en personajes, por encima de los estereotipos. Sin embargo,  el cambio aún no es total y hay cretinos que ven conspiraciones hasta en el más ligero cambio.

Solo basta con tener en mente dos “polémicas” que tomaron cierto “revuelo” hace poco; la de Street Fighter V y Dead or Alive Xtreme 3. La primera de esta se centró en una ola de quejas hechas por supuestos fans que alegaron censura al ver que ciertas escenas habían sido modificadas para no centrarse en los atributos de dos personajes femeninos, Cammy y Rainbow Mika. La segunda, básicamente porque Koei Tecmo afirmó que no traería el juego a occidente, lo que llevó a decir a muchos que dicha medida había sido tomada por el miedo que tenía la compañía de lanzar el juego por “amenazas” feministas.

Sobre este último caso, recomiendo ver el análisis que hizo nuestro compañero Julian «Sir. Laguna» sobre la situación, el cual pueden ver aquí.

Aun así, estos no fueron los casos más vergonzosos del año. Quiero resaltar, y no de forma positiva, la forma en la que reaccionaron ciertas personas frente a la campaña de financiación de Indivisible, juego desarrollado Zero Lab Studios, quienes exigían que el juego fuera cancelado por el color de piel de su protagonista justificando que era forma de complacer a una minoría. Además, esta misma “comunidad” alegó un supuesto caso de censura cuando el equipo desarrollador lanzó un parche para eliminar los “Panty-Shots” de Skull-Girls como una supuesta medida para complacer a los Social Justice Warriors (SJW) en la red.

Otro punto de referencia bastante lamentable, y que para el colmo toma una justificación similar, fue un grupo de personas que crearon el movimiento “Boycott Star Wars VII”, al asegurar que Finn, el protagonista negro, era una forma de ejercer propaganda “anti-blancos” ya que promovía el genocidio de gente blanca. Afortunadamente, a pesar del estrés, la respuesta a este evento fue mínima y solo fue tomada como ejemplo de lo que NO se debe hacer. Finalmente, otro suceso desafortunado fue la reacción de «fans» de Ghostbusters al ver el reparto de la próxima película protagonizada por Melissa McCarthy, Kate McKinnon, Kristen Wiig, y Leslie Jones, argumentando que dicho cambio va en contra de lo establecido por la cinta original de 1984.