¿Ustedes tienen un videojuego favorito para la época de Halloween? No nos faltan títulos de terror adecuados para disfrutar en estas fechas, desde los clásicos Silent Hill y Resident Evil hasta el reciente Amnesia: Rebirth. Sin embargo, son pocos los que combinan elementos escalofriantes con un tono más ligero y juguetón que tenga el espíritu del día de brujas. Algo similar a lo que vemos en películas como El Extraño Mundo de Jack o Cazafantasmas. Pues bien, les tenemos una nueva opción que encaja bastante bien y se llama Pumpkin Jack.
Este título —que ya está disponible para Nintendo Switch, Xbox One y Steam— es obra de Nicolas Meyssonnier. Él es un desarrollador francés que trabajó prácticamente solo durante más de tres años para hacer de Pumpkin Jack una realidad. El resultado es un juego con mucha personalidad, pero que tiene algunos fallos en temas claves que le impiden brillar como merece.
La historia de este juego es bastante curiosa. El diablo descubre un reino en el que los humanos vivían tranquilos, lo que le parece profundamente aburrido. Por esta razón decide atacarlos con la maldición de la noche eterna, que llena el mundo de monstruos y peligros. Los humanos buscan la ayuda de un poderoso hechicero para que deshaga la maldición, así que el diablo envía su propio ‘héroe’ para que se deshaga del hechicero. El elegido es Jack, un embaucador que fue capaz de engañar al diablo cuando estaba vivo y ahora no es más que un alma que habita en una calabaza.
La principal referencia que tenemos que mencionar a la hora de hablar de Pumpkin Jack es Medievil. Igual que el juego protagonizado por Sir Daniel Fortesque, este pertenece al género de la acción y las plataformas en 3D. Ambos se desarrollan en mundos caricaturescos y altamente estilizados cuya inspiración probablemente proviene del pintoresco cine de Tim Burton. A pesar de estos elementos parecidos, este título independiente logra diferenciarse lo suficiente del juego de Sony y desarrollar una identidad propia.
Esa identidad se nota principalmente en su protagonista. Jack no es un buen tipo. Es un embaucador astuto y agresivo que no está muy feliz con la misión que tiene que cumplir. Esto hace que sus interacciones con otros personajes —como la lechuza que el diablo le envió para guiarlo, el cuervo cobarde que lo acompaña en su aventura y el hechicero que debe detener— estén llenas de comentarios graciosos y amenazas ridículas. La verdad es que la historia como tal no importa mucho en el desarrollo del juego, pero el que controlemos al villano le da bastante gracia y personalidad.
Tristemente, lo que no tiene tanta gracia es su sistema de control. Este no es nada preciso y resulta aún peor al tomar en cuenta que estamos hablando de un juego de plataformas. Jack tiene demasiado impulso en sus saltos. A pesar de que contamos con un doble salto desde el comienzo del juego, es difícil calcular las distancias y casi imposible corregir el rumbo una vez estamos en el aire.
Uno eventualmente se acostumbra a este sistema y —a punta de prueba y error— es posible aprender a predecir el resultado de un salto. Es una lástima que el control no sea mejor, ya que Pumpkin Jack cuenta con un excelente diseño de niveles. Existen secciones de plataformas que resultan muy interesantes, pero que son levemente arruinadas al no poder calcular bien nuestros movimientos.
El otro problema es el combate. Este es rápido e intenso, pero carece de estrategia y termina siendo un ‘machacabotones’. No hay forma de elegir un blanco a la hora de atacar y la mayoría de armas son muy similares entre sí. Solo hay un puñado de enemigos que nos piden estar atentos a sus movimientos para esquivar. De resto, la mejor estrategia es presionar repetidamente el botón de ataque hasta que Jack sea el único en pie.
Como contrapunto tenemos los combates contra jefes. Estos son divertidos enfrentamientos en los que tenemos que aprender las rutinas de ataque de los enemigos antes de tener una oportunidad de atacar. No es un sistema original, pero funciona a la perfección y los diseños de las criaturas son muy divertidos.
Pumpkin Jack cuenta con seis niveles y podemos llegar a su final entre cinco y seis horas. Sí, es un juego corto. No obstante, lo compensa con mucha variedad. Cada nivel maneja un buen ritmo entre los momentos de combate y plataformas, aderezándolos con minijuegos y puzles en los que a veces controlamos solo la cabeza de Jack. También hay secciones en las que montamos un caballo volador, caemos por portales o debemos sobrevivir a un accidentado viaje en bote. A veces debemos explorar secciones más abiertas de los mapas en busca de los objetos que necesitamos para avanzar. Uno nunca sabe lo que este juego nos tiene preparado a continuación.
Por si fuera poco, hay una buena cantidad de coleccionables. En cada nivel podemos encontrar hasta 20 cráneos de ave que sirven como moneda para adquirir nuevas apariencias para nuestro querido Jack —en realidad son cuerpos de cadáveres, pero no se lo mencionemos— y un gramófono que desbloquea divertidas secuencias de baile.
Hablando de bailes, la música es excelente. Tiene ese estilo ‘a lo Danny Elfman’, con campanas y notas que resultan características de la temporada de Halloween.
Hay otros problemas en Pumpkin Jack. La niebla de los niveles reduce mucho la distancia de visibilidad y nos hace sufrir ‘flashbacks’ de títulos del primer PlayStation. El abuso de los colores neón brillantes a veces da un aspecto desagradable a los niveles, lo cual lastima el excelente diseño ‘torcido’ de los escenarios. También cuenta con algunos ‘bugs’, pero los más graves ya han sido corregidos mediante parches.
Hay un encanto especial en esta clase de obras que mezclan lo aterrador con lo cómico. Da una especie de ‘comfort’ ver algo que podríamos considerar “horripilante” a través de un filtro que lo hace inofensivo y divertido. Ese es el campo de juegos en el que se mueve este título y nos gustaría ver más obras similares. El Extraño Mundo de Jack sigue siendo la obra cumbre de este estilo y es hora de darle más variedad.
No podemos negar que los problemas de jugabilidad de Pumpkin Jack son importantes, pero también es cierto que palidecen un poco al mirar el conjunto. Este es un juego muy divertido, con personajes carismáticos, mucha variedad y colorido que resulta más que perfecto para la época de Halloween. Requiere que sus jugadores se esfuercen un poco para acostumbrarse a unos controles algo imprecisos y que miren más allá de un sistema de combate que no ofrece mucho. Sin embargo, la experiencia final vale la pena.
Reseña hecha con una copia digital de Pumpkin Jack para Nintendo Switch brindada por Headup Games.
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