El primer Sludge Life, lanzado en 2020, es toda una “vibra”. Un verdadero juego ‘punk’ tan desafiante de las reglas que incluso se ofreció gratis durante todo un año. Esta corta aventura de exploración que se describe a sí misma como un “simulador de vandalismo” ahora tiene una secuela y en esta reseña vamos a descubrir si Sludge Life 2 es tan transgresora y original como su predecesora o si se vendió al sistema.
Ghost, el grafitero que controlamos en la primera entrega, está de regreso y ahora es el ‘manager’ del exitoso rapero Big Mud. Pero el artista ha desaparecido y ahora tenemos que recorrer el megahotel llamado Ciggy City en su búsqueda para llevarlo a la grabación de su próximo videoclip.
En realidad, el objetivo del juego no es encontrar a Big Mud y llevarlo de regreso —algo que podemos conseguir en menos de una hora— sino recorrer el nuevo escenario y las ruinas del anterior a ver qué descubrimos. Lo más probable es que queramos encontrar todos los sitios posibles para “firmar” con nuestros graffitis. Podemos buscar objetos como un planeador, una cámara de fotos y un teletransportador que harán nuestro recorrido más divertido. También podemos simplemente andar por todos lados hablando con todos los personajes y descubriendo pequeñas y divertidas historias… o grandes conspiraciones.
Sludge Life 2 está lleno de secretos. Podemos encontrar un perro bebiendo agua de un inodoro o descubrir la misteriosa razón por la que un piso del hotel está clausurado. Aprender cuáles son los nuevos propósitos de la malvada organización Glug o encontrar babosas-bananas que podemos comer. Es un pequeño mundo diseñado para que hagamos lo que nos dé la gana y vayamos a donde queramos.
Este juego no se desarrolla solo en el nuevo hotel. Podemos salir y recorrer de nuevo el mapa del primer juego que se encuentra algo cambiado. Recorrer esos escenarios que los ‘fans’ conocemos tan bien para encontrar nuevas sorpresas es una experiencia muy agradable. Dependiendo de lo que hagamos y los objetos que encontremos, podemos alcanzar diferentes finales. Sin embargo, esta no es una experiencia que necesariamente queramos “terminar”. Es una que disfrutamos poco a poco, simplemente yendo de un lado para otro a ver qué encontramos. Fue un juego bastante relajante e incluso después de conseguirlo todo —lo que puede tomar unas cuatro horas— nos dio gusto gusto seguir jugando.
A nivel técnico y visual, este título es prácticamente idéntico al primero. Conserva la estética VHS noventera y el bizarro diseño de personajes. La ambientación ganó un nuevo nivel gracias al falso ‘glamour’ del hotel, que aporta nuevos matices temáticos a su mundo de frustración juvenil y desesperación laboral. La música —nuevamente compuesta por el co creador Adam «Doseone» Drucker— sigue el fantástico estilo de rap y hip hop alternativo que refleja perfectamente el tono del juego.
En el primer juego, Ghost, los demás grafiteros, raperos y trabajadores son parte de la comunidad que se ha formado en torno a un muelle de la empresa Glug ubicado en un mar de lodo. La huelga del proletario y el descontento de la juventud contra el control empresarial y la brutalidad policial son satirizadas con un humor vulgar que recuerda a las viejas series de Adult Swim. ¡Si hasta hay un botón dedicado a tirarse pedos! Sludge Life 2 está técnica y literalmente construido sobre su antecesor. No solo porque hereda la mayoría de mecánicas, sino porque su nueva mapeado está sobre el anterior.
En esta ocasión, Ghost es más que un vándalo juvenil gracias a su trabajo con Big Mud. Pero este es fuertemente criticado por “haberse vendido al sistema” e incluso promocionar productos de Glug en sus canciones. Con su irreverente y grosero humor nos quiere hablar de la forma en que las compañías corrompen y se apropian de todo lo que tenga potencial de hacer dinero, a costa a veces de las mismas personas que crean el arte. Su tono jocoso lo diferencia de otros juegos que cargan la misma rabia contra la sociedad —como el maravilloso Umurangi Generation— pero también le da mucha personalidad. No hemos visto otro juego como este.
Bueno, eso es mentira. Sí hemos visto otro juego como este: el primer Sludge Life. A pesar de las nuevas mecánicas y el mapa expandido, es demasiado similar en todos sus aspectos técnicos, jugables y narrativos. Es verdad que ese es un juego corto y que esta secuela ofrece más de algo que nos gustó mucho, pero no podemos negar que en esencia sigue siendo más de lo mismo.
Para hacer esta reseña, jugamos Sludge Life 2 al mismo tiempo que Final Fantasy XVI. Aunque amamos el enorme juego de Square Enix, a veces sentíamos que estaba atrapado por las mismas trampas de todos los juegos AAA y este juego indie nos ofreció el soplo de aire fresco que necesitábamos. Nos recordó que los videojuegos pueden ofrecer experiencias muy diferentes a las tradicionales.
[rwp-review id=»0″]
Reseña hecha con una copia digital de Sludge Life 2 para Steam provista por Devolver Digital.
