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espués de tanta espera, Nintendo nos entrega por fin un juego completamente nuevo de The Legend of Zelda. Pero no solo eso,  también se percibe un nuevo aire en la saga.

 A Link between worlds busca contar una nueva historia , mientras recordamos un mundo muy familiar para muchos.
Con esta nueva entrega,  la franquicia hace su reaparición en los sistemas portátiles y lo logra de una forma muy particular: reviviendo los recuerdos que muchos teníamos de A link to the past y colocándonos en una versión remasterizada del mundo del clásico del supernintendo apelando al lado nostálgico y retro de muchos de los seguidores de las aventuras de Link.

En la historia aparecerá Ganon como una figura antagónica principal, de hecho una pelea Link vs Ganon es lo primero que veremos al iniciar el juego, hasta el momento en que link despierta y toma eso como un mensaje o premonición, pero a diferencia de A link to the past no iremos al castillo inmediatamente, en este caso nos daremos cuenta que Link es un aprendiz de herrero y que va tarde para su trabajo.  Después de un ligero regaño y unos pocos acontecimientos, llegaremos al santuario, y es acá adentro donde nos presentan a nuestro Agahnim, en este caso un hechicero obsesionado con las pinturas llamado Yuga.

Con esto la historia retoma la vieja receta: hechicero maligno encierra a los descendientes de los Sages, los lleva a un “mundo oscuro”, donde resucita a Ganon, el héroe se ve obligado a ir a este “mundo oscuro”, salvar a los Sages y tener el enfrentamiento de héroe/trifuerza del coraje contra villano/trifuerza del poder para darle un fin al juego. La historia puede llegar a sonar como el típico Zelda, pero se incluye un giro muy importante e interesante, que no solo cambia toda la percepción de lo que es este “mundo oscuro”  sino que lo vuelve un Zelda muy diferente de los demás con esta historia tan típica, pero es tan importante que realmente hay que jugar todo el juego para poder apreciarlo en su totalidad.

En cuanto a la jugabilidad se deben resaltar cuatro aspectos: los controles, la pantalla táctil, la habilidad icónica del juego y la forma en que los ítems funcionan.

Con los controles, hay que agradecer que no se basaron en los juegos de DS donde todo el control era desde la pantalla táctil, sino que volvemos a lo clásico y cómodo, jugar con los botones y joystick de la consola: un botón de ataque, dos  para equipar ítems, uno para agarrar cosas y usar la habilidad, y los disparadores para defensa y correr.

La pantalla táctil tiene dos funciones: manejar el equipamiento, de hecho el juego nos brinda varios tutoriales de cómo manejar de una forma óptima esta herramienta; y mostrar el mapa, permitiéndonos de paso dejar señalizaciones en sitios que nos parezcan importantes.

Durante el desarrollo de la historia, Link obtendrá la habilidad de volverse una pintura 2D y adherirse a las paredes, el tiempo que se puede estar adherido está dado por una barra de energía que se autorecarga con el tiempo, con esta Link podrá escabullirse por pequeñas ranuras, llegar a nuevas zonas y trasportarse entre el mundo normal y el “mundo oscuro”.

Una cosa que diferencia a este juego es el modo en que se utilizan y consiguen los ítems, a diferencia de entregas anteriores, todos son accesibles después del primer calabozo, todos los ítems están disponibles para la renta, y después de los tres primeros calabozos todos estarán a la venta. El problema con los ítems arrendados es que una vez uno muere, todos estos ítems son devueltos a la tienda y uno debe alquilarlos nuevamente.

El modo de uso de los items varía un poco también respecto a las anteriores entregas, estos vienen ligados a la misma barra de energía de la habilidad 2D de Link, haciendo que lo único que se gaste usando un ítem es un poco de esta barra. Esta nueva mecánica, puede disgustar bastante en un principio, porque crea una necesidad perpetua de buscar rupias para arrendar y comprar, pero le da al juego un sentido de libertad único en la saga y quita la necesidad de conseguir flechas y demás items consumibles.

El mundo es una remasterización del mundo de A link to the past, para darle cierto  orden y  límites  una que otra cosa cambia, pero en general es el mismo Hyrule y Dark World que se pueden recorrer en la entrega del clásico de super nintendo. Algo importante es la libertad que le dan a uno  para recorrer los calabozos, ya que al poder conseguir todos los items inmediatamente el juego permite recorrer la mayor parte de los calabozos en el orden que uno prefiera. Dentro de cada calabozo, se puede encontrar un ítem que sirve para aumentar las habilidades de Link, ya sea una mejora en la barra de energía, las típicas armaduras para obtener más resistencia o items para mejorar la espada, y con la nueva libertad del juego, se puede acomodar el orden de los calabozos de acuerdo a lo que uno quiere mejorar primero.

Como en todos los juegos, este Zelda viene con un par de tareas de recolectar objetos: las ya típicas piezas de corazón, que están esparcidas por los diferentes minijuegos y lugares secretos del mundo y los maiamar, pequeños como pulpos que se esconden en diferentes partes del mapa. Cada 10 maiamar, se puede mejorar uno de los items que ya se tienen y al final se obtiene una nueva y muy poderosa técnica.

Uno de los principales problemas, si se puede llamar problema, del juego es su dificultad,  si eres un jugador muy recorrido en la franquicia, A Link Between Worlds  puede llegar a ser muy fácil, no solo en el gameplay sino en los puzzles donde a mi parecer no fue tan difícil obtener todas las piezas de corazón. Claro, este título lleva un «hero mode», donde la gran diferencia es que se recibe más daño de los enemigos, y a pesar de que esto efectivamente aumenta la dificultad del juego, a la larga  no resulta ser un obstáculo tan grande.

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