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Aggretsuko: Temporada 4 – Impresiones

La temporada más crítica de la serie.

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Aggretsuko - Temporada 4

Una vez más la panda roja de Sanrio hace su aparición en Netflix. Así es: estamos hablando de la cuarta temporada de Aggretsuko, una serie animada japonesa que hace sentir muy en carne propia la vida de su protagonista. Después de todo, más allá de mostrar un Japón lleno de animales antropomórficos, lo que hace es retratar un problema muy notorio en la actualidad: las pésimas condiciones en los ambientes laborales.

Esto no es algo nuevo. Las temporadas anteriores de Aggretsuko nos han mostrado jefes gritones, un gran número de horas extra, acoso, humillación, entre otros desagradables (y típicos) elementos. No obstante, hasta ahora la serie también se centraba en otro tipo de motivaciones y frustraciones de índole personal: la familia, el amor, distintos proyectos, etc. De todas las recién mencionadas el amor es el único que sigue presente, pero se muestra como un hecho inalcanzable, pues no hay progreso alguno en lo que debería ser una relación entre Retsuko y su gran amigo Haida.

Todo esto nos deja un único enfoque: el trabajo. Ya no vemos salidas con millonarios, aventuras con una banda de idols ni ataques con puñal en medio de la calle (¿en serio?), sino la crítica más directa que ha hecho la serie a las costumbres laborales asiáticas (que aplica en muchos países) y a los trucos sucios que pueden generar los puestos ejecutivos.

Cuarta temporada Aggretsuko
Un nuevo jefe llega en la cuarta temporada de Aggretsuko, Himuro.

Para entender mejor esto hay que tener en cuenta que las costumbres de Japón en cuanto al trabajo son muy estrictas. El trabajo es probablemente lo más importante en la vida. Carecer de él condena a alguien al fracaso social, pues se considera una persona de poco valor, que no sabe seguir las reglas y/o que no se toma nada en serio. Por lo tanto, se vanagloria la figura del jefe y se desprecia a quien no es capaz de darle la razón. Se debe dar todo de sí, aunque sea a costa de hacer demasiadas horas extra y nunca ver a la familia. Básicamente hay que respetar el status quo.

Las leyes en Japón «protegen» al trabajador. Esto va con comillas porque si bien no pueden haber despidos injustificados, las empresas hacen lo que quieren e igual intimidan a los empleados a renunciar si no están lo suficientemente comprometidos para ellas.

La situación no es diferente en Aggretsuko. La llegada de un nuevo CEO llamado Himuro sacude la dinámica que ya estaba establecida en la compañía. Joven, inteligente y apuesto: todas estas características lo impulsan a ser ambicioso y pensar en el éxito propio y de la empresa por encima de las necesidades de cualquier trabajador. Para eso, tratará de encontrar en el menospreciado Haida un aliado para mover los hilos dentro de la empresa.

El desarrollo romántico es dejado de lado en su mayoría en la cuarta temporada de Aggretsuko.

Algunas frases clave se quedan en la mente del espectador: «la empresa es de los accionistas, no de ustedes»; «eres fácilmente reemplazable«; «le pedimos que renuncie, o alguien más tendrá que hacerlo». Las palabras exactas pueden variar entre países, pero las dinámicas de manipulación y control se sienten muy cercanas incluso aquí.

Retsuko y sus amigos tienen que lidiar con la nueva presión de los cambios. Tienen que ver a una compañera acosada por cuidar a su hijo enfermo o a un directivo aislado por no seguir la estrategia de despidos indirectos. En pocas palabras, a cada empleado le llega un momento en el que tiene que reflexionar si un trabajo estable vale tanto la pena.

Cuarta temporada Aggretsuko

Haida se convierte en un personaje mucho más interesante. Si bien comienza siendo el mismo inseguro y aburrido de toda la serie, las críticas a su incapacidad para coquetear y su personalidad lo mueven a tomar decisiones drásticas y convertirse en la mano derecha de Himuro para demostrar su valía. Su actitud enigmática y anormal comienza a ser signo de sospecha y preocupación para todos. Vale la pena ver hasta dónde llega para sentirse a gusto consigo mismo.

Cuarta temporada Aggretsuko

La serie lanza un mensaje casi que insurgente. Invita a pensar en si se hace parte de los que pisotean a los demás o de los que son pisoteados y si estos últimos piensan hacer algo para cambiar su situación. Claro, tristemente esto es un «casi» porque no hay una acción directa frente a lo que representa el poder desmedido de las compañías sino que se toma como una lección a un individuo que se equivocó.

Aun así, es interesante que una crítica de este tipo surja en un país como Japón. Esta temporada es muy recomendable para quienes hayan sufrido malas experiencias en el trabajo. Vale la pena esperar para la temporada 5 (ya confirmada).

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