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Llamasoft: The Jeff Minter Story, una obra obligatoria para interesados en la historia de los videojuegos

Yak Attack.

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Me encantó lo que Digital Eclipse hizo con Gold Master Series: The Making of Karateka. Pueden leer mi reseña aquí. No podía esperar por la revelación de la siguiente entrega de esta serie que se perfilaba como «la colección Criterion de los videojuegos». Cuando finalmente anunciaron que se trataría de la compilación de juegos Llamasoft: The Jeff Minter Story, quedé algo decepcionado. No sabía quién era Jeff Minter a pesar de considerarme un supuesto “conocedor” de la historia de los videojuegos y por lo tanto no me sentí interesado. Que necio y torpe fui.

El propósito de esta serie de videojuegos documentales es precisamente dar a conocer obras importantes para la historia de los videojuegos y todo el contexto necesario para entenderlas a ellas y a sus creadores. Esta entrega me hizo darme cuenta que no solo no soy tan “conocedor” como creía, sino que me presentó más de una veintena de juegos excelentes con los que no estaba familiarizado.

Jeff Minter es un legendario diseñador y programador de videojuegos cuyas obras fueron lanzadas principalmente para computadoras caseras de los años ochenta como la VIC-20, Commodore 64, ZX Spectrum y Atari 8-bit. La mayoría de los títulos en los que trabajó —que lanzó bajo su propia empresa llamada Llamasoft— son juegos de disparos con elementos psicodélicos y animales como llamas, ovejas y camellos. Descubrí que él es el creador del legendario Gridrunner y de la mejor versión del clásico Tempest. Sentí algo de vergüenza por no haberlo conocido antes.

La historia de un peludo

Llamasoft: The Jeff Minter Story no es una simple compilación de juegos, sino una obra documental ‘estilo museo’ en la que podemos realizar un viaje cronológico no solo por su ludografía, sino por las historias que la rodearon, las cosas que lo influenciaron, los documentos y arte que ha dejado su paso por el mundo de los videojuegos.

Podemos ver videos en los que Jeff habla sobre las cosas que lo influenciaron y cuenta anécdotas de su vida como desarrollador. También vemos a periodistas de videojuegos y otros desarrolladores explicar la importancia de los juegos de Llamasoft, el impacto que tuvieron en la industria y cómo era ser un fanático de los videojuegos en la Inglaterra de los años 80, en la que los computadores caseros tuvieron mucho más impacto que las consolas.

Esa es la parte más “tradicional” del documental. Además de los videos, podemos ojear una buena cantidad de fotografías y documentos. Entre estos encuentran la publicidad de los juegos de Llamasoft en revistas de computación de la época y las notas de desarrollo que hacía Jeff en cuadernos. También hay ediciones completas del ‘fanzine’ que editaba el mismo desarrollador para estar en comunicación directa con sus fanáticos. Es una lástima que, a diferencia de los videos, estos documentos no estén traducidos al español.

A través de todos estos videos, documentos y los más de 40 juegos que incluye Llamasoft: The Jeff Minter Story descubrimos la “historia de origen” de un joven que aprendió a programar videojuegos por sí mismo, aprendemos sobre la era dorada de las computadoras caseras y la dura caída de este mercado en los años 90.

¡No olvidemos los juegos!

Por más atractiva que sea la historia de este desarrollador, la ‘razón de ser’ de Llamasoft: The Jeff Minter Story es la impresionante colección de juegos que ofrece. Tenemos más de 40 títulos disponibles. aunque es verdad que algunos de ellos se repiten en diferentes versiones —muchos de ellos son los ‘ports’ para Commodore 64 o Atari ST de juegos originalmente lanzados para VIC-20— vale la pena probarlos porque ofrecen interesante diferencias jugables y estéticas.

Estas obras no son simples curiosidades para coleccionistas y amantes de los juegos retro. La gran mayoría son juegos genuinamente divertidos. Cada vez que probaba una versión de Gridrunner o de Revenge of the Mutant Camels terminaba atrapado en sus redes, cazando puntajes altos o intentando superar mis récords previos. 

Hasta los más viejos juegos de Jeff tienen esa cualidad adictiva. Pasé un buen tiempo jugando Abductor, el aparentemente sencillo Deflex resultó inesperadamente intrigante y Andes Attack es tan divertido como Defender. Ahora que menciono eso, hay que hablar de un elemento “controversial” de las obras de Llamasoft. La gran mayoría de sus títulos, incluyendo los más populares, son derivados —a veces literalmente copias— de algunos de los juegos más conocidos de los arcades de los años setentas y ochentas.

Space Invaders, Defender, Centipede, Robotron, Missile Command y hasta el juego de Star Wars: El imperio contraataca para Atari 2600 son fácilmente reconocibles en las obras de Jeff, solo que cambiando el diseño de las naves o reemplazándolas con animales como llamas, ovejas y camellos. Lo importante es que muchos de estos resultan mejores que los títulos originales en los que están inspirados, demostrando la poderosa originalidad e imaginación de Jeff a la hora de adaptar conceptos conocidos.

El ejemplo más icónico de eso es Tempest 2000. Este no solo opacó al Tempest original, sino que es considerado el mejor juego de Atari Jaguar. Curiosamente, este es el único juego de Jeff Minter que yo había jugado antes de conocer esta compilación.

Jeff Minter, ¿en qué estabas pensando?

Pero no tuve una experiencia positiva con todos los juegos de esta colección. Recordé “a las malas” que no todos los juegos retro son obras sencillas. Títulos como Mamá Llama e Iridis Alpha me tuvieron completamente confundido hasta que recordé que los manuales existían por una razón. Afortunadamente, todos están escaneados aquí.

Los juegos de Minter también pueden resultar terriblemente difíciles. Aún después de muchos intentos me parece imposible que se pueda sobrevivir más de unos pocos segundos en Hell Gate, pasar del tercer nivel en Iridis Alpha o encontrar la salida del laberinto de Ancipital. El mismo Jeff admite que no es la mejor persona para balancear la dificultad de un juego.

Otros de los trabajos incluidos en Llamasoft: The Jeff Minter Story no son realmente juegos. Psychedelia y ColourSpace son “sintetizadores de luz” que permiten crear hipnóticos efectos de luces y color. No estarían fuera de lugar ambientando una fiesta de música electrónica.

Lo que falta

Mi única queja real contra Llamasoft: The Jeff Minter Story es lo poco que explora las obras de Llamasoft de los últimos 30 años. Los videos son muy claros al explicar que Jeff nunca ha dejado de trabajar. Nos dan breves miradas a los títulos que ha hecho para teléfonos móviles, VR y el infame Space Giraffe, pero a duras penas los tiene en consideración.

Lamentamos la ausencia de Space Giraffe, el recientemente redescubierto Akka Arrh o cualquier juego de Jeff lanzado después de 1994 en esta colección. Esto puede ser por problemas con licencias o porque no se quiere afectar la venta de títulos que todavía están disponibles, pero la colección se siente incompleta. En compensación tenemos joyas como la versión de Revenge of the Space Camels para la cancelada consola Konix Multisystem, que no había sido vista antes, y una nueva versión de Gridrunner desarrollada por Digital Eclipse en colaboración con Jeff.

Igual que con The Making of Karateka, no quiero tratar a Llamasoft: The Jeff Minter Story como un juego cualquiera. Esta es una obra importante para la preservación e historia de los videojuegos que trasciende la necesidad de una calificación sobre 10. Lo único que puedo agregar es que esta es una compra obligatoria para todos los interesados en la historia de los videojuegos.

Reseña hecha con una copia digital de Llamasoft: The Jeff Minter Story para PlayStation 5 brindada por Digital Eclipse. Este juego ya está disponible para PS4, PS5, Xbox One, Series X|S, Nintendo Switch y para PC.

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