Minecraft Dungeons – Reseña

A pesar de su simple premisa y minimalista presentación, Minecraft se ha convertido en una de las franquicias más conocidas dentro de la industria de los videojuegos y la cultura popular. Desde su lanzamiento a finales de 2011, este se ha convertido el segundo videojuego más vendido de todos los tiempos. La razón es muy simple: es un título que ofrece infinitas posibilidades creativas. Esto puede verse en la recreación a escala real de la Tierra y la celebración virtual de una graduación en tiempos del COVID-19. Y eso tan solo es un par de ejemplos de lo que un artista puede hacer con el juego de mundo abierto de Mojang Studios.

La creciente popularidad de Minecraft ha permitido que trascienda su medio original. La franquicia no solo cuenta con ferias y mercancía, sino que ha incursionado en otros géneros. Esto puede verse en Minecraft: Story Mode, un buen debut en el género de las aventuras gráficas, y Minecraft Earth, un ambicioso proyecto que trasladará las mecánicas de construcción a la realidad aumentada. Ahora, Mojang busca incursionar en el género de los ‘dungeon crawlers’ con Minecraft Dungeons.

Desafortunadamente, este ‘spin-off’ es prueba de que Mojang debería «prestar» su serie a estudios familiarizados con el género en el que quieren incursionar.

Desarrollado por Mojang Studios y Double Eleven, ninguno de los cuales tiene experiencia previa con el género, Minecraft Dungeons gira alrededor de la cruzada de un grupo de héroes para detener al Archillano. Tras elegir un avatar, entre uno y cuatro jugadores deberán superar nueve mazmorras aleatoriamente generadas y subir de nivel a medida que derroten enemigos icónicos de la franquicia.

En general, el sistema de combate de Minecraft Dungeons es muy simple. Al principio, los jugadores solo cuentan con un ataque de corto alcance —cuyo botón puede mantenerse presionado para atacar continuamente— y otro de largo alcance. También cuentan con una acción evasiva, pero esta resulta inútil en la mayoría de ocasiones. Ya explicaremos el porqué. Sin embargo, el combate eventualmente adquiere algo de variedad vía los artefactos —armas secundarias con toda clase de efectos—, las diferencias de equipamiento y los encantos que pueden aplicarse a este.

Cada vez que un personaje suba de nivel, este recibe un punto de encantamiento. Este puede invertirse en un arma o una armadura para otorgarle una propiedad pasiva. No menos importante, los encantamientos pueden mejorarse al invertir más puntos. El problema con este sistema de personalización es que es completamente aleatorio. Dejando de lado la inconsistencia alrededor de la obtención de objetos, de la cual se hablará más tarde, el número y el tipo de encantamientos que se pueden asignar a un objeto son completamente aleatorios. Algunos pueden tener hasta tres casillas para encantamientos, de los cuales todos pueden ser terribles, otros poseen solo una.

Este no es el único problema alrededor del sistema de encantamientos. Ya que los puntos son consumibles y el nivel máximo es 55, Minecraft Dungeons no posibilita tener múltiples conjuntos con tres encantamientos al máximo. Esto se debe a que el mejorar un encantamiento al máximo requiere de mínimo 6 puntos. Si un jugador quiere mejorar al máximo su armadura, arma de corto alcance y arma de largo alcance —cada una con tres ranuras para encantamientos— , necesitará de mínimo 54 puntos.

Lo anterior conlleva a que los jugadores se vean obligados a reciclar equipamiento con encantamientos a lo largo de la aventura para poder reutilizar los puntos en objetos más poderosos y/o con mejores efectos. Al fin y al cabo, el equipamiento está dividido en tres rarezas: común, raro y único. Por supuesto, la idea es hacerse con un conjunto de objetos únicos con tres ranuras para encantamientos potentes.

Desafortunadamente, el hacerse con un conjunto único o que por lo menos se adapte a los gustos del jugador requiere de excesivo ‘farming’ y ‘grinding’. Esto se debe a la inconsistencia alrededor de la obtención de objetos. Además de lo que puede hallarse en cofres y lo que sueltan los enemigos —cuyo poder es lo único que puede predeterminarse por medio de la configuración de dificultad—, la otra forma de obtener armas, armaduras y artefactos es por medio del herrero y el vendedor errante. El problema es todo lo que ofrecen es 100% aleatorio y requiere de la inversión de esmeraldas, moneda que se consigue al abrir cofres y derrotar enemigos. Tratar de hacer una ‘build’ consistente en Minecraft Dungeons es casi imposible.

“¿Por qué no construir el equipamiento?”, preguntarán los conocedores de la franquicia. Lamentamos informar que Minecraft Dungeons, el ‘spin-off’ del juego conocido por permitir que el jugador elabore cualquier cosa a partir de recursos naturales, no deja que los jugadores elaboren sus propias armas y armaduras. Esa realmente es la mayor oportunidad desperdiciada por el ‘spin-off’. En vez de permitir que ‘farmeen’ los recursos y ‘drops’ de niveles específicos para construir su propio equipamiento, los jugadores están a completa merced del algoritmo del juego.

Resulta triste que, más allá de su presentación y ambientación, Minecraft Dungeons no saque provecho a las infinitas posibilidades creativas de la franquicia.

Volvamos al sistema de combate de Minecraft Dungeons. Ya mencionamos que es bastante simple, con una pequeña dosis de variedad en la forma de los artefactos. No obstante, su principal falencia radica en la mencionada inutilidad de la maniobra evasiva y las pociones de curación ilimitadas con un tiempo de recarga.

Todos los niveles de Minecraft Dungeons, incluyendo las mazmorras secretas, están saturados de enemigos. Inicialmente, los jugadores optarán por encargarse de sus oponentes desde lejos. Sin embargo, el arma de largo alcance tiene munición limitada. Esto incita al jugador a intercalarse entre ataques de corto y largo alcance. El problema es que esto generalmente llevará al jugador a ser rodeado y no poder escapar. Al fin y al cabo, la acción evasiva no permite pasar a través de enemigos.

En el caso de no ser acorralado, la mayoría de los combates se reducen a una estrategia ‘hit-and-run’ por culpa del sistema de curación. Esta consiste en hacer daño a los oponentes, alejarse cuando la salud esté baja, huir hasta que la poción se recargue para curarse y repetir el proceso. ¿No habría sido mejor que los jugadores pudieran comprar pociones de curación y otros consumibles con esmeraldas?

A pesar de las falencias mencionadas, Minecraft Dungeons brilla cuando es jugado con una ‘party’ completa. Incluso con conjuntos aleatorios, la sinergia de diferentes habilidades y estilos de juego concede mucha más variedad a la experiencia. Es una lástima que los servidores del título sean algo inestables al jugar en línea.

Reseña hecha con una copia digital de Minecraft Dungeons para Windows 10 brindada por Xbox Colombia.