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Total War: Warhammer III – Reseña

El juego es muy divertido, pero tantos portales te vuelven loco.

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Una de las mayores franquicias de juegos de estrategia, que mezcla tanto jugabilidad por turnos como acción en tiempo real, volvió para ofrecernos la tercera parte de lo que es ahora una trilogía basada en facciones de un mundo ficticio, a diferencia de otras entregas sobre lugares reales como China, Troya o Japón. Estamos hablando de Total War: Warhammer III, título que analizaremos en esta reseña y del cual mencionaremos sus facciones.

En búsqueda del oso

Este título comienza con un prólogo/tutorial bastante interesante. Se trata de una campaña entera centrada en Kislev, una facción de humanos que podrían ser los eslavos de nuestro mundo. Su líder, Yuri, escucha los lamentos de Ursun, el dios-oso. Por lo tanto, debe atravesar un extenso territorio con su ejército y ocupar asentamientos de varias facciones enemigas hasta encontrar la prisión donde está encerrado.

Total War Warhammer III Reseña

Mientras nos enseñan las características del combate, cómo posicionar nuestras tropas, sus fortalezas y debilidades, cómo se maneja el mapa estratégico y cómo funciona la diplomacia, se nos va mostrando cómo Yuri hace lo que sea para ganar más poder y completar su cometido, que es ganarse el favor de su dios. El problema es que en esta búsqueda de poder termina cargando poder demoníaco y siendo corrompido por el demonio Be’lakor, quien tenía recluso a Ursun y planeó el descenso al abismo de Yuri. El episodio termina con un Yuri que hiere a quien era su propio dios y que termina convertido en demonio por no querer soltar el poder. Esto recuerda de buena forma a la historia de Arthas Menethil en Warcraft III.

¿Qué facciones contiene Total War: Warhammer III?

Todo esto nos lleva a conocer a un personaje conocido como The Advisor. Se trata de un anciano que ha sido esclavizado por el Tomo del Destino (un libro maldito con gran poder) y que busca acceso a una gota de sangre de Ursun para ser liberado. Para esto, va a aconsejar a cualquiera de las diferentes facciones del mundo, todas interesadas en enfrentarse a Be’lakor y encontrar a Ursun por razones diferentes: poder, gloria o salvar vidas. A The Advisor le da igual quién le ayude, por lo que es decisión del jugador decidir a quién acudir.

De esta forma se nos presentan ocho facciones jugables en Total War: Warhammer III, cada una con una forma de jugar única y con tropas muy diferentes. Podemos ver un resumen a continuación:

  • Kislev: Recomendados para principiantes, este reino de humanos usa magia de escarcha y tropas como cosacos para acumular devoción e invocar a sus dioses. Podemos ver grandes osos de batalla en sus filas.
  • Demonios del caos: En esta campaña podremos manejar al demonio en el que se convirtió Yuri y lo podremos personalizar (literalmente cambiando partes de su cuerpo), algo que no tenían anteriores títulos. Aparte de eso, podremos mezclar ejército de las otras cuatro facciones de demonios.
  • Gran Catai: Representando lo que sería China, deben manejar la armonía entre el Ying y el Yang, lo que confiere grandes bonificaciones. Aparte de eso, sus ingresos son muy altos por sus caravanas.
  • Reinos Ogros: Estos humanoides de gran tamaño usan la fuerza bruta para sus enfrentamientos. Se alimentan de carne que consiguen en las batallas, por lo que suelen ser muy agresivos.
  • Khorne: Khorne es el dios de la sangre, quien ofrece recompensas por arrasar los asentamientos que caigan en sus garras.
  • Nurgle: Este es el señor de la plaga, por lo que difunde plagas y enfermedades por todo el mundo. En batalla afecta gravemente el desempeño de las tropas enemigas.
  • Shaanesh: Este demonio comanda un ejército de súcubos guiado por el dolor y el placer. Puede seducir tropas enemigas para que se pasen a su bando.
  • Tzeentch: El dios de la magia comanda huestes de demonios hechiceros que pueden lanzar sus habilidades mucho más seguido.
Total War Warhammer III Reseña facciones

Comenzando las campañas

Como vemos, hay de dónde escoger. Una vez se toma una decisión, se muestra a The Advisor contactando a la facción elegida. Después de un video, se explica que hay que conseguir cuatro almas demoníacas para acceder a Ursun y ganar la campaña; algo en lo que estarán ocupadas el resto de facciones. Para conseguir eso, serán muy importantes las grietas del caos, pero hablaremos de eso más adelante.

Total War Warhammer III Reseña facciones

El mapa estratégico y las batallas contienen elementos muy similares a anteriores entregas de Total War. En sí, su funcionamiento no ha cambiado mucho, aunque eso está perfecto. El desenvolvimiento de las batallas, la toma de decisiones en tiempo real y la organización de las tropas es lo que ha hecho divertida a esta franquicia y eso se mantiene perfectamente.

No obstante, hay un gran cambio. Cuando se ataca un asentamiento, la facción defensora puede gastar recursos para poner torres y barricadas que entorpezcan el avance del enemigo. Los recursos se obtienen con el paso del tiempo y los atacantes pueden contrarrestar esto controlando ciertos puntos de victoria. Esto le agrega otro nivel a la planeación de las batallas, aunque hay quienes dicen que el ataque de las torres es demasiado fuerte.

Hay una gran variedad de tropas a elegir y muchos hechizos distintos por utilizar en medio de las batallas. La gran dificultad, como siempre, es tratar de entender todas las mecánicas que maneja este juego, pues no son nada amigables con los muy principiantes. La parte más difícil es manejar el mapa estratégico, pues hay que entablar diplomacia, construir edificios en ciudades, reclutar ejército y decidir hacia dónde expandirse. Esto toma unas cuantas horas, pues no es tan sencillo acostumbrarse.

Reseña de Total War: Warhammer 3 – Las grietas del Reino del Caos

Otra novedad es la aparición de las grietas del Reino del Caos. Estas son portales a otra dimensión que es donde podremos derrotar a nuestros enemigos y conseguir las dichosas almas que nos darán la oportunidad de encontrar a Ursun. Podemos viajar usándolas, pero también permite la aparición de facciones de demonios enemigas, por lo que hay que cerrarlas o usarlas, pero nunca ignorarlas. Esto es un problema especialmente para quienes se han expandido mucho, pues se convierte en una molestia cerrar tantas y dividir las tropas. Estas aparecen muy a menudo, por lo que se siente como un castigo cada vez que el jugador decide expandirse, algo normal en Total War.

También se siente un poco injusto jugar con cualquiera de los dos reinos humanos, pues la mecánica de la corrupción demoníaca termina desgastando mucho a las tropas incluso en territorito propio. Este se puede propagar muy lejos, así que estar luchando contra la aparición tan frecuente de las grietas y la invasión de la corrupción termina siendo desgastante (aunque satisfactorio para los demonios).

Total War Warhammer III Reseña facciones

Como dato adicional, algo raro es el tema del doblaje. Casi todas las voces tanto en el prólogo como en la campaña están completamente en inglés. La excepción es The Advisor, quien de vez en cuando le habla al jugador y le da consejos en español. Incluso, un par de veces tuvo conversaciones con señores demonios a los que advertía en español y estos le contestaban en inglés.

Lo técnico flaquea un poco

No podemos terminar esta reseña de Total War: Warhammer III sin antes mencionar unas cuantas inquietudes en cuanto al rendimiento de este juego. Más de un usuario se ha quejado del desempeño de este incluso con especificaciones superiores a las oficialmente recomendadas. Las caídas de cuadros por segundo son notorias cuando hay muchos efectos en pantalla, más aún cuando no se tiene una máquina tan poderosa.

Se hizo la prueba en dos computadores diferentes (uno con especificaciones cercanas a la mínima y otro con cercanas a lo recomendable) y hay que ser honestos: la experiencia sufre tanto en las batallas como en el mapa estratégico. No se hace imposible jugar porque se puede controlar la velocidad de la acción, pero sí puede arruinar un poco el ritmo.

Por otro lado, esto ha sido un tema de toda la serie de Total War:Warhammer, pero volvemos a vivir pantallas de carga increíblemente largas. Como se dijo anteriormente, si no se tiene un computador con las especificaciones más actuales, cargar por primera vez una campaña dura normalmente cinco minutos o más.

Total War Warhammer III Reseña facciones
Total War: Warhammer III
8/10 Nota
Lo que nos gustó
- El prólogo crea un argumento muy interesante para las campañas.
- Hay numerosas formas de juego dependiendo de la facción elegida.
- Innova en el objetivo final de la campaña y va más allá de una conquista.
- Como de costumbre, el manejo del campo de batalla es dinámico y entretenido.
Lo que no nos gustó
- No es un juego amable para los computadores menos potentes.
- Las pantallas de carga son eternas.
- Las grietas del Reino del caos pueden fastidiar más de lo necesario al jugador.
En resumen
Como era de esperarse, Total War: Warhammer III nos permite emocionarnos de nuevo al permitirnos estar en el papel de un general de cualquiera de las ocho facciones que nos ofrece. El juego promete horas de diversión si es que tenemos el 'hardware' apropiado y la paciencia que requiere esperar por cientos de turnos y batallas para completar un objetivo. Sin duda, vale mucho la pena jugarlo si se es fanático de la franquicia de Total War.

Reseña hecha con una copia digital de Total War: Warhammer III para Xbox Game Pass Ultimate (PC) adquirido por el redactor.

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