Cultura POP

Los personajes más reconocidos de los videojuegos son básicamente de Smash

Entran Donkey Kong, Kim Jong Un, Mario, Adolfo Hitler, Pikachu y Vladimir Putin a un bar.

Publicado

hace 3 años

19 de mayo del 2021

Por

Cesar Nuñez

Hace mucho tiempo los videojuegos dejaron de ser un nicho del siglo pasado y se convirtieron en parte de la cultura popular. Las consolas de videojuegos son un electrodoméstico más y los personajes que los protagonizan alcanzan niveles de reconocimiento más altos que el de algunas figuras públicas.

Esto se ve especialmente marcado en la generación millennial, entre los que personajes ficticios de los videojuegos son más populares que atletas profesionales, políticos y hasta músicos.

En una encuesta a cerca de 600 millennials residentes en Estados Unidos, se les pidió identificar imágenes con figuras del deporte como LeBron James, el presidente Joe Biden, la cantante Ariana Grande o el dictador Kim Jong Un. Y claro, prácticamente todo el elenco de Super Smash Bros..

¿Es justo poner a competir personas reales con personajes de ficción? En cierta forma, sí, pues al final todos reciben las mismas dosis de pantalla y mercadeo por todos los medios posibles. Algunos más que otros, pues no ves con frecuencia a Mario o Sonic en los noticieros, periódicos y revistas de farándula.

Los videojuegos toman una importante delantera

personajes populares videojuegos — Los personajes de videojuegos más reconocidos.

Los participantes debían mencionar el nombre (o apellido, si aplicaba) de la persona o personaje en la imagen mostrada para que su respuesta fuese aceptada. Otras condiciones incluían jugar videojuegos por al menos cuatro horas a la semana, ver televisión al menos cuatro horas a la semana, establecer su afiliación política, ser fanático de algún deporte y escuchar música.

Cuando alguno respondió con errores ortográficos, pero con la idea clara, las respuestas fueron aceptadas igualmente. Si un participante solo acertaba un par de respuestas entre varias imágenes, se optó por omitir tales resultados. Sobra aclarar que el estudio fue hecho con propósitos de entretenimiento, nada rigurosamente científico pero sí muy diciente.