Especial de Halloween – 5 Historias de terror en los videojuegos

Ben Drowned

The Legend of Zelda Majora’s Mask es posiblemente el título más oscuro de la franquicia e incluso, aún sin historias de terror, es capaz de hacer latir el corazón rápidamente. Sin embargo, esta historia involucra un retorcido evento que superaría la forma en la que nos asustábamos cada vez que veíamos la expresión amenazante de la luna en el juego.

Al igual que otras historias de terror, todo comienza con un ingenuo muchacho, un gamer que disfrutando de su Nintendo 64 buscaba revivir sus experiencias con la consola. Evidentemente, logró hacerse con varios juegos en una venta de garaje; sin embargo, en su camino se topó con otro vendedor, de aspecto un poco más extraño, del que obtuvo un cartucho más.

Este hombre era un sujeto poco común, su hogar no tenía la mejor apariencia y al parecer solo tenía a la venta objetos irrelevantes, sucios y algunos dañados; sin embargo, entre ellos resaltaba uno, un cartucho golpeado, un cartucho sobre el que estaba escrito Majora. El joven Intentó comprarlo, pero irónicamente el dueño no buscaba dinero, de hecho, no se sabe qué buscaba, solo se lo ofreció y expresó:

“Adiós Ben…”

Sea como sea, un cartucho gratis era un cartucho gratis, y sin dudarlo el joven lo puso en su consola, pero al instante se percató de algo. Ahora sabía quién era Ben, pues la primera partida del juego estaba bajo ese nombre y de hecho ya estaba bastante cerca del final. Intuyó, por la forma en la que el viejo se despidió, que este cartucho perteneció a algún familiar, y por puro respeto no quiso eliminar la partida, por lo que usó la segunda casilla para empezar el juego nuevo bajo el nombre “Link”.

A pesar del mal aspecto del cartucho el juego corría normalmente; sin embargo, los personajes del juego se referían al protagonista de dos formas, Link y Ben. En busca de una solución, el joven eliminó la partida de Ben, solo que esto al aparecer afectó de forma diferente su partida. Ahora los personajes no llamaban a Link de alguna forma, simplemente donde se suponía debía salir el nombre había un espacio en blanco.

Este era solo el comienzo de su pesadilla, pues poco después se enfrentaría de forma aleatoria con SkullKid, lo aún más extraño era que el lugar y el momento en el que aparecería no era el correcto. A pesar de esto, hubo algo que lo asustó más, y fue cuando el juego se dirigió a el, un mensaje apareció en su pantalla:

No estás seguro por qué, pero aparentemente tienes una reservación…

Poco después, los sucesos extraños empezarían a suceder, de alguna forma, la música se reproducía al revés, las texturas en el juego desaparecían, el sprite de Link se comportaba extraño, risas sonaban, y, para sorpresa del protagonista de nuestra historia, se encontraba solo, absolutamente solo. Todos los escenarios estaban desolados.

Aparentemente el juego deseaba que lo jugaran, de hecho, era imposible deshacerse de él o tratar de regresar a la normalidad. No es que no se pudiera apagar la consola, solo que el cartucho y lo que podemos llamar «su espectro» era demasiado poderoso como para ser ignorado. Sin embargo, las cosas podían empeorar, para sorpresa del joven, no mucho pasó para que el vendedor de máscaras empezara a aparecer en su pantalla, casi como un flasheo, solo para repentinamente aparecer en otro lugar ante una de las estatuas de Link, aquellas que surgen después de tocar “La elegía del Vacío”.

Esto marcó un punto de tensión nuevo para el joven jugador, pues la estatua no dejaba de seguirlo, no importaba qué hiciera o a donde fuera, la estatua era capaz de seguir a Link. De hecho, esto empezó a afectar su vida, tanto así que comenzó a delirar con la misma estatua en la vida real. Como si fuera poco, el comportamiento de Link empeoraba también, lucía cada vez más extraño y se movía diferente, y justo cuando todo parecía seguir igual, se enfrentaría a SkullKid de nuevo, solo para enfrentarse a un terrible destino, la muerte.

Como sabemos, morir en The Legend Of Zelda es normal, reapareceremos al instante en el último punto de aparición, sin embargo, esta vez Link yacía muerto en el suelo mientras SkullKid flotaba sobre él con una expresión macabra.

Te has encontrado con un terrible destino…¿no?…

Después de esto, el juego regresó a la pantalla inicial solo para mostrar que la partida había cambiado de nombre, ahora se llamaba “Es tu turno”. Ver esto era aterrador, así que rápidamente decidió apagar la consola, solo para encontrarse con que el cartucho nuevamente estaba jugando con él, le daba pistas sobre lo que debía hacer a continuación, casi como si le indicara una misión, un proposito, además de ello, no podía negar la influencia de esa fuerza espectral sobre su vida. Al darse cuenta de que no valía la pena prolongar lo inevitable, nuestro protagonista volvió a encender la consola. Cuál fue su sorpresa cuando vio que bajo esta “nueva” partida se encontraba de regreso la partida de Ben. Ben estaba listo.

Como si fuera poco, la partida de Ben había progresado por sí sola, se encontraba en una fase superior a donde originalmente estaba. A pesar de ello, y de la terrible experiencia hasta el momento, el joven jugó esta partida, solo para encontrarse con los mismos fenómenos que hasta ahora había presenciado. El constante agobio de la estatua lo extenuaba, la música lo deprimía y la soledad lo atormentaba.

Las estatuas nuevamente no lo dejaban en paz, y el sonido solo le reafirmaba algo que ya había confirmado, este no era un lugar tranquilo, se encontraba frente a algo hostil, ¿pero qué? De hecho, y como si el juego lo guiara por una senda, él llegó eventualmente al Templo de la Bahía (Great Temple Bay). Allí llegó en forma de Zora y aunque quiso quitarse la máscara para tomar apariencia humana no pudo. A pesar del sonido, este lugar parecía más tranquilo, pero allí debía haber algo, una razón por la cual fue llevado allá. Epona le dió la respuesta.

Epona apuntaba hacia un punto en específico, un punto hacia el lago, uno profundo. Rápidamente, el joven hizo que Link nadara para darse cuenta de que en el fondo lo esperaba una estatua, casi como si supiera que él estaría ahí, que para eso lo había conducido. Después de eso, todo se tornó tortuoso, Link se empezó a ahogar, pero era extraño, ¿acaso los Zora no son una raza acuática? ¿Por qué iba a ahogarse un ser marino? Esto era imposible y, sin embargo, estaba sucediendo ante sus ojos. Después de la inevitable y horrible muerte en el fondo del lago, nuevamente el cartucho actuó.

El juego se reinició, y él ya sabía por qué, ya había pasado por esto una vez, el juego deseaba comunicarle algo, y lo confirmó al darse cuenta de que en efecto la pantalla de inicio era diferente. El juego quería enviar un mensaje un mensaje, Ben lo hizo. Las partidas habían cambiado de nombre nuevamente, específicamente se podía leer en ellas “Ben” y “Drowned”, Ben se había ahogado, y ahora esto lo sabía el dueño del nuevo cartucho.

A pesar de esto, Ben nunca descansó, de hecho, es posible que ni fuera Ben el que se estaba manifestando, ya que el tiempo reveló que la «entidad» que se estaba comunicando con nuestro protagonista habitaba también por fuera del cartucho; al parecer disfrutaba al atormentar a su víctima, y de hecho lo hizo cuando, cerró de esta manera una aterradora conversación:

¿Cómo se ahogó?

No te diré…

¿Por qué?

Está reservado para otro…

¿Quién?

Aquel que pregunte después de ti…

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