Especial de Halloween – 5 Historias de terror en los videojuegos

Pokemon Black

Pensar en Pokémon como una fuente de terror es poco probable, no por nada es un juego reconocido por sus agradables diseños, colores vivos y, en parte, inocente trama. Sin embargo, hay una historia que destaca entre todas, una historia que nos mostraría una faceta diferente del universo al que nos acostumbramos a ver con ojos infantiles, un mundo donde un solo pokémon es capaz de aterrorizar todo Kanto.

Pokemon Black es la historia de un joven fanático de la serie, alguien que quiso volver a jugar en un momento uno de los grandes juegos de la franquicia. Como es de suponer, su odisea en busca de algo que jugar lo llevó a un mercado de las pulgas, donde encontró un cartucho extraño, un cartucho negro con apenas una etiqueta que lo marcaba como Pokémon.

El joven introdujo el juego en su GameBoy y, de hecho, la secuencia de inicio era similar a la vista en las versiones Roja y Azul; sin embargo, al entrar al menú principal había algo extraño, solo aparecía Red en un fondo solitario. Justo encima de él se podía leer “Black Version”.

A decir verdad, no seria hasta más tarde que encontraría los sucesos del juego como retorcidos y enfermos, por el momento solo se encontraba ante lo que él pensaba era un hack., una versión modificada. Seleccionar “juego nuevo” era lo obvio, y después de la tradicional secuencia con el profesor Oak y la selección del pokémon principal, se dio cuenta de la primera anomalía: tenía un segundo pokémon, uno llamado GHOST.

Esto era extraño, más teniendo en cuenta que el pokémon estaba en nivel 1, a diferencia de los tradicionales “starter”, que se empiezan en nivel 5. Sea como sea, en busca de respuestas se dio cuenta que el pokémon no tenia forma específica, por el contrario, tenía la apariencia de los fantasmas de Lavander Town antes de que podamos descifrar como se ven con el Silph Scope. Ademas de ello, tenia un solo ataque…curse, o maldición, un ataque canon en la serie, pero que solo apareció a partir de la segunda generación. Esto era extraño.

De todas maneras, el joven emprendió su viaje y con este pokémon decidió enfrentarse a sus retadores, sin embargo, se percató de un escabroso detalle, constantemente vio que los pokémon enemigos no podían defenderse de su GHOST. Aparentemente, ellos estaban asustados a la hora de enfrentarse a él. Ademas, el único ataque de GHOST, curse, actuaba de forma extraña, este afectaba a cada pokémon, haciendo que se lamentara de una forma horrible para luego desaparecer, incluso del contador de pokébolas del entrenador.

Era algo que no quería aceptar, pero era evidente a medida que avanzaba en el juego… los pokémon que enfrentaba eran asesinados.

A parte de esto, había otro escabroso detalle, al finalizar las batallas aparecía otra pantalla con dos opciones, correr y curse… correr, haría que el jugador regresara a la exploración del mapa, curse maldecía al entrenador oponente, pero más que eso, lo mataba, lo convertía instantáneamente en una lápida justo donde el estaba parado.

Además de esto había sucesos extraños, por ejemplo, curse no funcionaba en enemigos muertos, es decir tipo fantasma, así como no se podía usar contra los personajes que eventualmente debíamos enfrentar de nuevo, como Blue (Gary) o Giovanni. Sin embargo, con el tiempo también podríamos maldecirlos a ellos en la batalla final.

Todo esto era extraño; sin embargo, no eran motivo para detenerse. Solo fue hasta después de derrotar a la Elite Four que todo cambió. La pantalla  presentaba el hall de la fama, pero rápidamente pasaba a negro solo para que apareciera en la pantalla un mensaje que no debía salir.

“Mucho tiempo después…”

¿Mucho tiempo después?, extraño…y más extraño aún que la pantalla en vez de regresar al pueblo natal enfocara la torre de Lavander Town. Pero no había personaje principal… solo un anciano frente a una hilera de tumbas. Era el entrenador.

Este anciano a penas podía moverse a la mitad de la velocidad. Se notaba el paso del tiempo y de hecho ya no poseía ningún pokémon. Se encontraba totalmente solo. Viajar lentamente entre pueblos era posible, pero de hecho el recorrido solo mostraba a su paso un camino de tumbas, para eventualmente llegar a un pueblo nuevamente vacío. No había nadie, solo un rastro que evidentemente era de sus actos.

Sea a donde fuera que viajara encontraba lo mismo, añadiendo además que la tonada de Lavander Town jamás cesaba. Se hacía intensa, agobiante. Eventualmente, el jugador pudo llegar al pueblo natal, Pueblo Paleta. Sin embargo, allí los sucesos extraños continuaban sucediendo. Nuevamente la pantalla pasó a negro. Algo iba a ocurrir.

De repente, varias imágenes de pokémon empezaron a pasar, un poco consternado el jugador se fijó en un detalle: aunque pasaban en orden numérico, no pasaban completos. Ahí fue cuando se dio cuenta de algo, esta pantalla era un hall macabro en el que podía ver a las víctimas a las cuales había atacado, incluyendo las victimas humanas, todos los entrenadores que había asesinado ahora estaban recorriendo su pantalla.

Eventualmente, al fin de la escabrosa lista, la pantalla nuevamente pasaría a negro, solo para indicar un nuevo mensaje.

GHOST quiere luchar…

El jugador ya sabía lo que le sucedía a quien se enfrentará a GHOST, no podía hacer nada. No había ataques, no había cómo defenderse y no se podía escapar, solo podía esperar lo inevitable

GHOST usó curse…

Despues de esto, la pantalla solo se tornó negra y no indicaba nada más, sin importar los comandos que el jugador presionara nada sucedía. La única opción era apagar la consola y volverla a encender. Al regresar al juego había un detalle curioso, no había partida, solo aparecía la pantalla de “Juego Nuevo”.

Bajo estas implicaciones, solo había una respuesta, el juego había borrado la partida…

GHOST había asesinado a su entrenador.

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