Cinco cosas que Saint Seiya Omega hizo bien

La conclusión de la batalla final

Resulta que todo este tiempo Subaru era el contenedor humano de Saturno, el dios del tiempo y responsable de orquestar el conflicto entre Athena y Pallas desde las sombras. Irónicamente, Subaru tampoco lo sabía. Sin embargo, hay una buena explicación detrás de ello.

Al ver como Poseidón y Hades habían sido derrotados por unos simples humanos, Saturno decidió aproximarse al problema de forma distinta: reencarnó como mortal y borró su memoria en un intento de comprender a los humanos y qué les había permitido derrotar a los dioses. No obstante, Subaru recuperaría sus memorias como dios cuando elevara su cosmos a un determinado nivel. ¿Recuerdan cuando dije que a lo largo de la serie el poder Subaru aumentaba lentamente? Todo eso estaba planeado por Saturno.

Apenas se revela que el caballero de acero es el dios del tiempo, Koga y los demás se ven en la complicada situación de tener que matar a su anterior camarada para salvar al mundo. Por supuesto, Saturno no se deja avasallar por unos simples humanos, derrotando a todos y cada uno de los caballeros que fueron a confrontarlo. Solo Koga quedó en pie.

Con el destino del mundo en sus hombros, se abalanza hacia el dios del tiempo y lo invita a recordar todo lo que habían pasado juntos. Durante la pelea, Saturno recuerda las batallas que libró junto a sus compañeros y lo que significa ser un caballero de Athena.

Tras una ardua batalla, el caballero de Pegaso hace arder su cosmos más allá del límite y reúne el poder de todos los caballeros —tanto vivos como muertos— para realizar un ataque final. Desafortunadamente, este tan solo deja una cicatriz al dios del tiempo. En este punto, tanto Koga como Saturno saben que este último no puede ser derrotado debido a su control del tiempo. Sin embargo, también saben que el primero no dejará de pelear gracias a su indomable espíritu de caballero. ¿Qué creen que pasa después? Saturno decide dejar de pelear.

Este final sería nefasto si no fuera por el desarrollo de personaje que expliqué en la página anterior. Saturno conoció de primera mano los esfuerzos de la humanidad y comprendió que un individuo no puede hacer mucho. Sin embargo, se pueden lograr milagros si se junta el poder de varios… justo como esa cicatriz en su pecho. Conmovido, el dios del tiempo decide dar una segunda oportunidad a la humanidad y encarga a Koga la protección del mundo.

La conclusión de la batalla final de Saint Seiya Omega es única, ya que se atrevió a admitir la superioridad de Saturno frente a los caballeros de Athena. Prefirió emplear el desarrollo de personaje de Subaru para solucionar la batalla cuando fácilmente podrían haberla terminado con un Deux Ex Machina. Ya saben, como el de la pelea entre Regulus y Radamathys.

Puede que no te guste y tienes todo el derecho de hacerlo, pero Saint Seiya Omega se merece crédito por terminar su batalla final de una forma tan original y, más importante, coherente.

Bueno, eso es todo por ahora. Si estás de acuerdo o en desacuerdo con lo que propuse eres libre de comentar. Me encantaría escuchar tu opinión con respecto a Saint Seiya Omega. Si te gustó este artículo, apreciaría que lo compartieras.

¿Y tú? ¿Has sentido el poder del cosmos?

Saint Seiya: Los Caballeros del Zodiaco (1era temporada) – Impresiones