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Máxima Agresión: Gal Gun es un juego que se pasa de la raya

¡Aléjense, señoritas!

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Cuando el videojuego Gal Gun: Double Peace llegó a nuestras manos, pensamos que se trataba de una entre tantas obras japonesas que tratan de llamar la atención con chicas ‘anime’ atractivas. Pícaro y tal vez un poco problemático, pero inofensivo. Cuando encontramos esa clase de títulos, como Senran Kagura y Kandagawa Girls, tratamos de ser críticos de la sexualización que hacen y disfrutar de sus demás elementos.

No fue posible hacer lo mismo con Gal Gun: Double Peace, pues en este juego la sexualización de sus personajes femeninos está demasiado vinculada a su jugabilidad. Eso no necesariamente tendría que ser un problema. La sexualidad es una parte importante de la vida humana y no hay razón por la que no pueda ser representada narrativa o mecánicamente en un videojuego. Pero este título tiene un contexto muy específico que resulta no solo “problemático”, sino desagradable y ofensivo.

Trataremos de explicarlo todo con calma.

¿Qué es Gal Gun?

Es una serie de juegos de disparos sobre rieles desarrollados por el estudio japonés Inti Creates. Ellos son conocidos principalmente por su excelente trabajo en series de juegos como Mega Man Zero, Gunvolt Striker y Blaster Master.

El primer Gal Gun fue lanzado originalmente en 2011 para Xbox 360 y PS3, exclusivamente en Japón. Aunque no tuvo una buena recepción crítica, fue suficientemente popular y tuvo varias secuelas y ‘spin-off’, algunas de las cuales sí llegaron a occidente.

Aunque son juegos de disparos, no estamos baleando enemigos. Los protagonistas de estos títulos son jóvenes estudiantes que, por culpa del descuido de unos ángeles, se vuelven megapopulares con las mujeres. Cualquier chica que los vea correrá a declararles su amor o intentar besarlos a la fuerza, por lo que deben usar “disparos de feromonas” para causarles ‘euforia’ y mantenerlas a raya.

Máxima Agresión: ¿Es Gal Gun un juego para pervertidos?

Gal Gun: Double Peace, el juego del que hablamos hoy, es la segunda entrega de la saga. Salió originalmente para PS Vita en 2015, pero recientemente fue relanzado para Nintendo Switch. Esa es la versión que probamos y que nos hizo sentir tan incómodos.

El problema con Gal Gun

La verdad es que el concepto del juego suena bastante simpático y hasta inocente. Podríamos decir que, en esencia, se trata de un ‘romance colegial’ muy cómico que juega con la fantasía de ser un chico popular. Pero tiene un lado oscuro. Muy oscuro.

Como dice el dicho, el diablo está en los detalles y Gal Gun: Double Peace está lleno de elementos que parecen secundarios, pero son inevitables y terminan dotando de una desagradable perversión a todo el juego.

Los problemas comienzan cuando “apuntamos” directamente a una chica, porque —por alguna razón que no tiene nada que ver con el planteamiento del juego— sus ropas se comienzan a tornar transparentes. Descubrimos que observar una parte de una chica revela información de sus medidas de busto, cintura y cadera, que son tratados como “coleccionables”. También es común que el juego busque ángulos exagerados para poder mostrar la ropa interior de los personajes.

Pero lo peor de todo son algunos minijuegos y el “Modo Doki-Doki” al que debemos acceder para subir de nivel las características del protagonista. En estos vemos a las chicas en poses sensuales o comprometedoras y tenemos que “tocarlas” en diferentes partes de su cuerpo —usando los controles análogos o la pantalla táctil— para que “exploten de euforia” en forma orgásmica.

Máxima Agresión: ¿Es Gal Gun un juego para pervertidos?

Todo esto es problemático y se podría hacer simplemente una crítica sobre ello, pero se vuelve grave cuando consideramos que casi todas las chicas que aparecen en el juego son menores de edad entre los 15 y 17 años. De hecho, parecen menores que eso.

Esto crea un contexto bastante incómodo al jugar este título. En América tiene clasificación ‘M’ +17, lo que significa que la mayoría de sus jugadores son mayores de edad. 

La diferencia entre ficción y realidad

Hay algo que tenemos que dejar claro. Las chicas de los juegos de Gal Gun son personajes de ficción. Lo que pasa con ellas en el juego definitivamente y bajo ninguna circunstancia se puede comparar con la vida real. Pero eso no significa que lo que hace este título no sea digno de críticas. Existe una responsabilidad intrínseca en los desarrolladores cuando producen juegos como éste.

No importa cómo se mire, con Gal Gun: Double Peace vivimos una fantasía en la que observamos y tocamos adolescentes de formas altamente sexualizadas. Incluso si disfrutamos de las mecánicas de disparos o su ‘inocente’ historia, no es posible interactuar con estas sin participar en su sexualización de niñas.

Máxima Agresión: ¿Es Gal Gun un juego para pervertidos?

Una excusa común a esta clase de críticas es que “la cultura en Japón es diferente”. Estamos acostumbrados a ver series de ‘anime’ y manga que tratan a los personajes adolescentes con cierto erotismo. Esto —combinado con la baja edad de consentimiento sexual en ese país— ha creado una malinterpretación de la ley en Japón. La legislación de bienestar infantil condena cualquier relación con menores de edad en el país.

Es aquí donde comienzan las preguntas incómodas.

La errónea sexualización de Gal Gun: Double Peace

En general, nos gusta creer que es posible disfrutar cualquier videojuego siendo críticos de sus aspectos problemáticos, pero Gal Gun: Double Peace realmente cruzó la raya. Su sistema de juego de “apuntar y disparar” es entretenido y su historia es una simpática comedia de fantasía y romance juvenil. Pero llega un momento en el que la sexualización de adolescentes se vuelve tan integral al resto del juego que impide disfrutarlo más.

Miremos un momento hacia Senran Kagura, otro juego que erotiza a personajes muy jóvenes pero que es, antes que nada, un beat em’ up. Incluso con las escenas que ponen a las chicas en bikini, existe una clara separación entre el objetivo principal del juego, su historia, el desarrollo de los personajes y los elementos secundarios sugestivos. Cuando comenzaron a sacar ‘spin-off’ enfocados solamente en la sexualización —como Reflections y Peach Ballse terminó metiendo en problemas.

Máxima Agresión: ¿Es Gal Gun un juego para pervertidos?

Hemos visto a algunos describir a Gal Gun como «pedófilo». Es difícil refutarlo. Lo que es definitivamente cierto es que esta clase de contenido sexual se ha vuelto tan común en la cultura popular que muchos se han insensibilizado al respecto. ¿Por qué alguien adulto es capaz de disfrutar un juego como este sin escandalizarse? No es necesariamente porque fantasee con chicas adolescentes, animadas o no, sino porque está tan acostumbrado a verlo que no le parece grave.

Pero es grave. La forma tan descarada en que Gal Gun excusa la sexualización de personajes adolescentes y lo que llega a representar para su público es grave. “Son solo chicas anime. No son reales”, dirán algunos. Es cierto, pero que haya un público que específicamente busque esa fantasía y que haya otro que lo vea como algo normal es grave.

Gal Gun: Double Peace podía ser un juego divertido sin necesidad de volver transparente la ropa de sus personajes, preocuparse por sus medidas ni obligarnos a tocarlas en sus zonas erógenas. Podía ser simplemente un juego con algo de picardía sin necesidad de volverse ofensivo. Por lo pronto, es imposible verlo como algo diferente a un juego que abusa de la imagen de menores de edad.

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