Fort Solis – Reseña

Definitivamente 2023 es el año del terror espacial en los videojuegos. Ya tuvimos el impresionante ‘remake’ de Dead Space, The Callisto Protocol —que en realidad salió a finales del año pasado—, Aliens: Dark Descent y estamos a la espera de noticias sobre el largamente aplazado Routine. Pero eso no es todo, Fort Solis llegó a mis manos prometiendo una historia de suspenso en una estación marciana y en esta reseña vamos a descubrir si logra espantarnos o aburrirnos.

Aunque parece ser un juego de ‘survival horror’, no lo es en absoluto. Esta es una aventura narrativa y eso significa que no vamos a disparar contra nada ni nos vamos a esconder. Simplemente recorremos los escenarios buscando descubrir qué pasó en esta estación.

Es el año 2080. Jack Leary y su compañera Jessica son ingenieros trabajando en una base en Marte durante la temporada de tormentas en el planeta. Cuando reciben una extraña alarma de una base cercana llamada Fort Solis, Jack va a investigar y descubre que el lugar se encuentra aparentemente abandonado. ¿Qué ocurrió y dónde están todos los que trabajan allí?

Fort Solis cuenta su historia a través de la ya conocida técnica de “arqueología narrativa”. Esta es cada vez más común y se refiere a los videojuegos que nos ponen un lugar donde ya ocurrieron grandes e importantes eventos que descubrimos mediante fotos, registros de audio, video o simples pistas ambientales. Es lo que hacen juegos como Bioshock y Dark Souls. En este caso descubrimos que un equipo en la base estaba haciendo experimentos con vida vegetal en suelo marciano y que un doctor sospechaba que eso estaba enfermando a sus habitantes.

Pronto descubrimos que no estamos solos en Fort Solis, comenzamos a encontrar cadáveres y alguien o algo trata de matarnos. No solo debemos descubrir qué pasó en este lugar, sino escapar con vida. Tristemente, todo eso suena mucho más emocionante de lo que el juego en realidad es.

Sí, sé que esta parece la premisa de un juego de terror, pero recuerden lo que dije unos párrafos arriba. Este no es un survival-horror sino una aventura narrativa. Las acciones principales son recorrer los escenarios interactuando con objetos en busca de registros de audio o video que ayuden a resolver el misterio y con algunos elementos ligeros de aventura gráfica. Hay que buscar llaves que nos permitan acceder a más lugares de la base y a veces participar en pequeños minijuegos de presionar los botones en el momento adecuado.

Todo eso es terriblemente aburrido. Las aventuras narrativas —injustamente llamadas ‘walking sims’ o simuladores de caminar por algunos críticos— son uno de mis géneros de videojuegos favoritos y he descubierto que la ausencia de acción o de pruebas de habilidad a veces permiten crear experiencias increíbles, como las que me proporcionaron What Remains of Edith Finch o el excelente SOMA en ‘modo seguro’. Pero lo que hace Fort Solis con este género es resaltar todos sus defectos sin ofrecer nada interesante a cambio. De hecho, trata de forzar algo de acción incluyendo una de las peores mecánicas de los videojuegos: los QTE.

Los QTE o ‘quick time events’ son momentos en que el juego nos pide presionar un botón o combinación de botones en un límite de tiempo para completar una acción. Estos han sido justamente criticados por la frustración que generan e incluso acusados de ser “falsas interacciones”. Aún así nunca habíamos visto QTE tan mal implementados como en Fort Solis. No solo aparecen de la nada, con baja visibilidad y exigiendo un alto tiempo de reacción, sino que la gran mayoría de ellos ni siquiera funcionan. La trama sigue adelante sin importar si presionamos o no los botones que nos digan.

La exploración tampoco es divertida porque Jack es angustiosamente lento. Solo camina a baja velocidad y no hay forma de correr o trotar. Entiendo que hacen esto porque quieren que mantengamos un ritmo más pausado de lo usual, dejando que la atmósfera nos meta en el suspenso, pero los momentos en que no tenemos claro a dónde ir se vuelven frustrantes. Lo gracioso es que hay momentos en que el desarrollo exige que el personaje corra, pero cuando estos llegan nos quitan control sobre él.

La jugabilidad no tiene que ser el fuerte de las aventuras narrativas siempre y cuando su historia valga la pena. El problema es que la trama de Fort Solis es muy mala. Hay momentos en que genera intriga y todo parece dirigirse hacia una gran revelación, pero esto nunca ocurre. Si queremos enterarnos de todo lo que pasó, hay que encontrar todos los documentos y registros de audio y video. Pero aún así no encontramos una historia que valga la pena. Lo único que tiene a favor es que es un juego muy corto. Puede terminarse en menos de cuatro horas, así que no lo sufrimos por mucho tiempo.

Es verdad que este juego tiene dos finales, pero no se dejen engañar por ello. El final alternativo —que se obtiene fallando un QTE específico— es decepcionante y no aporta nada a la trama.

Los únicos aspectos en que brilla Fort Solis están en su nivel técnico. Los efectos de audio y la música de suspenso son muy buenos. Aprovecha muy bien las capacidades del control DualSense de PS5 y los efectos de iluminación de Unreal Engine 5, lo que ayuda a crear una buena ambientación. Es una lástima que los escenarios sean tan aburridos y genéricos, por lo que este despliegue técnico resulta desaprovechado. La excelente animación de los rostros en los registros de video son lo único que realmente quiero destacar de este título.

Tampoco es que sea perfecto a nivel técnico. En PS5 encontramos notables pérdidas de cuadros por segundo al cambiar de una zona a otra mientras jugábamos en modo rendimiento. También vimos muchos ‘glitches’ visuales y el control del personaje era bastante pesado.

Otro elemento desaprovechado es el talento de voces. Han publicitado mucho que Fort Solis está protagonizado por Roger Clark (Arthur en Red Dead Redemption 2) y Troy Baker (Joel en The Last of Us). Ellos hacen un gran trabajo y le ponen mucha personalidad a sus roles, igual que Julia Brown en su papel de Jess, pero no tienen nada interesante que contar.

Mi conclusión en esta reseña es bastante clara: Fort Solis es un mal juego. No tiene una historia interesante y la jugabilidad es aburrida. A menos que sean fanáticos a morir de las historias de suspenso espacial y que se mueran por oír de nuevo la voz de Troy Baker, no se me ocurre ninguna razón por la cual recomendarles esta obra.

Reseña hecha con una copia digital de Fort Solis para PlayStation 5 brindada por Dear Villagers. Este juego ya está disponible para PS5, Mac y PC.