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[Opinión] ¿Fue 2023 el PEOR año para los videojuegos?

Ni Baldur’s Gate ni Zelda podían salvar este año.

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No son pocos los que han descrito a 2023 como uno de los mejores años para los videojuegos. Incluso dicen que podría el mejor año que ha tenido la historia de este medio. Es fácil pensar eso tomando en cuenta que los últimos 12 meses nos han traído joyas como The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, Baldur’s Gate III, Street Fighter 6, Marvel’s Spider-Man 2 y Alan Wake 2. Es un buen momento para ser ‘gamer’, dicen. Pero si miramos bajo la superficie, vemos que este no solo no es el mejor año para la industria de los videojuegos, sino que podría ser el peor.

No voy a negar que los juegos mencionados son excelentes y que hay muchos otros que salieron en 2023 y valen mucho la pena. Pero la calidad de estos no compensa lo que está pasando en la industria y que puede resultar verdaderamente calamitoso. Hablamos de la epidemia de despidos en los estudios de videojuegos.

De acuerdo al blog Game Industry Layoffs, para el 14 de diciembre de 2023 alrededor de 9000 personas habían sido despedidas de sus trabajos en estudios de videojuegos. Entre estos se cuentan más de 800 personas que se quedaron sin trabajo en Epic Games, cerca de un millar en los estudios de Embracer Group, alrededor de 700 en Amazon Games y más de 1000 en Unity.

 Este sería un aumento del 800% respecto a los despidos que vimos el año anterior basados en datos de layoffstracker.com. Un aumento tan grande no puede ser normal. ¿Qué está pasando?

La tradición de los despidos

Antes de este año, las noticias sobre despidos en la industria de los videojuegos se habían vuelto “parte del paisaje”. Una de las noticias que más recordamos es el despido de más de 800 empleados de Activision Blizzard en 2019.

A pesar de contar con grandes ganancias, empresas como esta acostumbran a realizar despidos masivos para elevar sus números de beneficios de cara a los inversionistas y parecer aún más rentables. Eso sí, en ningún momento los directivos que toman estas decisiones siquiera consideran reducir sus exorbitantes sueldos o renunciar a bonos absurdamente altos. Esta despreciable práctica —que definitivamente no se limita a la industria de los videojuegos— es criticada por muchos, pero suele ser vista al final como “cuestión de negocios”.

También se ha vuelto costumbre reducir el número de empleados para reemplazarlos por contratistas independientes o sacarlos de la empresa al final de un proyecto. Insistimos en que esto no es un problema endémico de la industria. Se ve especialmente en las empresas de tecnología, pero los estudios de videojuegos se han vuelto uno de los más graves ejemplos de esta situación.

Pero aún teniendo esto en cuenta, no se explica el impresionante aumento en despidos que vimos este año. Como muchos problemas recientes, este tiene su origen en un terrible evento que todos sufrimos juntos y cuyas repercusiones se siguen sintiendo.

Culpa de la pandemia

Durante las cuarentenas que buscaban minimizar el daño de la epidemia global del COVID-19, las ventas de videojuegos se dispararon. Era compresible tomando en cuenta la cantidad de personas que se encontraban recluidas en casa buscando nuevas actividades para llenar el tiempo libre. Esto causó un auge para la industria.

Además, “el dinero era bastante barato” durante esta época. Con esto quiero decir que las tasas de interés a los préstamos en casi todo el mundo —especialmente en Estados Unidos— eran históricamente bajas. Prácticamente todas las grandes empresas de videojuegos aprovecharon la situación para contratar más empleados y aprobar grandes proyectos. Quería dar la apariencia de que estaban creciendo junto con el mercado.

Obviamente, este “ciclo de sobrexpectación” no iba a durar para siempre. La pandemia terminó y en lugar de prepararse para la obvia caída, la industria de videojuegos siguió contratando personal aprobando proyectos de alto costo. Cuando las cosas volvieron a la normalidad, se dieron cuenta que las altísimas proyecciones de ganancias que habían pintado a los accionistas no se podían cumplir. Por si fuera poco, las tasas de interés estaban creciendo de nuevo. ¿La solución? Despedir empleados en masa para reducir el golpe financiero y no ahuyentar la inversión.

Aunque titulé esta sección como “Culpa de la pandemia”, la verdad es que toda la culpa de la terrible situación de despidos en los videojuegos la tienen las altas directivas y CEOs de las compañías. Su trabajo es literalmente prever estas situaciones, pero cegados por la avaricia decidieron seguir adelante a pesar de un obvio futuro adverso y pusieron a sus empleados a pagar los platos rotos. A pesar de sus malas decisiones, la gran mayoría de ellos conservarán sus puestos, altos salarios y exagerados bonos de fin de año.

Este es solo el panorama general y no se puede aplicar a todas las empresas de videojuegos que tuvieron despidos este año. Hay casos únicos como el de Bungie, que decidió despedir a algunos de sus más veteranos desarrolladores para mantener un nivel de ganancias que le asegurará seguir siendo independientes de Sony. También está lo que ocurrió con cierta empresa nórdica que estaba coleccionando estudios como si fueran figuras de acción.

El caso Embracer

Entre los mayores “colaboradores” a la actual situación, despidiendo cerca de 1000 empleados cada empresa, están Unity (cuya caída está bien documentada), la empresa de tecnología china ByteDance (que se retiró de la industria de videojuegos completamente) y el infame Embracer Group.

A pesar de los excelentes títulos que jugamos estos 12 meses, 2023 puede ser el peor año para la industria de los videojuegos debido a los despidos

En los últimos años, especialmente desde la pandemia, hemos visto a esta empresa comprar estudios de videojuegos a montones. Son dueños de Gearbox Entertainment, THQ Nordic, Limited Run, Crystal Dynamics, Eidos y varias docenas más. Para lograr esto aprovecharon no solo las bajas tasas de inversión que mencionamos, sino acuerdos estratégicos con grandes inversionistas. 

El gran problema es que un acuerdo por más de 2 mil millones de dólares que tenían con la empresa saudí Savvy Games Group se cayó. Eso los dejó sin dinero para soportar el enorme crecimiento de los últimos años. Es por eso que hemos visto el cierre completo de numerosos estudios (incluyendo a Volition, responsables de la saga Saints Row) y la cancelación de varios proyectos.

Sí, creo que 2023 es el peor año para los videojuegos

Cuando hablamos de Ubisoft, PlayStation, Xbox, Nintendo, EA, Rockstar Games o cualquier otra empresa de videojuegos, solemos olvidar que no son unidades monolíticas. Son las personas que trabajan en ellas las que hacen los juegos que amamos y cada una de ellas aportó de una forma significativa a cada obra. Estos despidos en masa, incluso a pesar de la situación económica, demuestran que a las empresas no les importa realmente la gente que trabaja para ellos ni las obras que crean, solo llenar los bolsillos de sus directivos e inversionistas.

Hay algo que tiene que quedar claro: la mayoría de empresas de videojuegos que realizaron despidos masivos este año no tuvieron pérdidas. De hecho tuvieron grandes ganancias. Lo que pasó es que no alcanzaron los absurdos números de crecimiento que prometieron a sus accionistas o inversionistas.

¿Pero por qué digo que 2023 es el peor año para los videojuegos? Porque deja a la industria en una situación insostenible. No importa que tan buenos sean los títulos que hayamos jugado este año, tenemos 9000 voces que no se reflejarán en los títulos que salgan en 2, 3 o más años en el futuro. Serán juego de menor calidad y cada vez habrá más talento creativo y técnico que se aleje de la industria debido a esta inestabilidad laboral. El futuro de los videojuegos pinta mal y en gran parte es culpa de las decisiones de la industria en 2023.

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